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Pedro Alberto García Bilbao: "1 de octubre y su posible evolución".

República


1. Nos van a liquidar ya del todo. España es un país vencido desde 1939 y con soberanía limitada desde 1648, pero tiene potencial para recuperarse. Si sufre una secesión y una nueva involución política quedará liquidado del todo. El 15M fracasó pero esto, que parte de una base más sólida, puede tener éxito. El 15M, sin banderas, lo que hizo fue rematar a la izquierda española y cargarse una posible si bien improbable reconstrucción en clave ruptura y república, el 1-O, con banderas (catalanas) lo que va a lograr, sea con él éxito de la secesión o con su fracaso catastrófico es acabar de impedir para siempre que España en su conjunto recupere su soberanía nacional y popular, económica y de defensa, es decir, la República. Una Catalunya independiente, dada la relación de fuerzas sería un peón más de los sometidos a la globalización neoliberal. 

2. ¿El 1 de octubre revolución naranja? Los diseños de Gene Sharp para lograr secesiones y cambios de régimen sólo funcionan ante regímenes corruptos en los que tras la presión, la policía y el gobierno se rompen y sus apoyos se cambian de bando. El régimen español es corrupto, pero asentado firmemente hace tiempo y no tiene una oposición que lo cuestione de base, no es el mismo escenario que en las débiles repúblicas ex-soviéticas; la intención de una injerencia globalista en España no puede ser situar un régimen pronorteamericano, pues ya lo hay, sino en todo caso, una transformación constitucional que lo haga más permeable todavía a la dominación, que lo debilite e impida cualquier pretensión de recuperar un día su destino en sus propias manos con una república democrática. La actuación en Catalunya no buscaría tanto su independencia, como liquidar definitivamente del viejo y decadente estado español cualquier esperanza de refundación republicana. 

3. La estrategia de los republicanos españoles no se basa en referéndum imposibles, sino en anular los franquistas 

4. En España no es posible la independencia en un solo país, debemos vencer juntos al régimen para lograr la de todos. Y eso se llama República Española. 

5. Es completamente absurdo plantearse la independencia de tu país y, al tiempo, aceptar renunciar a la soberanía económica, política y de defensa. Si se hace tal cosa estaríamos ante un colosal engaño que acabará por reventar. 

6. Lo digo de forma descriptiva, sin entrar en valoraciones. La técnica de movilización seguida en Catalunya sigue las pautas y planes descritos en los planes de injerencia «naranja» desarrollados por los norteamericanos. (el famoso manual de Gene Sharp). No digo que estos estén detrás, pero es calcado. 

7. Los catalanes que están ahora en las calles pueden ser traicionados también, como todos lo fuimos en 1977. Van a tener su propia ración de Pactos de la Moncloa, es más que posible. Las élites nacionales catalanas no están por afrontar una intervención en fuerza del estado y van a pactar. Lo único que podría llevar a una salida de independencia sería que EE.UU y Alemania lo aceptasen y obligasen a Madrid a ceder; e incluso este escenario no aseguraría nada, pues podría causar un golpe de estado. Lo más probable, lo que muestra la lógica de clase y la relación de fuerzas, es la refundación del pacto constitucional sobre la base del reconocimiento simbólico de la soberanía en paralelo a preservar la unidad bajo la Corona. Está es la clave. Los claveles solo funcionan para una revolución si van en fusiles de asalto y aquí no los hay. 

8. La línea roja última antes del enfrentamiento no es la declaración de independencia por sola, sino tomar medidas para hacerla efectiva como tomar el mando de los Mosos y ordenar tomar posiciones en fronteras y defender los edificios públicos. Van a llegar hasta un paso antes de esto. Si cruzan esa raya habrá enfrentamientos. Justo antes de esto negociaran o tendremos un conflicto. 

9. La más que probable salida al conflicto no es el enfrentamiento armado o la independencia a la «checa», sino la negociación de un nuevo pacto constitucional con la Corona salvando la unidad de la patria, reconocimiento simbólico de la soberanía catalana y la unidad de todos bajo el Banco Central Europeo, el FMI, la OMC y la UE, con el paraguas de la OTAN. Tendremos una reforma constitucional con numerosos padres, empezando por Pedro Sánchez, P. Iglesias, un PP que se apuntará el tanto de impedir el paso a una nueva república (catalana, por supuesto) y la notoria cantidad de figuras «razonables» que hay detrás de Puigdmont y desean frenar el peligro interno. Los republicanos catalanes tendrán su propia ración de los Pactos de la Moncloa y serán sacrificados. 

10. Seamos claros: obtener resultados válidos de una votación incompleta, sin garantías, con prohibiciones de un lado y sin verdadera campaña por el otro, con unas opciones falseadas (había otras) y con amenazas a los votantes no es algo admisible. No hay condiciones que permitan concluir resultados aceptables de ningún tipo. A la impostura y la imposición del régimen del 78 se suma la de los independentistas. 

11. ¿Hay algo positivo el 1 de octubre? Lo hay. Es la expresión masiva y popular del rechazo al marco constitucional vigente, el pacto constitucional ha quedado roto. Millones de personas se han atrevido a decir no. Es la paradoja, los independentistas van a pretender que ha ganado el sí, y han situado un no falso como opción falsa, al contraponer la república catalana independiente al mantenimiento del statu quo del régimen; la pregunta del referéndum es por tanto una falsedad. 

12. Hay un hecho que ni los fanáticos nacionalistas excluyentes de un lado y otro van a poder impedir. Sumados los partidarios de la independencia, y los partidarios de acabar con el régimen del 78 y conseguir la República somos todos juntos una mayoría suficiente para lograrlo; haber renunciado a plantear las cosas así ha sido un error. 

13. En cualquier caso, bienvenida sea la protesta masiva, y si las cosas transcurren mal —y hay muchos escenarios en los podría salir así— no debe olvidarse jamás la colosal traición a la República Española que han protagonizado los partidos de la izquierda «estatal», particularmente Unidos Podemos y sus diversos componentes que, a la postre, en esta hora no han aportado nada y han actuado como secundones del régimen y como unos incapaces de defender una salida alternativa defendiendo ruptura y república en toda España. 

14. El solemne fracaso de la izquierda española, su incapacidad ya pública de responder a la situación, marca el momento de organizar la alianza republicana. La república representa la ruptura con el régimen, la voluntad de victoria, la esperanza de una España democrática y fraterna donde haya derechos iguales para todos y reconocimiento del derecho a decidir nuestro futuro. 

15. Los diputados de Unidos Podemos, incapaces de defender la República, si lo son de gritar «Viva la Guardia Civil» en las Cortes.

Pedro Alberto García Bilbao
Colectivo Al Servicio de la República

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