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¿Se puede ser demócrata y pro franquista?

Genocidio franquista
Viendo la reacción de los tardofranquistas de Intereconomía ante los últimos “avances democráticos” de este país, sólo se me viene a la mente parafrasear a Buenaventura Durruti “¡Al fascismo no se le discute, se le destruye!”

Y no le faltaba razón, porque el mal endémico de este país es presisamente no haber aplastado al fascismo como se aniquiló en el resto de Europa.

Negar a estas alturas que aquí no hubo una dictadura, que las cunetas, bosques y simas están sembrados de cadáveres -sin olvidar las desapariciones en el mar- es la actitud más miserable que pueden tener quienes se jactan de hacer periodismo de calidad y sin censuras. ¿A caso no conocen el Informe McBride? –Ni falta que hace, ¿verdad?-.

Sigan vomitando mentiras, repitiendo hasta la saciedad infamias, “la verdad es revolucionaria” y siempre termina por abrirse paso. 

Señores de Intereconomía ustedes son el reflejo de los más rancio, de lo más intolerante y mezquino que avergüenza a este país fuera de sus fronteras. Dicen no conocer manifestaciones de repulsa por el tan insigne monumento conocido como Valle de los Caídos. Sólo les recomiendo que hagan una búsqueda sencilla en Google con las palabras “memoria histórica”. No lo van a hacer, prefieren seguir viviendo en su idílica y gloriosa nación, la misma que castigó con muerte, persecución y vejaciones a miles de demócratas. Sí, aquellos eran demócratas. Y lo fueron por una razón simple, creían en la libertad, cosa que ustedes no aceptan a tenor de como tratan a algunos de sus tertulianos que no están en perfecta comunión con ustedes. No dejar expresarse con libertad a una persona no va a evitar que la verdad fluya. Somos legión señores.

Para su información España sí es el segundo país del mundo después de Camboya en desapariciones forzadas con más 114.226 hombres y mujeres que permanecen en fosas comunes, algunas con más de mil personas dentro, sin haber sido identificados y enterrados dignamente por sus familias. Las víctimas de la dictadura del general Franco viven además un maltrato humillante por parte del Estado que mantiene calles y monumentos enalteciendo a responsables de la represión de la dictadura, que renuevan títulos nobiliarios concedidos por el dictador a criminales de guerra (Mola, Queipo de Llano,...) y que obliga a las víctimas a pagar con sus impuestos la tumba mausoleo del dictador.

Una desaparición no se cierra hasta el momento "en el que la persona aparece con vida, se encuentran sus restos o se restituye su identidad". Así lo señala el Comité de Desapariciones Forzadas de la ONU, que ha instado a España a que busque a las personas desaparecidas durante la dictadura franquista. ¿La ONU también miente?

Volvamos al valle. Ese obsceno monumento, por definición propia es Conmemorador de la guerra civil y exaltador de la dictadura franquista, concebido proclamadamente por Francisco Franco con la finalidad de rendir honor y enterrar a aquellos que cayeron luchando en su «gloriosa cruzada». A partir de la década de 1950 la propaganda franquista se apropió del término «reconciliación», para tratar de dar una vuelta de tuerca a la simbología del conjunto. Se ha afirmado que la figura del dictador alcanzó tal nivel de identificación con la obra que habrían de pasar generaciones antes de que esta pierda su «estremecedora simbología» y se convierta en un hito más.

También cabe destacar que en su construcción participaron unos 20.000 prisioneros de guerra republicanos y presos políticos, según el historiador Juan Pablo Fusi. Estos presos, que se acogían a la posibilidad de redimir pena por trabajo, eran empleados por los contratistas de la obra, que pagaban al Estado un tercio menos que a un trabajador libre, y una mínima parte de ese dinero iba a una cartilla a nombre del preso.

¿Por qué tenemos que sufrir en este país las tropelías de un nutrido grupo de nostálgicos del régimen en un medio público? ¿Cuándo debe actuar la ley? Somos conscientes los que somos sensibles a estos temas, que los crímenes del franquismo quedaron amnistiados en el 77, pero ¿también hay que consentir una burla permanente a los cientos de miles de víctimas de todo tipo que generó la aborrecible dictadura? 

Con ustedes es imposible construir nada de provecho. Defender la dictadura y la represión, buscando argumentos del tipo “fue por el bien de España”, creo que les retrata bien. Métanse en la cabeza que las personas libres no necesitamos que nadie tome decisiones en nuestro nombre, ni para nuestro bien ni para nuestro mal. Tenemos la suficiente capacidad para transigir.

Núria Martínez López
Iniciativa Republicana





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