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Nuestra República, propuesta concreta, ante la realidad concreta

Nuestra República, propuesta concreta en la realidad concreta
La propuesta concreta, ante la realidad concreta. No hablo de la República en general, en filosofías etéreas, hablo de aquí y ahora de nuestro país hoy, con su historia y su relación de fuerzas., de la República ESPAÑOLA, no una cualquiera. Una República cuya sola mención provoca una súbita polarización y eleva la tensión al limite, que sigue suscitando el odio de la clase dirigente española al punto de no soportar siquiera su nombre en alto. Lo único que nos separa de la República es el carácter legal del estado franquista, sus leyes y sus referéndum, que surten efectos a día de hoy. Es decir, lo que define y mantiene la legalidad de este régimen actual es la Total Impunidad de del Franquismo. 

Nosotros los republicanos no remitimos al futuro más o menos hipotético nuestro «programa máximo», lo queremos aquí y ahora, y eso nos exige apurar aquí y ahora las contradicciones. ¿Creéis acaso que este régimen que tanto miedo a las palabras está en condiciones de soportar que se le hable claro en público? 

Nuestra República a no admite adjetivos, es la republicana «republicana», la que está al servicio del pueblo, la que tiene su supervivencia y su dignidad por encima de todo, es el estado de la fraternidad organizada, basada en la ciudadanía y en la instrucción publica, en la dignidad del trabajo como única fuente de riqueza, con igualdad política de todos, sin el que dinero y la propiedad puedan significar ni más poder ni más influencia, con libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión, de comunicación, una república del pueblo, para el pueblo, democrática, un estado comprometido con las libertades y los derechos de todos, que esté dispuesto a poner coto a los poderosos y que ponga al servicio de la nación toda la riqueza y todo el trabajo. Esa es nuestra república, «una república de trabajadores de toda clase unidos en un régimen de libertad y justicia», como decía el articulo 1 de la CE78. 

Esto podrá parecer limitado, ingenuo y hasta «pequeño burgués», pero es desde luego inaceptable para la oligarquía española y los poderes internacionales que condicionan nuestra perdida soberanía. Ya lo fue en 31-36. Lo es igualmente en 2016.

Pedro Alberto García Bilbao
Colectivo Al Servicio de la República (ASR)

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