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Pequeña lección de depuración nacional

Pequeña lección de depuración nacional
El 18 de julio de 1936 se produce un golpe de estado militar contra la legítima República que dio inicio a la guerra civil. La palabra clave de esta guerra es la depuración llevada a cabo por los sublevados con el fin de exterminar a toda persona que defendiese unas ideas contrarias a los fascistas que se levantaron en armas contra la democracia.

1. Los discursos que reafirman las prácticas de depuración nacional

Pondremos como ejemplo un extracto de una de las declaraciones que hizo en la radio el general Queipo de Llano, gran depurador de Sevilla, en julio de 1936: "Esta guerra es una guerra a muerte. Hay que luchar contra el enemigo hasta su total exterminio, y quienquiera que no sé de cuenta de eso no es un buen servidor de la causa sagrada de España". Así como un breve extracto del artículo aparecido en la primera página del periódico Arriba España fechado en el mismo mes: "¡Camarada! Tienes obligación de perseguir al judaísmo, a la masonería, al marxismo y al separatismo. Destruye y quema sus periódicos, sus libros, sus revistas, sus propagandas. ¡Camarada! ¡Por Dios y por la Patria!".

El régimen de los sospechosos es un régimen donde el poder juzga lícito y normal, no solo el agravar en forma desmesurada el carácter de algunos delitos, con el objeto de hacer recaer la fuerza de la ley marcial sobre esos delincuentes, sino también de exterminar en forma preventiva a los individuos peligrosos, es decir, sospechosos de que puedan llegar a serlo. Para marcar a los elementos indeseables, es conveniente servirse de delatores. Por lo tanto, el régimen de los sospechosos es también el de la delación.

2. Los delatores

Para alcanzar las admirables metas anteriormente citadas y librar a la nación de los elementos dañinos, conviene contar con los buenos oficios de los delatores, por boca de los cuales Dios manifiesta su voluntad. 

Se reclutan entre todos los niveles de la sociedad, con proporción bastante notable de sacerdotes, de señoras de alto copete que claman su amor al prójimo y lucen en su blusa la imagen sagrada del Corazón de Jesús, de esposas de suboficiales, de dueños de bares, de panaderos, de cabreros, de mozos de granja, de pánfilos fáciles de catequizar, de vagabundos ociosos, de gentecilla a quien se ha convencido de que se prenda un revólver en el cinturón en nombre de la nación en peligro, de golfillos y grandes canallas que se repeinan a fondo la conciencia enfundándose el uniforme azul para recobrar supuestamente el honor perdido, de buena gente y de otra más desagradable, y de un número considerable de personas normales, o sea ni buenas ni malas, o sea de honesta mediocridad que se confiesan regularmente para vaciarse de pecados, no faltan nunca a la misa del domingo ni al partido de fútbol del sábado, poseen esposa y tres criaturas…


Estos delatores patrióticos, instrumentos de la voluntad divina, no se complican la vida con inútiles indagaciones, pues son gente autoritaria que va derecha al grano, por los clavos de Cristo, sin dejarse aplacar por vanos pudores. Por vía epistolar, denuncian a cuantos despiertan sospechas y al final de la carta dirigen suaves congratulaciones a las autoridades reinantes, acompañadas del honor de servir a la patria, o de emocionadas muestras de gratitud y de afectuosos saludos a la señora Fulánez, que ha tenido la bondad de mandarle unas deliciosas peras (su marido es un franquista que no se anda con bromas). Los comités de depuración se encargan del resto.

3. Los comités de depuración nacional

Los comités de depuración son tribunales secretos compuestos por el burgués propietario o su representante, el sacristán, la sirvienta del cura, algunos campesinos partidarios del orden y sus esposas, y para terminar, los jóvenes reclutados por la nueva falange, en su mayoría partidarios desde el día anterior, impacientes por mostrar sus fidelidad, embriagados por el pavor que inspiran a los pobres diablos la camisa azul y la boina de borla roja, excitados por la idea de ejercitar su ferocidad con otros, se arremangan patrióticamente y afilan patrióticamente sus armas con el fin de eliminar a la chusma que no piensa como es debido y de paso inculcar a los refractarios la grandeza del espíritu nacional.

Observaciones: En el seno de esos comités reina un noble espíritu de emulación. Las Autoridades conceden dispensas para salvarse el quinto mandamiento de la Iglesia.

4. Los métodos de depuración nacional

La palabra clave de esta guerra es depuración porque la expresión ¡Liberemos el sepulcro de Cristo!, nunca ha significado otra cosa que la sistemática exterminación de los elementos sospechosos. No hay nada asombroso en esto ya que las mismas fórmulas fueron utilizadas para justificar masacres en otras épocas.

La depuración nacional exige una organización y métodos rigurosos.

Debe evitar perderse en sutilezas superfluas y desdeñar cuantas operaciones retrasen y compliquen su ejercicio, como la que consistiría por ejemplo en reconocer a los asesinos de los inocentes.

Los equipos de depuradores, aún denominados castigadores de Dios, operan preferentemente de noche, pues el efecto sorpresa es mayor, así como el terror que inspiran.

Pero pueden actuar asimismo en pleno día, en la calle, o introducirse por la fuerza en las casas de los sospechosos que han sido denunciados por almas irreprochables.

5. Lista de elementos que deben ser depurados por los franquistas y que servirá de modelo a toda lista de elementos que deben ser depurados por los salvadores de la nación

a) lista de rompecruces y descreídos conocidos,

b) lista de individuos indiferentes a las prácticas piadosas.

c) lista de individuos culpables de desafección al movimiento salvador,

d) lista de maestros formados en la Institución Libre de Enseñanza (laica y gratuita), enemigos del capital, pervertidores de conciencias y engendradores de ateos y anarquistas, que son una calamidad para el orden moral de la nación,

e) lista de personas afiliadas a un partido o a un sindicato hostiles a la nación

f) lista de aquellos de quienes se rumorea que han levantado el puño,

g) lista de aquellos de quienes se rumorea que protestan vehemente contra un salario miserable,

h) lista de aquellos de quienes se rumorea que han aplaudido al paso de aviones del ejército republicano.,

i) lista de los disimuladores que elogian a Franco por delante y lo ponen en solfa por detrás,

j) lista de poetas, escritores y artistas que espolean, irresponsablemente, la inclinación a la revuelta de la población ignorante,

k) otros

6. Las tres grandes fases de la depuración por los franquistas que pueden servir de modelo a todos los tipos de depuraciones efectuadas por salvadores de la nación.

a) La fase denominada de depuración a domicilio: llaman, en plena noche, a la puerta del sospechoso. Lo arrancan del sueño. La mujer aterrada pregunta si van a llevar a su marido a la cárcel. El asesino, de apenas veinte años, contesta Exactamente. Hacen subir al sospechoso al camión, donde se encuentra con tres compañeros de rostro serio. El camión arranca, abandona la carretera principal y se interna en un camino de tierra. Ordenan a los cuatro hombres que bajen. Los abaten de un disparo de fusil. A continuación alinean los cadáveres al borde del talud, donde los encontrará el sepulturero al día siguiente, con la cabeza reventada y la nuca reposando sobre una repugnante almohada de negra sangre coagulada. El alcalde franquista escribirá luego en su registro: Fulano, Zutano y Mengano, muertos de congestión cerebral.

b) La fase denominada de depuración de las cárceles: Una gran cantidad de sospechosos, hombres y mujeres, faltos del menor delito material como para ser llevados ante un Consejo de Guerra, escapaban de la ley marcial y por tanto son llevados por grupos a lugares poco frecuentados, donde son fusilados por grupos y arrojados por grupos a unas fosas. Precisemos que suele preferirse a ese procedimiento, clásico pero demasiado llamativo, el procedimiento prescrito en la fase denominada terminal

La depuración de las prisiones no ponía fin a la actividad de los grupos de depuración a domicilio, sino que la hacía más lenta. El fin perseguido por las autoridades militares era limitar al mínimo el escándalo.

c) La fase terminal se organiza como sigue: los presos, considerados indeseables, reciben una mañana, con gran alborozo por su parte, la noticia de su liberación a consecuencia de la falta de pruebas. Firman el registro de encarcelamiento y el recibo de los objetos confiscados y efectúan todas las formalidades imprescindibles al objeto de descargar a la administración penitenciaria de toda responsabilidad futura. Liberados de dos en dos, son abatidos no bien traspasan el umbral de la cárcel, y sus cadáveres son trasladados al cementerio.

7. Refinamientos y perfeccionamientos

Comoquiera que su recuento ha sido interminable, lo remitimos a la imaginación de los depuradores.

8. Adenda

¿Cómo aplicar el método militar a la conversión evangelizadora de los espíritus? La cosa es sencilla. Basta dirigir a los feligreses en edad de cumplir con el deber pascual el formulario adjunto. Producirá en estos últimos los mismos efectos que un arma de fuego, pero sin las subsiguientes molestias, y permitirá estimular a los descreídos y a quienes siguen mostrándose remisos a abrazar prontamente a la fe católica.

En el anverso:
Señor, Señora, Señorita,
Con domicilio en …calle…Nº…
Ha cumplido con la Pascua en la iglesia de…

Y en el reverso:
Se recomienda cumplir con el deber pascual en la propia parroquia. Quienquiera que lo haya cumplido en otra iglesia deberá llevar el justificante a su Párroco.

Una matriz separable dará la siguiente indicación: Para una mejor administración, despéguese esta matriz y envíese debidamente rellena al cura de la parroquia. Asimismo podrá depositarse en la arqueta destinada a tal uso.

Victoria Robles | Eco Republicano

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