Víctor Arrogante
En estas estamos con la polémica servida, ante un 8M, en el que la reacción y a la violencia política de la extrema derecha contra el feminismo se deja notar, sentir y sufrir. Es necesario que todas las mujeres digan (digamos juntos) alto y claro, que no vamos a permitir que nada ni nadie limite sus derechos. El derecho de manifestación es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Española y las manifestaciones ni se permiten ni se prohíben. Otra cosa es qué derechos han de prevalecer sobre otros.
El presidente del Gobierno, ha señalado que están muy equivocados los "enemigos del feminismo" que se frotan las manos ante la ausencia de concentraciones masivas. La emergencia sanitaria hará que mañana "no asistamos al hermoso espectáculo masivo de la ocupación de las calles y las plazas en defensa de las mujeres y de sus derechos", pero ha asegurado que la causa de las mujeres "estará en muchos más sitios". En cada casa, en cada centro de trabajo, en cada punto donde un hombre y una mujer digan ¡Viva el 8 de marzo! Por su parte, la ministra de Igualdad, Irene Montero, ha asegurado que "se equivocan" quienes pretendan medir este lunes la fuerza del movimiento feminista por la cantidad de mujeres que saldrán a manifestarse y ha señalado a la derecha como el principal enemigo a batir. "Las derechas buscan tenernos en soledad, que nos olvidemos de la fuerza que tenemos las mujeres y de lo que somos capaces de hacer cuando nos ponemos codo con codo a defender nuestros derechos".
Pero los jueces han roto la polémica. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha confirmado la prohibición de todas las manifestaciones convocadas por el Día de la Mujer en Madrid, al apreciar alto riesgo de contagio y propagación de la covid-19 tanto entre los participantes como posteriormente a sus familiares y su círculo social e, incluso, a personas ajenas" a los acto; y prima "el derecho a la salud, la integridad física y la vida de las personas" al de reunión. Madrid se convierte en la única autonomía en la que se prohíben las manifestaciones del 8M, alegando "motivos de salud pública".
El Movimiento Feminista de Madrid, la Comisión 8M y los sindicatos UGT y CCOO recurrieron ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid la decisión de la Delegación del Gobierno de prohibir todas las manifestaciones convocadas para losdías 7 y 8 de marzo. Las portavoces del Movimiento Feminista han asegurado estar "indignadas y perplejas" con la prohibición acordada por la Delegación por motivos de salud, una medida que vulnera su derecho de manifestación y supone un "ataque sin precedentes propio de otros tiempos", que sólo criminaliza a las mujeres.
Por su parte UGT y CCOO pidieron al Tribunal que de manera cautelarísima suspenda la ejecución de la resolución impugnada. Llevan trabajando seis meses en este 8M y "hemos pautado y medido al milímetro cada acto porque somos conscientes de la situación pandémica. Para los sindicatos no se puede hacer tabla rasa y meter a todos en el mismo saco y reducir a cero los actos de las mujeres. "Con la decisión, Franco, no está haciendo una defensa de la salud pública, sino demonizando a las mujeres".
Los magistrados responden a los recursos presentados contra la decisión de la Delegación del Gobierno, que la prohibición no es consecuencia de una discriminación de género, sino que "los motivos básicos de denegación de la concentración se centran en razones de salud pública". En las circunstancias actuales y ante las condiciones en que se pretende el ejercicio del derecho fundamental de reunión, cuya tutela se demanda, estima la Sala que "dicho ejercicio entra en conflicto con bienes y valores constitucionales, como la salud pública y, más concretamente, la salud, la integridad física y la vida de las personas que deben prevalecer frente a aquel.
Amnistía Internacional ha tachado de desproporcionada la decisión del delegado del Gobierno en Madrid y advierte de que "viola el derecho de reunión pacífica, al ser una limitación desproporcionada". Según la ONG, el Derecho internacional de los derechos humanos reconoce que pueden imponerse restricciones al derecho a la libertad de reunión pacífica para la protección de determinados intereses legítimos, como la salud pública, pero considera que las prohibiciones de manifestaciones deben ser una opción de último recurso y solo basada en una necesidad urgente.
Naciones Unidas estableció como Día Mundial de la Mujer el 8 de marzo, para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la determinación de las mujeres que han jugado un papel clave en la historia. Las protecciones jurídicas contra la violación y el maltrato doméstico se están diluyendo en algunos países; los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres están bajo amenaza. Para António Guterres, se debe a que la igualdad de género es, fundamentalmente, una cuestión de poder. Siglos de discriminación y de un patriarcado muy arraigado han creado una enorme brecha de poder entre los géneros en nuestras economías, nuestros sistemas políticos, nuestras empresas y nuestra cultura.
Un día como el 8 de marzo, no es para celebrar, sino para reafirmar el compromiso con la eliminación de todas las formas de discriminación y violencia. Difícilmente se podrá conseguir, si no se cambia el modelo social, por otro justo y democrático, en el que se promuevan políticas económicas igualitarias, empleo de calidad, lucha contra la pobreza, la desigualdad y la violencia de género. Tenemos que superar las políticas llevadas a cabo por la derecha reaccionaria y austericida, que significan un retroceso en derechos y recortes sociales para la ciudadanía con un fuerte impacto para las mujeres
Este año, el Instituto de las Mujeres ha elegido como lema "Por ser mujeres. España Feminista". Con él quiere rendir homenaje a todas las mujeres que, durante la grave crisis sanitaria, se han visto obligadas a compatibilizar, muchas veces en precario, su actividad laboral con el rol de cuidadoras que la sociedad les impone por el simple hecho de ser mujeres. Al mismo tiempo, quiere poner en evidencia que todavía se producen grandes desigualdades entre mujeres y hombres, a lo que se une el refuerzo de actitudes contrarias a la igualdad que ponen en riesgo los logros alcanzados.
Para Podemos, en los últimos diez años España no había podido contar con un Ministerio de Igualdad. No había ministerio, no había recursos ni institución en la que creer para sacar adelante políticas públicas feministas que transformaran la vida de las mujeres. En frente las políticas de saqueo de lo público del Partido Popular, con un constante expolio que contribuyó a que la desigualdad entre hombres y mujeres fuera cada vez mayor. Partimos, por tanto, de una década de constante retroceso de lo común, de aquellos servicios que sostienen la vida. Detrás de "hemos vivido por encima de nuestras posibilidades", se ha escondido una reforma intensa de nuestro sistema que ha institucionalizado que la igualdad real no fuese alcanzable.
Los datos siguen siendo demoledores para las mujeres en términos de empleo: un 53% de las personas en paro son mujeres; el 52,3% de las personas beneficiadas por los ERTE son mujeres; el 98% de las personas ocupadas en el sector de la limpieza o el empleo doméstico son mujeres; solo un 6,9% de los hombres trabaja a tiempo parcial, mientras que el 23,5% de las mujeres están en esta situación laboral.
Queda mucho por hacer. Todas las instituciones tienen una deuda con las mujeres y todas deben saldarla. Las empresas deben empezar a aplicar los marcos de igualdad retributiva, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos deben empezar a distribuir recursos para mujeres víctimas de la violencia machista, y debemos empezar cuanto antes la tarea de construir un Estado de bienestar que asuma los cuidados de personas dependientes y de niños y niñas, y no los deje a cargo de las mujeres a costa de su tiempo, sus tareas y su desarrollo personal y profesional.
Para la ONU, el Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades. El mundo ha logrado avances sin precedentes, pero ningún país ha alcanzado la igualdad de género. Pese a los avances científicos, existen restricciones legales que impiden a 2.700 millones de mujeres acceder a las mismas opciones laborales que los hombres. Menos del 25% de los parlamentarios eran mujeres en 2019 y una de cada tres mujeres sigue sufriendo violencia de género. Hagamos que 2021 sea un año decisivo para las mujeres y las niñas en todo el mundo.
El movimiento feminista responde a la prohibición de la celebración de manifestaciones para este 8M en Madrid. "¿Que no nos dejan concentrarnos el 8M? Convirtamos Madrid entero en una concentración. Bajo el hashtag #SalALaCalle y #SalAlBalcón, Cristina Fallarás propone una alternativa para visibilizar la reivindicación feminista en la única comunidad donde se han prohibido los actos este lunes. Es la forma de salir a la calle y que esta vez no puedan criminalizarnos. Cada una ante su portal, en la acera.
Por la igualdad real y efectiva entre todos los seres humanos y solidaridad. Hay que terminar con las injusticias sociales. Hay que conseguir la igualdad en derechos ciudadanos, sociales y laborales. Máxima sensibilidad social y reconocimiento institucional de primer orden contra la violencia.
Esta reflexión la hago en
memoria de mi madre y hermana; en la de mi abuela Antonia Arrogante, fusilada
por Franco en Toledo; una reflexión dedicada a mis hijas, nietas y mi compañera
Clara; también me acuerdo de Vanesa, madre de mis nietos, que ha salido bien
del coronavirus. Por todas las mujeres.
Víctor Arrogante, profesor y analista político, colabora en Eco Republicano desde 2013