No es necesario acudir a las páginas de sucesos o tribunales, para conocer los diferentes casos cuyo protagonista es la «justicia». En temas políticos, económicos, administrativos, de sociedad; existen un rosario de casos conocidos de corrupción, malversaciones, estafas, conflictos de intereses de todo tipo; y ahora, como en tiempos no tan lejanos, contra la libertad de expresión. ¿Qué es la justicia? ¿Qué significado tiene el término justicia? ¿Cómo se administra? Corren malos tiempos para la Justicia.
Pocas instancias públicas, personalidades o instituciones se salvan de verse ante la justicia; ahora también los tuiteros y titiriteros. Desde miembros de la familia real, a ministros, presidentes y consejeros de comunidades autónomas, alcaldes y concejales, políticos en particular, directivos de bancos en quiebra y partidos políticos. Algo tiene que ver con la desvergüenza, la falta de ética y ausencia de democracia. También con la Justicia social, concepto aparecido a mediados del Siglo XVI, por las desigualdades sociales y buscando el equilibrio social. Justicia social, que trata sobre el derecho de los más desfavorecidos socialmente, de forma especial la clase trabajadora, ante la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales.
Los tribunales españoles abrieron juicio por delitos de corrupción contra 1.378 personas entre julio de 2015 y el 30 de septiembre de 2016, según la primera base de datos que recoge los procedimientos judiciales por delitos relacionados con «este fenómeno criminal», según el Consejo General del Poder Judicial. Del total de imputados, 1.060 eran hombres y 318 mujeres, acusadas en 166 procedimientos distintos por corrupción en la esfera pública. De las 99 sentencias dictadas, 72 han sido total o parcialmente condenatorias, lo que se traduce en 399 personas condenadas, 87 de ellas se encuentran en la cárcel y 5 en prisión preventiva.
«La justicia emana del pueblo y se administra en nombre del Rey por Jueces y Magistrados integrantes del poder judicial, independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley. Los Jueces y Magistrados no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni jubilados, sino por alguna de las causas y con las garantías previstas en la ley», dice la Constitución en su artículo 117; pero ya vemos como el presidente del Gobierno manipula las reglas establecidas para asegurarse la colocación de sus jueces en los Tribunales clave. Han aprobado las pautas para la elaboración de la terna de candidatos de las que debe salir el juez español para el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Entre ellas una sin precedentes para favorecer a Pérez de los Cobos como juez europeo y presentar para el Tribunal Constitucional al octogenario Alfredo Montoya, jurista camisa vieja del PP y la FAES, inspirador y maestro reconocido de Francisco Pérez de los Cobos.
¿Y cómo se ejerce la justicia? Ni las leyes son iguales para todos, ni la justicia se aplica a todos por igual. El poder es el poder y tiene sus privilegios. El poder hace la ley y quién hace la ley, ya se sabe que hace la trampa. Unos salen de la cárcel, tras pagar millonarias fianzas y otros entran por manifestarse defendiendo sus derechos. Algunos populares y poderosos ni entran ni se les investiga, y otros pobres pasan años en prisión por delitos considerados menores. Los retrasos y la falta de medios materiales y humanos en los tribunales afectan al ejercicio de la Justicia y siguen sin tomar medidas. El derecho a un proceso sin dilaciones indebidas afecta a la ejecución de las resoluciones, temas que deben ser de las primeras preocupaciones ciudadanas.
En el año 2012, comencé a colaborar con el desaparecido Diario Progresista y en mi primer artículo reflexionaba sobre la idea de la Justicia. Desde tiempos remotos, la sociedad, ha ido elaborando diferentes conceptos sobre la idea de «justicia», en función de la cultura, costumbres, formas de vida, maneras de ser en cada etapa histórica y sin duda en función de lo que el poder quisiera otorgar en cada momento; hasta llegar a la imagen actual de la mujer con ojos vendados, que porta en su mano izquierda una balanza y en la diestra una espada: ceguera, equilibrio y venganza. De la justicia divina a la justicia social. De la justicia para unos, a la justicia para todos. De la justicia para todos a la justicia según la capacidad de poder.
El jurista romano Ulpiano la definió como: Iustitia est constans et perpetua voluntas ius suum cuique tribuendi (La justicia es la constante y perpetua voluntad de conceder a cada uno su derecho), entendiendo el término «derecho» como lo suyo, lo que es suyo, o lo que es de su propia responsabilidad.
La filosofía también ha razonado sobre la idea de Justicia. Platón la identifica con la armonía social. Aristóteles como dar a cada uno lo que es suyo o lo que le corresponde. Santo Tomás de Aquino lo enfocaba como Ley Natural; los derechos naturales que han de tener los ciudadanos y que han sido otorgados por dios. Por último para los utilitaristas, que buscan «el máximo bienestar para el máximo número de personas a la vez». La máxima dice que se hace justicia, cuando te dan la razón teniéndola, después de haber demostrado que la tienes. Tener razón, demostrar que la tienes y que te la den; difícil combinación.
Muchos inocentes pagan por delitos que no les corresponden. La injusticia viene de la falta de sensibilidad del mundo egoísta, cargado de personas vacías, en personas que solo buscan un bien personal y no el bien común. La Justicia representan uno de los valores humanos por excelencia, la Justicia, es una palabra que engloba muchas características y cada una de ellas es diferente entre si. Justicia es la tolerancia y la congruencia a las cosas y a las personas, no juzgar los hechos por la sola observación de las diferencias o características que nos son afines. La Justicia es honradez y honestidad, es una cualidad del individuo para el desarrollo en sociedad.
La Administración de Justicia está mal y no hay voluntad política para solucionar sus males. La complejidad de las tramas, la lentitud de la ayuda internacional y la tardanza de los informes periciales dificultan cumplir los tiempos legales facilitando a los investigados (antes imputados) que se salten la ley. Pero hay jueces y jueces; desde que la ley de enjuiciamiento se reformó, el juez José Castro ha sorteado los escollos ampliando el plazo de investigación a solicitud de la acusación particular y no de la Fiscalía, que es lo que preceptúa la nueva redacción de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que ha convertido al Ministerio Fiscal en dueño absoluto de los destinos del proceso y brazo justiciero del Gobierno, que tapa lo que quiere tapar. Una excepción, la decisión de la Fiscalía Anticorrupción al apoyar la reapertura del caso de la financiación irregular del PP, por las declaraciones de Correa ante el juez, sobre las mordidas del 3%, citando a Rajoy y a José María Aznar.
Y es que la falta de medios y de organización en Justicia afecta a los derechos de los ciudadanos, según el portavoz socialista, Ángel Gabilondo, en la Asamblea de Madrid, que ha pedido al Gobierno de Cifuentes facilitar la tarea de la Justicia con la «suficiente dotación de infraestructuras de sedes judiciales», con la «seguridad e higiene» de los inmuebles, o la accesibilidad a los expedientes. En julio del año pasado, el TSJM denunció en la Memoria Judicial, que la Comunidad de Madrid tiene las peores infraestructuras judiciales de toda España. Pese a lo que dice el Gobierno, no quieren que la Justicia funcione, salvo la «rápida» que se aplica a los roba gallinas de siempre.
Justicia es un conjunto de normas y reglas que permiten regular las conductas entre las personas, permitiendo, avalando, prohibiendo y limitando ciertas conductas o acciones en el actuar humano o con las instituciones. Es a partir de la ciencia del derecho, cuando resulta más complejo lograr una definición única, al depender de múltiples factores, como de tantas definiciones como autores. Podríamos decir que Justicia es, lo que dice que es justicia la mayoría de los miembros de un tribunal.
La Justicia depende del contexto social y político imperante, donde se desarrollan experiencias, circunstancias y situaciones diversas, que muestran los valores de libertad, verdad, paz, derechos y democracia.
Víctor Arrogante
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