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Renunciar a lo que no existe

Renunciar a lo que no existe
Algunos serviles cortesanos con la vileza propia de los que hacen leña del árbol caído, pretenden que la ex-duquesa de Palma renuncie a “sus derechos” a la Jefatura del Estado de España. ¿De qué derechos estamos hablando si la Constitución Española prohíbe en su art. 14 toda “discriminación por razón de nacimiento, sexo, o cualquier otra circunstancia personal o social"?





Por otra parte ¿cuántas veces tiene que desaparecer esos “derechos históricos” para que realmente desaparezcan de una vez por todas? ¡Porque ya va siendo hora!

Nadie, salvo los tramposos, pueden reivindicar unos “derechos históricos” de existencia imposible en una democracia. Máxime si presumiendo de serlo - ¿ha visto Vd. a Francia o a Alemania reivindicar continuamente que son una democracia? - se niegan a respetar la ley de memoria histórica que si protege unos “derechos históricos” que debe proteger toda democracia. Recientemente en Túnez se está exigiendo que los responsables de la dictadura precedente pidan perdón por las tropelías cometidas. ¿Será porque en Túnez sí eligen al Jefe del Estado?

Hagamos un breve recordatorio sobre esa nada de “derechos históricos heredables”.

El más indecente de todos los borbones que hemos tenido que sufrir manu militari, Fernando VII, dio un golpe de Estado contra su padre Carlos IV. Éste le perdonó a cambio de la vileza, suya y de su hijo, de descubrir a sus cómplices que fueron los únicos castigados. 

Fernando VII triunfó en su segundo golpe de Estado y su padre se vio obligado a abdicar en él, pero ese golpe no lograba tener reconocimiento internacional. Bajo presión de Napoleón, que tampoco reconoció el valor de esa abdicación y por lo tanto tampoco le consideraba un rey “legítimo”, Fernando VII abdicó en su padre Carlos IV y éste en Napoleón.

A semejantes antecedentes - se puede considerar que lo de Napoleón fue un golpe de Estado - se añade la reiterada vuelta de los borbones a España mediando tres golpes de Estado una y otra vez tras ser expulsados del país por la presión de los ciudadanos demócratas: 

1.- primer golpe del General Elio. Gracias a él logró instaurar la dictadura monárquica a Fernando VII a la que siguió una represión. Años después, ya con el pueblo en contra, se vio obligado a jurar la Constitución. Pero la historia nos acredita que para los borbones los juramentos valen poco. Acto seguido de jurar - ¡estos borbones! - pidió a sus colegas dictadores monárquicos que le permitieran recuperar la dictadura monárquica enviando un ejército a España - los 100.000 hijos de San Luis - para asesinar a los demócratas e instaurar de nuevo la dictadura monárquica, algo que logró ejerciendo luego una represión mayor que la anterior. El pueblo sufrió dos borbones seguidos, lo heredó su hija Isabel II, antes de poder desembarazarse de ellos por la presión de los demócratas.

2.- segundo golpe del General Martínez Campos. Gracias a él se re-instauró la dictadura de Alfonso XII, “disfrazada de seda” - había un parlamento - hijo de la expulsada, que heredó su hijo Alfonso XIII. Éste, que jurara respetar la Constitución -¡estos borbones! - no dudó en darse un autogolpe militar, el del General Primo de Rivera, para conservar lo que había adquirido inicuamente: la Jefatura del Estado. Tras sufrir a estos dos borbones, de nuevo los demócratas en unas elecciones municipales lo pusieron en la calle; en realidad salió huyendo muerto de miedo a Italia donde había un rey fascista que era lo que a él le gustaba ser.

3.- tercer golpe del General Franco. Éste tampoco dudó en asesinar a los demócratas españoles y como el borbón Fernando VII trajo a dos ejércitos, el nazi alemán y el fascista italiano para que los asesinara porque los no demócratas eran minoría. Sin embargo no reinstauró la dictadura borbónica en su hijo Juan sino en su nieto Juan Carlos al que había educado a su imagen y semejanza con tanta aplicación que para lograr la herencia de la Jefatura del Estado no dudo en jurar borbónicamente - una tradición familiar- que seguiría atropellando nuestros derechos.

Con tales antecedentes, ya llevamos dos borbones otra vez, ¿cree Vd. que alguien tiene derecho a pedir a nadie que renuncie a unos derechos que son una realidad inexistente? Dado que el art. 14 CE78 “prohíbe toda discriminación por razón o circunstancia personal o social” 

Pues los hay, aunque como dice el refranero “contra el “vicio” de pedir hay la “virtud” de no dar” aunque en este caso la “virtud” consista en “no dar lo que no se tiene”: los derechos a heredar una “soberanía que reside en el pueblo de donde emanan todos los poderes del Estado” (art. 1.2 CE78), lo que incluye el poder de la Jefatura del Estado que o es electiva o es una dictadura borbónica impuesta a los ciudadanos - mediando como siempre un golpe y un genocidio sin precedente en la historia de España - a los que se nos sigue considerando siervos.

¡Pero no lo somos! La mayoría, porque somos demócratas somos ciudadanos libres; la mayoría no admitimos ningún poder que nosotros no elijamos periódicamente. Me temo que tendremos que volver a demostrarlo por tercera vez. Ojalá esta vez sea la última.

Alfonso J. Vázquez

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