Don Gervasio Manrique Hernández nació en Osona (Soria) el 31 de mayo de 1891 y falleció el 14 de julio de 1978 en Madrid. A lo largo de su fecunda vida practicó el magisterio, el periodismo, la etnología y la literatura siendo frecuentes en su obra las referencias sorianas. Gervarsio Manrique firmó muchas de sus obras como Gervasio Manrique de Lara, en recuerdo de la Tierra de donde procedían él y su familia.
Curso estudios elementales de Magisterio en la Escuela Normal de Soria y posteriormente en Zaragoza los de Maestro Superior. El 28 de marzo de 1913 logró plaza como maestro nacional mediante oposición libre, cesando su labor docente el 15 de mayo de 1917 para pasar al cuerpo de Inspectores de Primera enseñanza en Soria, donde desplegó todos sus esfuerzos mejorar la enseñanza mediante prácticas pedagógicas.
En este sentido, en la provincia de Soria impulsó numerosas conferencias en pueblos, excursiones con maestros a Madrid, Toledo, Bilbao, El Escorial y Barcelona para visitar otras escuelas y monumentos. También organizó en Almarza y Valdeavellano la fiesta del Niño, fomentando obras complementarias de la escuela y procurando en todo momento una labor de estimulo y cooperación para luchar contra el analfabetismo.
En palabras de don Gervasio Manrique: "Todo el que ejerza una función docente debe aspirar a que corresponda a su cargo una ejemplaridad y un esfuerzo dignos de su misión. La inspección de Primera enseñanza siente por encima de su función que el Magisterio es uno de los más nobles ejercicios, y por ello despliega todos sus esfuerzos en encauzar, orientar y perfeccionar la obra de los maestros primarios".
En abril de 1927 como inspector jefe de Primera enseñanza, organizó la Semana Social del Magisterio de Soria, entre cuyos actos figuraban interesantes conferencias de agricultura, arte y de orientación profesional.
En 1928, la Junta para la Ampliación de Estudios, le concedió una pensión para estudiar los trabajos pedagógicos desarrollados en el Centro de Orientación Profesional de Bruselas. En 1929, la Sociedad Española de Higiene en los Premios Roel, bajo el tema "Orientación profesional para la elección de una carrera, arte u oficio en relación con las aptitudes y facultades del niño", le concedió un accésit a su trabajo de investigación, que posteriormente desarrollaría fervorosamente en el libro "El Orientador Profesional. Manual de Psicotecnia" (1929), en el cual recoge sobriamente, las técnicas pedagógicas que gradúan las distintas facultades del espíritu y aptitudes del cuerpo, para lograr lo que el psicólogo ruso Rosolime llama "perfil psicofisiológico", que expresa la aptitud, vocación y capacidad educacional de cada individuo. Resultado ideal que permitiría dar a cada uno el trabajo correlativo con sus aptitudes y a cada trabajo la persona idónea para desempeñarlo.
En diciembre de 1929, organizado por la Asociación Provincial del Magisterio, los Ayuntamientos de la provincia ofrecieron un merecido homenaje a don Gervasio Manrique en el teatro principal de Soria por su labor escolar. En diez años había inaugurado 320 escuelas nuevas. Durante el homenaje se le hizo entrega de un estuche con las actas de los Ayuntamientos de adhesión a su labor y un álbum con las fotografías de los escuelas Inauguradas.
A finales de 1931 obtuvo, mediante oposición, una plaza de Inspector en Madrid que mantuvo hasta el año 1936. En enero de 1936, realizó una conferencia en el Ateneo de Madrid sobre la vida y obra del filósofo Julián Sánz del Río, dentro del ciclo de conferencias organizadas para celebrar el centenario del Ateneo. Gervasio Manrique disertó sobre la influencia de éste en la renovación de la cultura española.
No fue la suya una vida fácil. Comprometido, como casi toda su generación, con la causa regeneracionista de la Segunda República, Gervasio Manrique fue, al término de la Guerra Civil, y pese a no haberse significado en formación política alguna, "depurado", como se decía eufemísticamente. No fue, claro, el único, la persecución contra el profesorado español fue sistemática.
Hay una faceta que debió ser especialmente querida a Gervasio Manrique y fue la del folklore provincial, con especial atención a los aspectos filológicos. Fruto de estas inquietudes irían apareciendo una serie de artículos en diversas revistas como Dialectología y Tradiciones Populares, Celtiberia, Revista de Soria, periódicos locales, El Avisador, La Voz de Soria y nacionales como ABC y Pueblo. Pero también en las obras de ficción como sus "Cuentos populares" aparece con mucha frecuencia el tema de Soria, la dialectología, las leyendas y tradiciones del Alto Duero. "Soria, la ciudad del Alto Duero", una de sus primeras obras y quizá la más entrañable, por cuanto destila un irrefenable amor a esta tierra, es también un compendio de fiestas populares (1)
Eco Republicano
Libros:
"Pedagogía social" (1920)
"Mutualidad escolar" (1920)
"La Educación Popular en Francia, Bélgica y Suiza" (1920)
"La Práctica de la Orientación profesional" (1925)
"Tribunales para niños" (1925)
"Soria, Ciudad del Alto Duero" (1927)
"La Maestra de Araviana, una española en París" (1927)
"La enseñanza menagére" (1929)
"El Orientador Profesional. Manual de Psicotecnia" (1929)
"El consejero de orientación profesional" (1930)
"Educación Moral y Cívica" (1933)
"La Selección de los niños bien dotados" (1933)
"Sanz del Río" (Madrid, 1935)
"La Historia de España en la Escuela (1936)
"Leyendas y cuentos populares españoles" (1972)
"Cuentos populares" (1975)
"Los cagarraches" (novela inédita)
Fuentes Consultadas:
(1) Antonio Ruiz Vega. artículo publicado en el número 3 de Cuadernos de Etnología Soriana)