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Razones e impedimentos para la Tercera República en España


Hay multitud de razones para aspirar a la llegada de la Tercera República en España. La imposibilidad de encontrar trabajo, los más jóvenes, optan marcharse al extranjero, con más del 50% desempleados, o ser contratados como aprendices por horas o en el mejor de los casos a contratos basura por sueldos míseros, de este modo jamás podrán plantearse planes de futuro, cuanto ni más a cotizar los 35 años necesarios para poder jubilarse. Los mayores de 40 años con unas perspectivas nulas de encontrar trabajo, dividiéndose esas perspectivas cada año cumplido, siendo más que imposible después de los 50 años.
Nula salida de esas personas al autoempleo, pongo por ejemplo mi situación personal, ante la imposibilidad de encontrar trabajo me planteo coger un bar en traspaso, he sido 18 años tabernero, me he encontrado con una oferta inmensa, los bares de los cuales se decía que nunca quebrarían, que siempre funcionarían, hay multitud cerrados y una inmensidad en traspaso o pendientes de cerrar, otros que no cierran porque no hay otra alternativa y para estar parado siempre hay tiempo. Pero también han cerrado restaurantes, papelerías, librerías, ferreterías, agencias de viaje, inmobiliarias, cines, teatros, pequeños comercios en general y algunos grandes, que han visto como su clientela bajaba constantemente mientras que los impuestos, los suministros eléctricos y mantenimientos en general se incrementaban en la misma proporción, siendo insostenible mantener las puertas abiertas. 

No es necesario decir que la industria ha corrido igual suerte, grandes polígonos, se han convertido en cementerios de elefantes, por ejemplo un polígono emblemático de Valencia, La Fuente del Jarro, hace unos años con miles de personas trabajando, hoy cada día más difícil ver empresas abiertas, y las que están se mantienen con un número mínimo de trabajadores, cuando los hay.

A la dificultad de trabajar y llevar un sueldo digno al hogar, con 1.700.000 hogares sin ingresos dignos y con todos sus miembros parados, nos encontramos, con los criminales recortes sociales en sanidad, educación, ley de la dependencia y un largo etcétera que hacen insostenible la convivencia en este país y que provoca, entre otras cosas, que quien tiene posibilidad de salir lo intente personas y territorios como Cataluña y Euskadi… 

Mientras por arriba nada cambia, continuamos manteniendo a una monarquía anacrónica e inútil, a una iglesia insolidaria y costosa pagada con los impuestos ciudadanos, a un Senado inútil y sin sentido, a un número de políticos monstruoso, con 17 parlamentos sobredimensionados, lugares donde ni se ha recortado ni se piensa recortar, al contrario. Con un gobierno que ofrece en Japón y al mundo mano de obra esclava o se doblega ante las mafias como Eurovegas, pero no hace nada por potenciar las empresas españolas, la economía nacional, la sociedad en general, que poco a poco con cobarde sumisión se va resignando a ser un cero a la izquierda, como si de repente el síndrome de Estocolmo se hubiese extendido a la mayoría de la población; La situación es aún más grave en muchos aspectos a la que desembocó en la IIª República Española, cuando tanto los partidos de derechas, como de centro y de izquierdas estuvieron de acuerdo que la situación era insostenible, dando por sentado que era necesario un cambio de rumbo. En estos momentos debería ser más fácil, los españoles se supone que tenemos más información y formación, que así no vamos a ninguna parte, y el actual sistema no es bueno para nadie, salvo para las grandes multinacionales, las entidades financieras, la Casa Real, la Iglesia y restos de parásitos que chupan de la teta de la vaca, pero ni es bueno para el empresariado medio bajo español, ni para el pequeño comercio, ni por supuesto para la clase trabajadora en general, ya sea por cuenta propia como ajena.

Sin embargo nadie recoge ese malestar, los dos principales partidos forman parte del problema, son tan monárquicos como colaboradores necesarios del desastre económico y social, tienen secuestrados a los ciudadanos a través de múltiples mecanismos de persuasión sin que estos sean conscientes de la situación, el atado y bien atado está demostrando que se llevó a cabo de manera muy inteligente, desde el sistema electoral a la elaboración de una presunta “constitución democrática”, imposible de reformar, pero fácilmente de violar por parte de los dos principales partidos monárquicos, PPsoE.
En la derecha, resulta casi imposible el surgimiento de alternativas diferentes al PP, que cuestionen el sistema semi dictatorial que padecemos y que amenaza con acabar con todo, las que surgen y tienen éxito, terminan formando parte del sistema, como UPyD, no cuestiona nada, es como un producto surgido de la factoría de Falange Española. ¿No existe posibilidad en España del surgimiento de una derecha democrática, republicana? Me consta de la existencia de personas de derechas que están radicalmente en contra de la monarquía, que tienen sensibilidad democrática, que han abandonado por dignidad su militancia en el Partido Popular, que deberían ser el germen para la creación de un partido de derechas realmente democrático y por tanto republicano, que fuese capaz de canalizar a ese empresariado, a esa parte de la sociedad que teniendo una ideología de derechas se sienten escandalizadas ante la corrupción endémica del actual Régimen, pero que de ninguna manera están dispuestas a dar un paso al frente pero sí a apoyar a distintas mareas ciudadanas.

En cuanto al otro partido monárquico el PsoE, con unas bases, en algunos casos, tan de izquierdas y republicanas como las de la izquierda, se encuentran igualmente secuestradas por el aparato del partido, incapaces de enfrentarse a sus dirigentes, en muchos casos justificando a los mismos y considerándolos de izquierdas, cuando no lo son y forman parte del problema, situación que se da igualmente en los dos principales “sindicatos de clase”, CC.OO y UGT, subvencionados por el corrupto Régimen borbónico al cual pertenecen y que sirven y guardan pleitesía, siendo utilizados por el poder más de cortafuegos que como canalizadores de la protesta social, llevando a cabo el papel que debieran hacer los sindicatos por las distintas mareas ciudadanas.

Son estas, las mareas ciudadanas compuestas en su mayoría por personas de distintas ideologías, con sensibilidad democrática y social, junto con la izquierda real, quienes deben dar pasos adelante para lograr un cambio de rumbo. El descontento social no es exclusivo de la izquierda, hay multitud de sensibilidades, de distintas ideologías que pueden confluir en un programa de mínimos para crear una alternativa al actual sistema corrupto. La alianza de esas mareas ciudadanas con la izquierda republicana y social puede ser el germen necesario para desplazar a los corruptos partidos del Régimen, un movimiento indignado pero al contrario que el 15-M, canalizado con inteligencia para llegar a una sociedad realmente democrática donde sea reemplazada la soberanía del monarca por la soberanía popular.

No conseguiremos la Tercera República desde unos planteamientos plenamente de izquierdas, es necesario que otros sectores ciudadanos, como ya ocurriera en 1931, se impliquen con la necesidad de su llegada y por supuesto con su consolidación, el principal impedimento es que a esos sectores actualmente les da miedo la izquierda y la república, dependiendo en cierta medida de los republicanos convencidos, de los republicanos de izquierdas que tanto la República como la izquierda deje de darles miedo, al mismo tiempo que debemos trabajar para que la idea de la república quede clara como imprescindible anhelo de la clase trabajadora, de los sindicatos y de todos los ciudadanos en general, como una necesidad democrática para la sociedad del siglo XXI, nuestro esfuerzo debe ir por tanto a la consecución de una Tercera República plenamente democrática a la que luego habrá que dotar de una Constitución acorde´, basada en el espíritu de la de la Segunda República.

Paco Arenas


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