Julen Lizaso Aldalur
Dudo de que mi reflexión pueda llegar a manos de
alguien que tuviese poder de revisar su operatividad ejecutiva. Tengo la
certeza de que si le llega, a pesar de que en lo íntimo no discrepe mucho del
fondo, en lo público, no espero mucho, ya que por lo demostrado hasta hoy, les
veo más celosos en sacar adelante su “plan” por encima de todo, que en aliviar
a la ciudadanía.
Una verdadera democracia se caracteriza por
dotarse de leyes y normativa que empodere a sus ciudadanos desde la igualdad de
oportunidades.
Hoy, y desde primeros del año 2.020, todo su
programa democrático lo veo en regresión; desde la inaccesibilidad y censura de
los medios de comunicación, hasta la represión, abuso y acoso policiales amparados
por una eternizada Ley Mordaza. La imposición desde los poderes públicos de
pautas de sincronización para inundar e impregnar de pánico a la ciudadanía a
través de los medios, son el mayor indicador del control sistémico y
silenciamiento que ejercen sobre la disidencia médica y ciudadana, a quienes no
nos dejan mas que la intemperie, para informar y protestar en la plaza de
nuestros pueblos....hasta hoy.
Coincido con quienes valoran que lo que dicen
desde los departamentos de Sanidad, como mínimo es, desde discutible hasta
risible. Pero si aún eligiendo desde el civismo lo primero y nos niegan el
debate y la discusión, ¿que opción nos queda que no sea la segunda?; ¿que
opción, si nunca nos sumiremos en la resignación y fatalidad en que se halla la
inmensa mayoría de los gobernados?
Cada vez mas evidencias para sospechar que, con
medidas tan (confinamiento, mascarillas, distancias, protocolos relacionales,
etc) extremas e inéditas en otros países, no buscan nuestro bien.También porque
no debaten la diferencia.
Acrecientan la incredulidad, cuando vemos que no
conciencian en los medios públicos, ni incentivan económicamente a los
privados, así como implementan en el curriculo escolar, materias educativas de
prevención para preservación de la salud desde uno mismo. Enseñar tres bases
mínimas de salud: reforzar el sistema inmunitario, multiplicar la población de
la microbiota intestinal e información para asimilar con mayor naturalidad
estados febriles leves a no rebajar. Un abc que reduciría la dependencia
a soluciones farmacológicas, siempre comerciales (vacunas y medicamentos) que
arruinan nuestro sistema público de salud y colapsa ambulatorios y urgencias
médicas, ante la más simple gripe, sin olvidar que la yatrogenia médica es
tercera causa de muerte.
Ese día empezaríamos a creer. El día en que ese
“catón” básico, lo impongan en nuestra escuelas, para promoción de la
autogestión de la salud, que nos llevaría a crear riqueza sociosanitaria en el
país...sin confiarlo todo a otros.
Que nuestro sistema inmunitario sea la mejor
vacuna, y la alimentación sana, el sol, el contacto con la naturaleza y el
abrazo entre sus criaturas, nuestro medicamento imprescindible. No saldríamos
ganando todos, pero si esa inmensa mayoría, que hoy nos sentimos un poco....así.
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