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Bergen-Belsen en el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto

Bergen-Belsen en el Día Internacional de las Víctimas del Holocausto
El campo de concentración de Bergen-Belsen fue un lugar de horror y muerte. En este artículo nos acercamos a esta pesadilla.

El campo de Bergen-Belsen se levantó en el centro de Alemania, en la Baja Sajonia, en el año 1936 para albergar a los trabajadores que debían construir unos cuarteles en Bergen. En el año 1939, el ejército alemán lo convirtió en campo de prisioneros de guerra. Allí fueron a parar soldados franceses y belgas. Hubo que ampliarlo en 1941 porque se decidió que albergara a prisioneros rusos.

Posteriormente, el campo se puso bajo administración directa de las SS. Pasó de ser un campo de prisioneros de guerra a uno de concentración. A partir del verano de 1944 comenzó a ser empleado como campo de tránsito de judíos de diversos países ocupados de Europa occidental (Bélgica, Países Bajos, Dinamarca). Las condiciones de vida del campo sufrieron un claro deterioro en relación a las que tenía cuando era un centro para prisioneros.

El campo estaba pensado para unos 10.000 prisioneros, pero en 1944 solía haber una media de 15.000 personas internadas. Cuando comenzó a ceder el frente de guerra en Polonia, muchos de los prisioneros que estaban en campos en aquel país fueron a parar a Bergen-Belsen; se llegó a una población de 50.000 presos. En abril de 1945, ya muy cerca del final de la guerra y del horror, se abrió un segundo campo ante la avalancha de prisioneros que llegaban del Este. En aquellos momentos finales, la muerte se cebó entre estos prisioneros porque estaban en unas condiciones físicas lamentables, producidas por el traslado en mitad del frío de Centroeuropa y por el maltrato que recibieron.

En Bergen-Belsen no hubo cámaras de gas ni incineraciones pero eso no fue obstáculo para que se convirtiera en un campo de muerte. Fallecieron unas 37.000 personas por hambre, enfermedades, por agotamiento por el trabajo y por el maltrato. Una enferma Ana Frank murió en este campo. Unos días antes lo hacía su hermana Margot. Fueron víctimas de una terrible epidemia de tifus que en marzo de 1945 se propagó por todo el campo, unas pocas semanas antes de su liberación.

El campo de Bergen-Belsen fue el primero que liberaron los ejércitos aliados occidentales. Cuando llegaron los británicos encontraron, por primera vez, el horror del Holocausto nazi: cadáveres amontonados en fosas sin cubrir porque no había dado tiempo a hacerlo. El ejército británico obligó a los vecinos de los alrededores a visitar el campo para que pudieran ver el horror cometido por los nazis. Las fosas fueron cubiertas en mayo por soldados alemanes y miembros de las SS. Se decidió quemar todo el recinto para evitar enfermedades y epidemias. 

El último comandante del campo, Joseph Kramer, fue capturado, juzgado y ahorcado, después de celebrarse el conocido como Juicio de Bergen-Belsen ante un tribunal militar británico. Fueron encausadas unas cuarenta y cuatro personas, destacando Fritz Klein, médico en el campo, e Irma Grese, supervisora de prisioneros, también condenados a muerte y ejecutados.

Eduardo Montagut
Twitter: @Montagut5


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