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Victoria Kent Siano (1889-1987)

Victoria Kent


Victoria Kent Siano es una de las grandes mujeres olvidadas en la historia de España. Nació en Málaga el día 3 de marzo de 1889. En cuanto al año de la fecha de nacimiento, aún a día de hoy se duda de la exactitud de la misma. Fue una jurista, abogada, política y pensadora republicana española. 

Nació en el seno de una familia liberal. Sus padres le trasmitieron la importancia del esfuerzo y el afán de superación en una sociedad conservadora llena de profundas desigualdades, donde las mujeres ocupaban una posición subordinada. 

A partir de 1917 se traslada a Madrid, en la capital estudia bachillerato y se aloja en la recién creada Residencia de Señoritas, equivalente a la masculina Residencia de Estudiantes, cuyos gastos sufraga dando clases particulares.

En 1920 ingresa en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, cursando la carrera como alumna no oficial y recibiendo clases de profesores como Jiménez de Asúa o Felipe Sánchez-Román. Se licenciará en junio de 1924 y se colegia en enero del siguiente año, realizando sus primeras intervenciones como abogada defensora ante los tribunales. 

En plena dictadura de Primo de Rivera se convierte en la primera mujer en ingresar en el Colegio de Abogados. El 1926 ocupa el cargo de vicepresidenta del Lyceum Club Femenino, junto con Clara Campoamor y Matilde Huici, mujeres que compartían sus ideales feministas, del Instituto Internacional de Uniones Intelectuales.

Su primera intervención como abogada defensora fue en 1930, defendiendo ante el Tribunal Supremo de Guerra y Marina al ilustre abogado republicano Álvaro de Albornoz, acusado de ser el instigador de la rebelión de Jaca. Consiguiendo la absolución de su defendido, lo que le dio un gran reconocimiento público. 

Álvaro de Albornoz fue su maestro, amigo y compañero de luchas: «Es para mí un honor defender al maestro que me ha contagiado el fervor de la justicia, el amigo que he ha allanado de dificultades, al compañero con el que hemos compartido ocupaciones e ideales».

Victoria Kent era una ardiente defensora de las ideas republicanas y aspiraba a trasformar la sociedad, por lo que se afilió al Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) junto a Clara Campoamor. En 1931 fue elegida diputada de la conjunción republicano-socialista de las Cortes republicanas constituyentes por Madrid con 65 254 votos.

Ese mismo año es elegida como miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1933 es elegida en la Asociación Internacional de Leyes Penales de Ginebra.

El prestigio de Victoria Kent impresionó al propio presidente de la II República, Niceto Alcalá Zamora, quien la designa Directora General de Prisiones (1931-34). Siguiendo el ejemplo de su precursora Concepción Arenal, Victoria trabajó incansablemente para mejorar las cárceles, con el criterio de rehabilitar a los presos: retiró las cadenas y grilletes, eliminación de las celdas de castigo, el derecho a leer la prensa, libertad de asistencia a los actos religiosos, permisos de salida, incremento de la ración alimentaria o la creación de talleres de trabajo. Asimismo creó el Cuerpo Femenino de Prisiones para la Cárcel de Mujeres y el Instituto de Estudios Penales.

De fuerte convicciones democráticas y feministas, la abogada malagueña mantuvo fuertes discusiones con la diputada Clara Campoamor, por el sufragio femenino, pues estaba en contra de otorgar el voto de forma inmediata, ya que consideraba que la mujer española no estaba preparada social ni políticamente para votar.

En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Victoria Kent fue elegida diputada por Jaén,​ en las listas de Izquierda Republicana (IR), que formaba parte del Frente Popular.

Durante la Guerra Civil (1936-39) viajó a Francia como Secretaria de la Embajada Española. Al finalizar la guerra se exilió a París, colaborando en la salida de refugiados españoles hacia América. Al llegar la invasión nazi a París en 1940, Victoria fue perseguida por la Gestapo, teniendo que adoptar la identidad falsa de Madame Duval, lo que le permitió seguir trabajando y escribiendo a favor de los exiliados españoles.

En 1948 se exilia a México, donde desarrolló una intensa actividad intelectual, en ámbitos universitarios y penitenciarios, impartiendo clases de Derecho Penal. Asimismo funda y dirige la Escuela de Capacitación para el personal de prisiones.

A partir de 1950 trabajó en Nueva York como funcionaria de la ONU entrando a formar parte de la Sección de Defensa Social. Dirigió la revista Ibérica, destinada a la publicación de noticias llegadas de España, para los exiliados republicanos en Estados Unidos.

En 1952 el presidente del Gobierno en el exilio, Félix Gordón Ordás, la nombra consejera del Gobierno republicano ante la ONU, cargo que equivalía a embajadora.

Durante su permanencia en el exilio, Victoria trabajó infatigablemente, apasionada y decidida, dedicó su vida a luchar por mejorar las condiciones de vida, no sólo de las mujeres, sino de todos los que se encontraran en condiciones de inferioridad: presos, huérfanos, exiliados. 

Victoria Kent fue partidaria de la unificación de los partidos republicanos y participa activamente en  la creación de Acción Republicana Democrática Española (ARDE), donde se incorpora como consejera del partido en 1960.

En 1963 escribe una carta a Salvador de Madariaga donde resume su pensamiento: «Personal y políticamente he sido, soy y seré mientras viva, republicana liberal, demócrata y federalista».

En 1973 a petición de las mujeres que habían participado en la resistencia contra los nazis, Victoria Kent recibe del Gobierno francés la Orden de Liberación.

En junio de 1976 durante una entrevista manifiesta: «Yo no tengo otra pasión que España, pero no regresaré a ella mientras no exista una auténtica libertad de opinión y de asociación», y añade: «Yo tenía el pelo negro cuando salí de España, ahora lo tengo blanco pero no por ello he perdido mi vocación política combativa».

Tras 38 años de exilio, el 11 de octubre de 1977 regresa temporalmente a España y es revida en honor de multitudes por sus correligionarios republicanos. Victoria Kent fue muy crítica con el Gobierno de Adolfo Suárez por su negativa a legalizar ARDE, lo que impidió que los republicanos no pudiesen participar en las elecciones generales del 15 de junio de 1977. 

Victoria Kent falleció en Nueva York el 25 de septiembre de 1987.

Equipo de redacción de Eco Republicano

Biografías recomendadas: 

Victoria Kent. Una pasión política. Miguel Ángel Villena. Debate (2007)


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