Eduardo Montagut
Líder indiscutible del catalanismo moderado, Cambó siempre basculó entre el nacionalismo y la defensa del orden social, marcando esa compleja dualidad de la opción conservadora del nacionalismo catalán. Por otra parte, fue uno de los mecenas más importantes de la primera mitad del siglo XX.
Francesc Cambó i Batlle nació en Verges (Baix Empordà) en el año 1876. Pasó su infancia en Besalú donde su padre era el hereu de una familia de comerciantes y propietarios arraigada en la zona desde el siglo XVI. Estudió en Figueres, Girona y Barcelona. Se licenció en Filosofía y Letras y en Derecho en la Universidad de Barcelona. Miembro activo del Centre Escolar Catalanista, del que fue secretario y presidente, trabajó con Narcís Verdaguer i Callís, y en 1899 entró a formar parte del Centre Nacional Català. En 1901 se implicó en la fundación de la Lliga Regionalista de Catalunya, decidiendo dedicarse de pleno a la política. Por este partido fue elegido concejal del Ayuntamiento de Barcelona en las elecciones municipales de 1901. Participó en la formación de Solidaritat Catalana, que según su opinión debía ser un instrumento para conseguir su propósito de intervenir activamente en Madrid.
Fue herido gravemente en un atentado en Hostafrancs en 1907 y a los pocos días fue elegido diputado solidario por Barcelona, pero en 1910 fue derrotado en el distrito de La Bisbal por el candidato republicano Salvador Albert. En marzo de 1912 consiguió el ansiado escaño en unas elecciones complementarias por Castellterçol, renovando el mismo en 1914 y 1916, y por Barcelona en 1918, 1919, 1920 y 1923, siempre por la Lliga.
En junio de 1916 pronunció uno de sus más importantes discursos políticos en el que solicitaba la autonomía para Cataluña más allá de una mera descentralización administrativa. Al morir Enric Prat de la Riba, Cambó pasó a dirigir la Lliga, defendiendo un cambio de estrategia hacia posturas más conservadoras y de colaboración con el sistema político estatal. Este cambio se conoció bajo el lema de la campaña “Per Catalunya i l’Espanya Gran”.
Cambó se implicó en la convocatoria de la Asamblea de Parlamentarios en el mes de julio de 1917, y a la que estaban llamados los parlamentarios españoles ante la suspensión de las garantías constitucionales y el cierre de las Cortes por decisión del gobierno de Eduardo Dato. Cambó planteaba con esta iniciativa buscar una solución a la grave crisis del sistema político español en ese año crucial. La Asamblea propuso la creación de un gobierno provisional y la convocatoria de unas Cortes constituyentes para democratizar el sistema político y conceder la autonomía a Cataluña. Pero Cambó no consiguió más que acudiese una minoría de parlamentarios, casi todos los que formaban la oposición al sistema. Este hecho y que las Juntas de Defensa rechazasen las pretensiones presentadas hizo que se disolviese.
Cambó fue nombrado ministro de Fomento en el gobierno de salvación nacional de Antonio Maura en 1918, y ministro de Economía en 1921.
La creación de Acció Catalana restó votos a la Lliga y provocó la fuga de personalidades de gran peso político. Esta crisis se reflejó en las elecciones de 1923. El fracaso de la experiencia de gobierno en Madrid hizo que Cambó se retirase de la política durante un tiempo, coincidiendo, además, con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera. Durante los años veinte Cambó se dedicó a sus actividades financieras, la realización de largos viajes y la promoción de actividades de mecenazgo.
Al caer la Dictadura de Primo de Rivera, Cambó regresó a la política activa y a la dirección de la Lliga. En 1930 defendió la continuidad de la Monarquía en Per la concòrdia. Este escrito, como el hecho de haber aceptado de la Dictadura de Primo de Rivera, al considerarla un mal menor y necesario para mantener el orden en Barcelona frente a los anarcosindicalistas, terminó por provocar un claro divorcio entre la Lliga y el catalanismo de signo progresista.
Cambó fue elegido diputado en 1933 por Barcelona, después del cambio de nombre de la Lliga Regionalista por el de Lliga Catalana. Se configuró como un partido conservador, católico y opuesto el reformismo republicano pero respetuoso con la legalidad. En las elecciones de noviembre de 1933 se recuperó electoralmente, después del fracaso electoral de 1931, en consonancia con el cambio político en toda España. La Lliga se enfrentó a la Ley de Contratos de Cultivo, aprobada por el Parlament de Catalunya, encontrando el apoyo del gobierno de centro-derecha de Madrid.
La Lliga fue siempre contraria a la reforma agraria, ya fuera en el ámbito catalán, ya en el español. También condenó los hechos del Seis de Octubre de 1934 y participó en la gestión de la Generalitat tutelada por el gobierno central. En 1936, la Lliga de Cambó fue derrotada en las elecciones de febrero. Ese fue el momento que eligió para marcharse de viaje al extranjero para no regresar jamás. Aunque no tuvo ninguna participación en maniobras o conspiraciones relacionadas con el golpe militar del 18 de julio, terminó por vincularse a los sublevados ante su temor a todo lo que tuviera que ver con radicalización social y política. Su vinculación fue a través, principalmente, de aportaciones económicas.
Cambó vivió en diversos países, principalmente en Suiza, luego en Estados Unidos y, por fin, en la Argentina donde moriría en 1947.
Cambó se destacó, además de por su intensa vida política, por sus actividades financieras y, especialmente, por su mecenazgo a favor de la cultura catalana. Creó la Fundación Bernart Metge para la traducción al catalán de las obras clásicas. Otras dos fundaciones culturales deben ser reseñadas: la Bíblica Catalana y la Hebraico-Catalana. Patrocinó la redacción de la Història de Catalunya de Ferran Soldevila y el Diccionari General de Llengua Catalana de Pompeu Fabra. Al final, donó su valiosísima colección de arte a la ciudad de Barcelona y al Museo del Prado.
Entre sus publicaciones destacamos las siguientes: La política económica de España (1918), Vuit mesos en el Ministeri de Foment (1919), El problema ferroviario en España (1921), Entorn del feixisme italià (1924), España, Cataluña y la nueva Constitución (1929), Per la concòrdia (1930), Discursos parlamentaris (1935) y Memòries. 1876-1936 (1981).