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Ellos, los gabachos, y nosotros la ¿furia? (Me duele España, me avergüenza España)

Ellos, los gabachos, y nosotros la ¿furia? (Me duele España, me avergüenza España)
Hoy las calles de Francia se han llenado de dignidad. Es lo que se echa de menos en este podrido Reino de la Corrupción, conciencia y dignidad. Todavía no hemos superado el miedo que nos metió el enano del Ferrol.






Nos dijeron que éramos la Furia Española, y nos lo creímos cuando Iniesta metió un gol del Sudáfrica, entonces sí salimos a la calle.

Sin embargo, nos roban hasta la mierda de la curcusilla, nos pisotean todos nuestros derechos, el derecho a la educación, a la sanidad, nos roban la vivienda, vuelven los sueldos basura.

Nos dijeron que mientras los españoles pasaban hambre, el rey se iba de lujosos safaris a matar elefantes y lo tomamos como un chiste.

Vino la lista Falciani donde hay 715 españoles de arriba, políticos en activo, empresarios ejemplares, altos y muy altos cargos institucionales que en nombre propio o a través de testaferros han saqueado España y nos quedamos esperando la próxima, la de Luxemburgo, la de Panamá, la de las Islas Vírgenes…. 

España está en venta, los chinos compran hasta el edificio España, mientras nuestros ejemplares empresarios se llevan el dinero a paraísos fiscales, eso sí, con la banderita de patriotas en la muñeca y el alfiler de la corbata con el escudo franquista o el constitucional de la monarquía en la corbata, porque ellos, son ladrones, saquean España pero son muy patriotas, ¡Español, Español, Español! Además lo hacen con el consentimiento de las autoridades y la sumisión y complicidad de sus víctimas, que se lo toman a guasa, se indignan en el bar y después de dos cañas se van al sofá de su casa a seguir indignándose, pero eso sí, desde el sofá o a lo mucho que se atreven es a expresar su indignación en Facebook o Twitter. Cuando lleguen las elecciones volverán a votar a esos mismos ladrones y a sentir el orgullo de esos empresarios que tienen sus marcas en los grandes centros comerciales, fabrican en China, Singapur o Bangladés y se llevan el dinero a los paraísos fiscales. 

En España un caso de corrupción tapa otro, una mierda tapa la otra. Y lo que es peor un desahucio tapa otro, un suicidio/asesinato por la crisis tapa otro (más de mil quinientos al año en los últimos tiempos por culpa de la crisis) Y esa es otra, hablamos de la crisis como si fuese una plaga, una tormenta, un terremoto, algo inevitable provocado por la furia de la naturaleza. Sin embargo, está causada por personas con nombres y apellidos, por mafiosos que todos sabemos quiénes son, y nos indignamos, pero a la hora de meter la papeleta en la urna les votamos, convirtiéndonos en cómplices miserables de nuestros propios verdugos. 

Mientras quienes pueden sacarnos de la situación no llegan a acuerdos por memeces, estúpidas excusas que nos tienen entretenidos, porque a nosotros lo único que nos saca a la calle es que Iniesta meta un gol para gritar:

¡Yo soy... ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL!

Más valdría que en lugar de salir a la calle para gritar:

¡Yo soy... ESPAÑOL, ESPAÑOL, ESPAÑOL!

Saliésemos para defender nuestros derechos, nuestra dignidad y el pan de nuestros hijos. Hoy los franceses, los gabachos, nos han dado una lección, otra más.

Paco Arenas (Autor de Los Manuscritos de Teresa Panza)

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