Salvador Allende, fuiste presidente de Chile del 4 de noviembre de 1970 al 11 de septiembre de 1973 cuando un cruento golpe militar derribó las esperanzas de los trabajadores, clases populares chilenas, de miles de americanos y europeos que mirábamos y admirábamos tu trabajo por conducir desde la vía democrática, desde una sociedad de clases, con una oligarquía `poderosa' al servicio de los vecinos del norte, a tu pueblo al socialismo a través de un programa de Unidad Popular.
Compañero Presidente Allende tu intento de llevar el socialismo a una sociedad de clases fue violentamente destruido por los "gorilas uniformados" al servicio de los gringos, temerosos de que toda América Latina se contagiara y les plantara cara.
Hoy en Europa los trabajadores ya no tenemos países socialistas, pese a los errores que estos sin duda cometieran. El capitalismo se apoderó de Berlín, se desintegró la URSS y todo parece apuntar a que el capitalismo había triunfado sobre los intereses de los más débiles, de los trabajadores; las esperanzas de un futuro socialista fueron sustituidas por la expansión de las ideas capitalistas, por sueños neoliberales irrealizables para la mayoría de las poblaciones. Nos engañaron y manipularon con su poderosos medios de comunicación, caímos en el hiper-consumo, fuimos víctimas de banqueros sonrientes que acabaron dándonos una patada en las posaderas y quitándonos “nuestras” casas, dimos nuestros votos a los que trabajaban desde la política para el mantenimiento de la explotación del hombre por el hombre... ¡Qué gran necedad la nuestra!
La crisis capitalista, que ahora quieren una vez más que paguemos los de abajo a base de impuestos y de recortes de nuestros pocos derechos, ha despertado de nuevo las esperanzas e ilusiones de que el socialismo no ha muerto y es la única vía para construir una sociedad libre, democrática, solidaria...
Así, en tu América Latina, compañero Presidente Allende, hoy el socialismo avanza en Cuba, Venezuela, Ecuador y se extenderá por todos los pueblos de América: tu sangre derramada ha ayudado a germinar un nuevo tipo de sociedad más justo para los pueblos americanos. Y tu memoria y honestidad nos acompañará siempre a todos los que aspiramos a una sociedad sin explotadores, sin corruptos, sin comecocos (iglesias varias).
¡Honor y reconocimiento al camarada Presidente Allende!
¡Salud, memoria y República!
Salva Artacho