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En campo abierto con la República

En campo abierto con la República
Acabo de ver las imágenes del izado de la tricolor en el ayuntamiento de Cádiz, de saber de las acciones en Valencia, de la noticia de tantos y tantos ayuntamientos —no hablemos ya de la multitud de actos por todas partes—. ¿Alguna duda de que hay un sentimiento compartido, muy transversal, por la República? ¿No es verdad que se siente y mucho, desde abajo, desde los corazones de miles de personas en toda España? ¿Cómo es posible entonces que no nos estemos articulando políticamente para hacer posible la República? ¿Qué es lo que lo frena? ¿Cómo explicar que en Madrid haya habido quienes miserablemente han maniobrado para que no se hablara en público y no se transmitiera un mensaje claro y explícito en favor de una confluencia por la República ya mismo ante las más que probables elecciones anticipadas? 





No tengo la menor duda de que por arriba de las direcciones de algunos partidos y movimientos se está traicionando de hecho a la República, en una mezcla de estupidez e inutilidad política manifiesta. Es preciso barrer a todos los que se opongan, hay que pasarles por encima. Caen algunas barreras y se incorporan cuestiones republicanas en los programas y declaraciones programáticas, pero nada hay en las lineas de acción parlamentaria, electoral y en los procesos de unidad entre fuerzas. Ni remotamente hay un plan de acción estratégico. No avanzamos. La debilidad organizativa y de recursos de los que sí hacemos una apuesta clara está impidiendo extenderse y no se está logrando ir adelante tanto como se podría. 


Si algo demuestran estos días y los actos de esta semana es que somos muchos, que el problema no son las siglas, hay sentimiento y convencimiento republicano por todas partes, en la base y cuadros de la totalidad de los partidos de izquierda. ¿rechazo o críticas a tal o cual partido? A lo que hagan por arriba en contra de la república por supuesto, pero la voluntad y sensibilidad republicana expresada en tantos cientos de actos por parte de militantes y agrupaciones locales es clara y meridiana. La República nos une en una esperanza común. Es el símbolo de la ruptura con este tinglado espantoso de la España oficial sometida al dictado de clases parasitarias y de los poderes financieros transnacionales. 

He de expresar mi reconocimiento a tantos y tantos militantes de Alternativa Republicana, pero también del PCE, de IU UP, como me consta se han mojado por la República estos días —y no solo estos días—, les cito a ellos porque es con ellos con quienes he estado esta semana. Convirtamos ese sentimiento en acción. Convirtamos estas acciones en parte de un plan, compartamos objetivos, estrategias y planes, argumentos. La República significa construir un estado. Es un objetivo ambicioso, que en el caso español exige liquidar la impunidad franquista que sobrevive hasta hoy. ¿Cómo no unirse ante ello? ¿Es creíble pretender ser republicano y no supeditar las lineas de acción política de los partidos que así se definen a una estrategia de acción republicana? Que nadie se engañe. La semana republicana de este abril de 2016 nos demuestra que no es el pueblo el que falla, es hora ya de construir los instrumentos de coordinación política que necesitamos. Es hora de emplazar a los pretendidos dirigentes y cargos públicos ante la responsabilidad que implica autodenominarse republicanos y decirles alto y claro que no nos representan si no asumen esa responsabilidad. Y no lo están haciendo. 

Necesitamos un espacio de Alianza lo más amplio posible, donde debatir, decidir y compartir planes de acción concretos. Y tirar para adelante con quienes tengan voluntad de luchar por la República aquí y ahora, de llevar esta lucha a las calles, a los ayuntamientos y a las Cortes. A los que no necesitamos es a los aprovechados, a los arribistas, a los cobardes, a los que se esconden detrás de siglas honrosas pero que nada han hecho ni por la unidad ni por extender el campo de la República, salvo manipular y actuar como parásitos. Nada como el debate público, el ejemplo y la claridad del compromiso defendido al aire libre. 

Azaña tituló como «Discursos en campo abierto», un libro que recogía sus esfuerzos por compartir y hacer avanzar la idea. En campo abierto defendamos la República, ondee la bandera y que los corazones den a la razón el valor y la inteligencia que nuestro empeño exige. Es el único camino para un nuevo abril republicano.

15 de Abril de 2016

Pedro Alberto García Bilbao
Colectivo Al Servicio de la República (ASR)

Contacto: manifiestorepublicano@gmail.com

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