Álvaro Pascual-Leone Forner fue un abogado, político, juez y escritor español, republicano radical y militante de Unión Republicana. Nació en la localidad valenciana de Vinaroz, el 1 de diciembre de 1896 y falleció en el exilio en México en 1965.
Pascual-Leone procedía de una familia de Vinaroz de abolengo liberal. Su actividad profesional no se desarrolló propiamente dentro de la universidad, a pesar de sus intentos de quedarse en ella, pero se puede considerar universitario por formación y vocación. Él y su hermano Juan, pronto instalados en Valencia, adoptaron al acabar la carrera una actitud política activa. Álvaro estudió derecho y Juan, medicina. El primero fue ayudante de Mariano Gómez, catedrático de derecho político, y primer rector de la República. Juan formó parte de la junta provisional republicana, al ser proclamada la República en Valencia el 14 de abril, representando a Agrupación Valencianista Republicana, más tarde perteneció a Izquierda Republicana, pero no continuó su carrera política. Álvaro por el contrario, después de militar en el Partido Radical y el PURA (Partido de Unión Republicana Autonomista), se adhirió a Unión Republicana en 1934.
Álvaro, colaboró con el diario El Pueblo, fundado por Don Vicente Blasco Ibáñez. En 1918 fue presidente de Juventud Nacionalista Republicana. En 1921 en Vinarós fundó el periódico Patria Nueva, de la que era director. Se subtitulaba “Organo del Bloque anticaciquista del distrito de Vinaróz” y que con el advenimiento de la Segunda República se titula “Nueva Patria” u “Organo del Centro Instructivo Republicano”.
En 1925 se casó con María Ascensión Chirivella, una notable abogada de Valencia (la primera abogada de España), que le acompañó en muchos mítines. Los dos iban ensalzando a la mujer en las Agrupaciones femeninas.
Cuando se proclamó la II República fue elegido concejal del Ayuntamiento de Valencia y formó parte de la comisión redactora del anteproyecto de Estatuto de Autonomía de la actual Comunidad Valenciana.
Fue diputado a cortes en 1931 y 1933 por la provincia de Castellón representando al Partido Radical. El 2 de octubre de 1933 cesó en el cargo de Diputado a Cortes por haber sido nombrado Director General de Administración. En las elecciones de 1936 es elegido diputado por la provincia de Almería con Unión Republicana, obteniendo 73.093 votos sobre un censo de 125.187 electores, siendo el diputado que obtuvo el mayor número de votos.
Al desatarse la Guerra Civil, permaneció leal a la República y fue nombrado Director General de Administración Local y magistrado del Tribunal Supremo de España, en representación, primero de Unión Republicana y después de Izquierda Republicana.
Asistió a las últimas cortes de la República en el castillo de Figueras el 1 de febrero de 1939 y el mismo 1939 se exilia a México. Allí fue fundador en 1943 con otros republicanos, seguidores de Martínez Barrio, del grupo político denominado “España con Honra”, integrado en Unión Republicana, cuyo fin primordial era dar a conocer lo referente a la existencia legal de la República Española.
Pascual-Leone fue consejero jurídico del Instituto mexicano del seguro social desde su fundación. Publicó una serie de monografías sobre legislación laboral que ejercieron notoria influencia en América Latina. De entre su obra destaca el estudio histórico, La transformación del concepto económico en el siglo XVIII. Y una novela casi autobiográfica, Pedro Osuna, en la que utiliza el título del grupo político “España con Honra”, que en la obra, corresponde al grito emitido por un querido republicano al morir fusilado.
Pascual-Leone evidencia prontamente su gran formación de jurista y de especialista en derecho político, como lo demuestra en el discurso “La República española existe” que pronunció, como secretario de la delegación local de México de la ARE (Acción Republicana Española) y secretario de la comisión permanente de las cortes, el 6 de mayo de 1943, en el Centro Republicano Español.
En su argumentación, Pascual-Leone, insiste en la legitimidad de la República en el exilio y la usurpación del poder de modo violento ejercida por los falangistas y Franco. La existencia de jure de la República española; también la validez de jurídica de la Constitución de 1931 y por tanto para él, “es evidente que debemos considerar que existen los órganos de Poder que de la Constitución emanan… Existe todo el ordenamiento jurídico, los Estatutos de Cataluña y del País Vasco… y… los órganos de autoridad que de los Estatutos derivan”.
Para Pascual-Leone, es esencial la existencia del parlamento, del presidente, y del gobierno legítimo de la República. A pesar de haber terminado su mandato los diputados elegidos en febrero de 1936 siguen en funciones porque el artículo 59 preveía “Las Cortes disueltas se reúnen de pleno derecho y recobran su potestad como Poder legítimo del Estado, desde el momento en que el presidente no hubiese cumplido dentro del plazo la obligación de convocar las nuevas elecciones”.
Los diputados, ateniéndose a este precepto, se reunieron con toda la legalidad en el castillo de Figueras. Por otra parte existía la diputación permanente de las cortes que se había reconstruido en París, en un local alquilado en la calle Pepinfere. Allí leyó Diego Martínez Barrio, presidente de las cortes y de la diputación permanente, el mensaje de Azaña dimitiendo (sesión 3-III-1939). Desde ese momento se considera depositario del poder máximo de la República, opuesto a Juan Negrín que lo reclama, como jefe de gobierno. El día 7 de marzo se vuelve a reunir y aprueba una propuesta de Pascual-Leone y Torres Campañá en el sentido de que es esta diputación “el único organismo de carácter popular de la República –y por tanto- se reserva el derecho de solicitar de todas las autoridades republicanas… el informe de sus actos”. Negrín por su parte manifiesta la legitimidad de su gobierno al llegar a París.
El 31 de marzo se reúnen la diputación y Negrín en sesión un tanto borrascosa y con una legitimidad más o menos discutida por la diputación de las cortes el gobierno de Negrín asume finalmente la legalidad republicana en el exilio.
La diputación de las cortes pasa a México y se reúne varias veces. Pascual-Leone es secretario de la misma y pronuncia un importante discurso en 7 de noviembre de 1941. Comentado luego por Angel Ossorio Gallardo sigue defendiendo la tesis de que es el parlamento, las cortes, quienes representan la autoridad máxima y legal de la República. Y para él, el presidente legítimo interino es el presidente de las cortes, Diego Martínez Barrio. “No se trata de restaurar personas, sino, ratificando nuestros ideales, y por respeto a los que cayeron en su defensa, restaurar las instituciones legítimas.
El gobierno de Franco no es legítimo aunque lo hayan reconocido casi todas las potencias excepto México y Rusia. La legitimidad la otorga únicamente el libre acatamiento de la voluntad popular. “La República Española en su lucha por la libertad del mundo, resistió tres años, tuvo un millón de muertos y estaba sin armas”. La República española, representa aún la conciencia histórica de su pueblo y pone el ejemplo del reconocimiento del Consejo Nacional Checoslovaco por Francia e Inglaterra, aunque no tuviera territorio, en la primera guerra mundial, cuando el pueblo checoslovaco quiso independizarse del imperio austrohúngaro.
Eco Republicano
Fuentes consultadas:
El exilio valenciano en América. Obra y memoria. Por María Fernanda Mancebo