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Carta abierta al presidente Suárez (27 de abril de 1977)

Carta de Acción Republicana Democrática Española a Adolfo Suárez


A continuación reproducimos una carta abierta al otrora presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, que remitieron los principales integrantes de Acción Republicana Democrática Española (ARDE). La misiva fue publicada en Diario 16 con fecha 28 de abril de 1977.


Carta abierta al presidente Suárez

En información enviada desde México hoy mismo (Miguel Morer en D16) nos sorprende en grado máximo la afirmación atribuida a usted de que "no existe un grupo republicano coherente que está interesado en participar en las elecciones". Y nos sorprende tanto más cuanto que eso lo haya dicho usted precisamente en México, donde existe desde 1939 uno de los focos más importantes del exilio republicano y uno de los tres lugares en donde se constituyó Acción Republicana Democrática Española A.R.D.E. —México, París y Madrid—, en 1959 como fusión de los grandes partidos que gobernaron la II República (Izquierda Republicana y Unión Republicana) y agregados de muchos republicanos de derecha y federales.

Este partido ha funcionado en el exilio abiertamente y en el interior de España como "republicanos de catacumbas". Tratamos de salir a la luz pública en mayo de 1975 con motivo de un homenaje a nuestro presidente honorario, don Claudio Sánchez Albornoz, el cual fue suspendido por las autoridades al tiempo que se nos inundó de amenazas anónimas; en junio de 1976 el entonces ministro de la Gobernación señor Fraga nos ofreció autorización para actuar públicamente a cambio de prescindir del nombre "republicano". compromiso rechazado por nosotros, en octubre de 1976 celebramos, con autorización gubernativa, un pleno restringido a un centenar de asistentes, a pesar de lo cual se trató de impedir por otras fuerzas policiales; en febrero de 1977 se solicitó en el Ministerio de la Gobernación la inscripción del partido en los términos de la ley de 14 de junio de 1976; el 8 de marzo de 1977 tuvo entrada en el Tribunal Supremo con el número 161977, presumiendo concurrencia de ilicitud penal, según el Ministerio de la Gobernación, el 19 de abril en curso fue devuelto por el propio Tribunal Supremo, fallando su incompetencia al citado Ministerio del Gobierno que usted preside. Dada la eficacia y celeridad que el señor presidente ha demostrado para autorizar otros partidos más controvertidos, es de suponer que pudo haber tenido noticias de nuestra marginación, que quedaba pendiente de la decisión presidencial, antes de emprender viaje para México, donde tiene especial resonancia el trato a los republicanos.

Entre tanto. el día 13 del mes en curso y después de un registro policíaco con mandamiento judicial, se intervino la máquina en que teníamos preparada la propaganda a lanzar, en caso de autorización, así como todos los ejemplares preparados y calificados de "propaganda subversiva"; de lo cual damos fe los tres firmantes que fuimos retenidos durante diez horas entre la Dirección General de Seguridad y el Juzgado de Guardia, uno de los cuales ha cumplido ya ochenta y- dos años.

Ignoramos la calidad de coherencia que el señor presidente requiere para un partido político, ya que ha legalizado varios que con el mismo apelativo presentan un panorama clarísimo de incoherencia política que acaso favorezca un triunfo gubernamental, de otra manera muy dudoso.

Por nuestra parte, rechazamos de plano el calificativo político de republicano, y cuando presentamos el programa más claro y más coherente que se inicia nada menos que con la Constitución de 1931 y toda la legislación derivada incluyendo los Estatutos de Autonomía, todo lo cual ha sido aceptado con elevada consideración en los más distinguidos niveles políticos y jurídicos del mundo.

Estimábamos muy saludable para el país que en el futuro Parlamento se oyese una serena y ecuánime voz republicana dispuesta a superar los estragos de la discordia pasada, pero hemos visto con dolor que debemos renunciar a tan noble propósito como consecuencia de la singular apreciación del señor presidente sobre la coherencia política, así como de su desigual preferencia por la legalización de los diferentes partidos políticos.


Régulo Martínez, Francisco Giral y Eduardo Prada
A.R.D.E.(Acción Republicana Democrática Española)

Madrid, 27 de abril de 1977

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