Por la igualdad real y efectiva entre todos los seres
humanos y especialmente con quienes sufren mayor discriminación. Se ha
conmemorado el día Internacional de las mujeres y este colectivo, que
representa más del 50% de la población, es uno de los que han sufrido más
desigualdad en la historia y lo siguen sufriendo. Hay que terminar con tan
grande injusticia social «Porque fueron, somos y porque somos, serán».
Igualdad en derechos e igualdad de trato. Igualdad en
derechos ciudadanos, sociales y laborales y la máxima protección como víctimas
del terrorismo machista. Máxima sensibilidad social y reconocimiento
institucional de primer orden. Máximo respeto. Tuve madre, hermana y esposa,
hijas, nietas y compañera. No entra en mi concepción ni se me ocurre pensar que
cualquiera de ellas hubiera tenido o tengan menos derechos que yo o fueran mis
esclavas ni de nadie.
Según el Instituto Nacional de Estadísticas —INE—, la
población española esta formada por 46.464.053personas, de las que el 50,86% (23.620.334) son mujeres. En la Tierra somos
más de siete mil doscientos millones de seres humanos y la proporción entre
hombres y mujeres es parecida (empate técnico: 50,4% hombres y 49,6% mujeres,
según datos de la Country
Meters). Voy a mostrar el mapa de la desigualdad.
Las mujeres son más y las que mayor discriminación sufren,
en posición social, salarios, representación política y empresarial. Seguimos
otorgando a la mujer un papel secundario, cuando no de esclava doméstica, al
servicio de todos cuantos conforman el núcleo familiar. ¿Esclava sexual también?
No es cosa del pasado. Vemos como las «madres», también en familias
monoparentales, después de sus ocupaciones profesionales, soportan las faenas
del hogar casi en exclusiva, como si de «obligación» consistiera, mientras hijos
e hijas, continúan en sus quehaceres estudiantiles, de trabajo o de ocio, sin
preocuparse por ninguna labor doméstica. Es lo que hay y por conciencia tiene
que terminarse. ¡Muchach@s del mundo uníos, para liberar a vuestras madres de
la esclavitud doméstica! ¡Hombres del mundo, acabemos con la indecencia de la
desigualdad! ¡Responsables políticos, hagan lo imposible para terminar con las
«brechas», por justicia! ¡Mujeres, no consientan más!
Son las mujeres quienes más adaptan sus carreras, limitan
sus jornadas y reducen sus salarios para cubrir las necesidades familiares. Son ellas las que más concilian la vida familiar y la
profesional, según investigación de la Universidad Jaume I de Castellón, en
la que se han analizado las estrategias de conciliación laboral utilizadas por
mujeres, independientemente del nivel socioeconómico, para conocer cuáles son
las diferencias más significativas entre ella y los factores de los que
dependen: ideología, identidad de género o relaciones de género en la pareja.
En el mundo laboral, la desigualdad acompaña a las mujeres desde su
incorporación hasta que lo abandonan. La crisis, la reforma laboral y las
políticas de recortes llevadas a cabo por el Gobierno han contribuido a que mujer sea más vulnerable a la múltiple discriminación.
España fue, según la agencia de estadística comunitaria Eurostat,
el país de la Unión Europea, donde más creció la brecha
salarial entre hombres y mujeres entre los años 2008 y 2013. Las mujeres españolas, en el año 2013, cobraron un 19,3% menos
que los hombres y la diferencia en la tasa de empleo es del 9,6% (63,4% de
hombres trabaja, frente al 53,8% de mujeres). Se da la circunstancia de que las
mayores tasas de empleo femenino se produce en países con mayor número de
mujeres que trabajan a tiempo parcial (Suecia, Alemania, Dinamarca, Holanda y
Austria, donde el porcentaje de mujeres que trabajan supera el 70%).
Las mujeres forman un colectivo, que han visto perjudicada
su situación económica, coincidiendo con el gobierno de Mariano Rajoy,
representante de la derecha más reaccionaria. Se han «eliminado escuelas
infantiles, ambulatorios, plazas de hospitales, con el despido o la no
contratación de miles de profesionales, han aumentado los desahucios de
viviendas; valoración que hacen 38 organizaciones que han suscrito el Pacto feminista por las mujeres. Las condiciones sociales
conocidas que padecemos podrían ser
modificadas sustancialmente a favor de las mujeres y de los trabajadores en general
este año, si supiéramos elegir bien a los gobernantes, en los distintos
procesos electorales que se avecinan en los ámbitos municipales, autonómicos y
generales. Las CCAA gestionan el 36% del gasto público, «en sanidad, educación
y servicios sociales»; los Ayuntamientos el 13% del gasto (con el 95% de los
cargos de elección directa), que vienen a suplir las carencias en servicios que
padecen las Comunidades. En su mano estará la solución; en la nuestra su
elección.
Las medidas que propone el Pacto feminista, recogen las «imprescindibles
reformas que los partidos y formaciones políticas, tendrían que incorporar en
sus programas electorales». Son medidas para garantizar la participación social
de las mujeres en condiciones de igualdad con los hombres. «Ningún país puede
considerarse avanzado y democrático si no tiene en cuenta las necesidades de la
mitad de su población». Es necesario que la gestión política del próximo futuro,
de respuesta y solución a la situación, con una visión global. Gestión de lo
público y de los recursos naturales, urbanismo, vivienda, educación, salud,
dependencia y políticas activas de reparto igualitario del empleo; democracia
paritaria y participativa y contra
violencia machista.
Sobre el 8 de marzo existen diversas versiones. La más
conocida es la del fatídico sábado 25 de marzo de 1911, cuando se produjo un
incendio que destruyó gran parte de las instalaciones de Triangle, que dejó
como saldo trágico 146 trabajadoras muertas y numerosas mujeres heridas. Todo
había empezado porque las demandas «obligaban a la empresa a instalar salidas
de emergencia, la prohibición de mantener las puertas cerradas durante la
jornada laboral, además de poner en funcionamiento escaleras de seguridad»,
nunca se pudieron discutir durante las negociaciones». La Liga Nacional de
Mujeres Sindicalistas comenzó una campaña para que se legislara contra los
incendios y a favor de la protección de las trabajadoras y trabajadores, así
como una mayor vigilancia de las leyes existentes. «La historia del 8 de marzo
está cruzada por situaciones y hechos que muestran un escenario complejo y rico
en acontecimientos marcados por la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa,
la lucha por el sufragio femenino, las pugnas entre socialistas y sufragistas,
y el creciente auge del sindicalismo en las primeras décadas del siglo XX en
Europa, Estados Unidos y Latinoamérica».
Naciones Unidas estableció como Día Mundial de la
Mujer el 8 de marzo como día para reflexionar acerca de los avances
logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de
mujeres que ha jugado un papel clave en la historia de sus países y
comunidades. El lema de este año ha sido «Empoderando a las Mujeres, Empoderando a la Humanidad:
¡Imagínalo!». Recrea un mundo en el que cada mujer y cada niña puedan
escoger sus decisiones, cómo participar en la política, educarse, tener sus
propios ideales y vivir sin violencia ni discriminación. Este año se recuerda
la Declaración de Pekín, un plan histórico firmado por 189
gobiernos hace veinte años, para materializar los derechos de las mujeres. Si
bien los logros han sido muchos, las brechas que persisten son muchas y
profundas. Pero volvamos «A ras de suelo».
En el artículo «Cuento
contigo», Encarni Pámpas, dice que el impacto de los recortes «ha
debilitado los derechos de las mujeres, ha perpetuado las desigualdades de
género, ha creado otras nuevas y ha dificultado las perspectivas de desarrollo
respecto a la mujer». Y dice bien. En las crisis, quienes más la sufren son los
que soportan mayor desigualdad, los sin voz o a quienes poco se les escucha:
«las mujeres, las personas mayores y la infancia». Tenemos que subvertir la
tendencia histórica. Si nacemos iguales, iguales tenemos que vivir, como
iguales nos convertimos con la muerte. Hay alternativas y por ellas tenemos que
seguir en la lucha, que parece eterna. Detrás del machismo hay siglos de poder,
que los que lo profesan y lo alientan no quieren renunciar. Como si el mundo tuviera
que ser así y no lo es. Tenemos que superarlo combatiendo ¿Con armas?: las de
las ideas, la palabra, la acción y la conciencia.
No quiero olvidar a las víctimas del terrorismo. En especial a las del terrorismo machista. Desde el 7 de
junio de 1968 y hasta el 16 de marzo de 2010, ETA asesinó a 829 personas, asesinatos terribles, que han
supuesto dolor, sufrimiento, perdidas irreparables y políticas que no han
permitido una verdadera convivencia pacífica. 19 muertos al año, que se dice
pronto. Desde 1999, el
terrorismo machista, ha asesinado en España a 1.168 mujeres. 68 mujeres
asesinadas cada año. La violencia machista, nace de los propios valores que la
cultura ha establecido para la convivencia; una «violencia estructural», que hay
que desestructurar por humanidad, justicia y decencia.
Hoy las mujeres y sus familias son más pobres. En tiempos de
retroceso en derechos, libertades y recortes en gasto sociales, es cuando más
hay que exigir políticas contra la discriminación y explotación. Hay que derogar
la reforma laboral; desarrollar un Plan de Empleo especial para las mujeres,
que incluya políticas activas específicas de promoción del autoempleo e
igualdad salarial. Hay que promover políticas de corresponsabilidad en la vida
laboral y familiar (previsto en la Ley para la Igualdad efectiva de Mujeres y
Hombres). No cabe reformar la Ley de Salud Sexual y Reproductiva e Interrupción
Voluntaria del Embarazo. Y contra la violencia machista, impulso de políticas y
servicios de prevención y apoyo a las mujeres que la sufren.
«El 8 de Marzo es un día para la unidad de todas las
generaciones de mujeres que luchan por la igualdad y de los hombres que
queremos una igualdad real y efectiva», dice Pedro Sánchez. Todos los días
del año hay que unirse para este fin, digo yo. Sin igualdad no hay justicia y
sin la participación de las mujeres no hay democracia. El avance en la igualdad
real y efectiva tiene que dejar de ser una quimera y ser un referente de lucha
política; en palabras de Rosa Luxemburgo «Por un mundo
donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres»
Qué tomen nota los partidos y las formaciones políticas; que
tomen nota quienes formen las candidaturas. Quienes se comprometan con la
seriedad debida a llevar a cabo medidas que avancen en la dirección indicada,
tendrán el voto de la gente comprometida con la igualdad, la justicia social y
la solidaridad; incluido el mío.
Víctor Arrogante
En Twitter @caval100