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La manifestación republicano-socialista por la República Portuguesa en 1910

La manifestación republicano-socialista por la República Portuguesa en 1910
Eduardo Montagut | Eco Republicano

El año 1910 es fundamental en la Historia contemporánea de Portugal porque se proclamó la República. La Revolución de los primeros días de octubre fue la culminación de la profunda crisis del sistema liberal portugués, agotado por la inestabilidad política y social, por su incapacidad para enfrentarse al poderío imperial británico en África para sacar adelante el proyecto del Mapa Rosado que debía unir Angola con Mozambique, por un sistema turnista (rotativismo) de las dos familias del liberalismo luso, alejado de la realidad social del país, y por la verdadera dictadura casi final de Joao Franco. Este conjunto de factores llevó a un proceso en el que la fuerza republicana demostró que podía ser una alternativa para modernizar Portugal.

Mientras tanto en España se había formado la Conjunción Republicano-Socialista, la primera alianza electoral entre el republicanismo español y el PSOE después de decenios y decenios de profundos desacuerdos. Pues bien, la Conjunción no podía dejar de ver con admiración el triunfo de la causa republicana en el país vecino, y organizó una manifestación en Madrid para unos pocos días después del triunfo de la Revolución portuguesa. Era un medio, además, de propaganda política para la causa republicana como alternativa a la situación del régimen político español. 

La manifestación tuvo lugar el domingo 16 de octubre, como informaba “El Socialista” en su número 1284. Comenzó a las dos y media de la tarde en el Congreso de los Diputados, de donde salieron los miembros de la Minoría Republicano-Socialista. Los manifestantes esperaban a los parlamentarios en la calle de Floridablanca. También se incorporaron los concejales de la Minoría republicana del Ayuntamiento y la prensa radical. La manifestación se dirigió al Paseo del Prado. Se dieron vivas a la República portuguesa y a la libertad, a Pablo Iglesias y a Rodrigo Soriano. La manifestación subió por el Paseo de Recoletos hacia la Castellana.

Cuando la marcha coincidió con los palacios de Romanones, del infante Carlos y con el edificio del ABC algunos manifestantes silbaron. También se cantó la Internacional y la Marsellesa.

Al parecer, fue una manifestación con una gran asistencia, colapsando el tráfico de tranvías y coches durante el trayecto, y ocupando tanto la vía central como las laterales de la arteria principal de Madrid.

La manifestación llegó a su punto final en la plaza donde se levanta la estatua de Castelar. Al llegar la presidencia de la manifestación a la estatua se lanzaron los sombreros, gorras y pañuelos al aire, y se dieron vivas a la República portuguesa y a la España republicana. En ese momento, el diputado republicano Salillas dirigió unas palabras a los manifestantes sobre la significación del acto, que terminó con más vivas, y con la Marsellesa.

La única nota un tanto discordante fue protagonizada por un grupo, ya terminada la manifestación, que en la Puerta de Atocha se encontró con otro grupo de peregrinos que regresaban de Getafe. Se produjeron algunas detenciones.

Eduardo Montagut Contreras, Doctor en Historia Moderna y Contemporánea.

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