Cada 20-N los cavernícolas abandonan sus cuevas para adorar a su ídolo. Suelen ir en manada, se reúnen en un punto fijo y levantan el brazo por inercia para cantar lo único que saben cantar, “cara al sol”. Son cavernícolas franquistas incapaces de distinguir entre la bondad y la maldad. No son personas, sino criaturas antropoides que han sufrido una transformación interna, ya que dejaron de ser hombres para convertirse en marionetas. Adoran a su ídolo, a pesar de ser un dictador sanguinario que no toleraba que nadie pensase distinto a él y que fusilaba al que pensase distinto a él; en su fuero interno están orgullosos de los actos criminales que cometió y no dudarían en hacer lo mismo que hizo el dictador si no se viesen intimidados por el peso de la ley.
El adoctrinamiento, la propaganda y el lavado de cerebros es la mejor técnica de la que se sirven los dictadores para controlar la mente humana y al dictador genocida le dio muy buenos resultados. Lo que un dictador inteligente y práctico necesita no es un paciente que deba ser recluido en una institución o una víctima a la que haya que fusilar (aunque el dictador fusiló y mucho) sino un converso que trabaje para la causa. De ahí, que los cavernícolas franquistas salgan cada año a la calle con el saludo fascista y banderas fascistas, porque se identifican y trabajan para la causa fascista, a pesar, de que vivamos en una democracia donde no se debería permitir ningún acto de exaltación fascista. Y no dudan en agredir a cualquiera que insulte o menosprecie a su ídolo, como ha sucedido hoy, porque su “ídolo debe ser respetado” aunque fuese un asesino.
El 20-N debería ser un día para recordar a las víctimas del franquismo, homenajearlas y concienciar al pueblo de la importancia de erradicar el fascismo de nuestra sociedad para impedir que se vuelvan a cometer estos hechos terribles que sembraron nuestro país de muertos, todos ellos víctimas de la barbarie fascista.
Para terminar, un día como hoy, me viene a la memoria una cita de Vasili Grossman: “Cuando es el hombre, el hombre dotado de libertad, razón y bondad, el que vence, es el fascismo el que muere y aquellos que se habían sometido a él vuelven a ser hombres” .
Victoria Robles | Eco Republicano
