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La Transición española intentó acabar con los republicanos de ARDE

Acción Republicana Democrática Española

En julio de 1959, los republicanos en el exilio creaban el partido Acción Republicana Democrática Española (ARDE) como resultado de la fusión en el año anterior de Unión Republicana, Izquierda Republicana y el Partido Republicano Federal.


La tramposa Transición

ARDE se convirtió en el principal apoyo del Gobierno en el exilio de la República Española y por ende, de la lucha antifranquista opositora a la dictadura. El republicanismo ocupaba un lugar relevante en la construcción de la democracia porque simbolizaba el compromiso del porvenir y el progreso desde la libertad, en una sociedad que quería superar la dictadura y el franquismo.

En octubre de 1976, ARDE tenía cerca de 75.000 afiliados repartidos entre las agrupaciones del interior de España donde operaban en la clandestinidad y las agrupaciones del exilio en países como: Francia, México, Argentina, Chile, Argelia, Brasil, Cuba, Estados Unidos, Gran Bretaña, Marruecos, Argelia, Puerto Rico, Uruguay y Venezuela.

Entre sus fundadores se encontraban diferentes dirigentes del republicanismo histórico como Álvaro de Albornoz, Félix Gordón Ordás, Augusto Barcia Trelles, Claudio Sánchez-Albornoz, Julio Just Gimeno, Roberto Castrovido, Bernardo Giner de los Ríos, Mariano Granados, José Giral Pereira, Mariano Joven Hernández, Manuel Torres Campana, Maximiliano Martínez Moreno, José Antonio Balbontín, José Vázquez Gayoso, Sigfrido Blasco-Ibáñez, Niceto Alcalá-Zamora Castillo, Fernando Valera Aparicio o José Maldonado González, etc..., quienes contaban con una gran experiencia al haber ocupado diversas carteras en los gobiernos republicanos.

Tras la muerte del dictador en noviembre de 1975, la formación ARDE que operaba en el exilio y la clandestinidad, solicitó inscribirse en el registro de partidos políticos; sin embargo, la instancia les fue denegada, primero por Manuel Fraga Iribarne y posteriormente por Rodolfo Martín Villa. Durante el Gobierno de Carlos Arias Navarro, los republicanos se reunieron con el Ministro de Gobernación, Manuel Fraga, quien les advirtió que ARDE no podría ser legalizada hasta que no quitasen la “R” en sus siglas, premisa que los republicanos no aceptaron bajo ningún concepto, pues significaba renunciar a su propia idiosincrasia como partido. Este episodio fue relatado por el insigne repúblico Régulo Martínez.

Esta coacción imposibilitó que los republicanos que contaban con varios miles de afiliados tanto en España como en el exilio, pudieran participar en las primeras elecciones generales celebradas en junio de 1977. Esta flagrante circunstancia evitó que el pueblo español tuviera una opción específicamente republicana y, por consiguiente, sin la presencia de partidos republicanos, las elecciones carecieron de legitimidad.

Muy lejos del idílico relato que nos han contado, la Transición estuvo plagada de episodios violentos que incluyen la muerte de varios obreros y estudiantes por disparos de la fuerza pública o de pistoleros de la ultraderecha. Estas acciones trataban de criminalizar la protesta social, infundían el terror sobre una parte de la población y ponían en peligro la oportunidad de construir un régimen democrático moderno.

La represión sobre la población civil en huelgas y manifestaciones en las que se pronunciaban discursos, se repartían impresos o se enarbolaban banderas republicanas, estaban encaminadas a silenciar las reivindicaciones del pueblo. En este sentido, los militantes y la propia acción política de ARDE fueron duramente perseguidas por el postfranquismo. 

En mayo de 1975 las autoridades prohíben un homenaje al presidente honorario de ARDE, Claudio Sánchez Albornoz. El 3 d marzo de 1976 murieron en vitoria cinco personas por disparos de la Policía durante una huelga. El 12 de octubre de 1976 cerca de 200 representantes de ARDE se reunieron en una Asamblea en Madrid, donde las autoridades no permitieron la exhibición de banderas republicanas. El 24 de enero de 1977 se produjo la matanza de Atocha en Madrid en la que fueron asesinados 5 abogados y otros 4 resultaron heridos.

Otro ejemplo de la pervivencia de la impunidad franquista fue la detención de de los dirigentes de ARDE, Francisco Giral, Eduardo Prada y Régulo Martínez, el 14 de abril de 1977, cuando celebraban actos políticos con motivo de la celebración del Día de la República. Las autoridades confiscaron el pasquín «Por qué soy republicano» y los dirigentes republicanos fueron conducidos a la Dirección General de Seguridad, que se hizo famosa como centro de torturas. Al día siguiente la policía registro la sede de ARDE en la calle San Agustín 36, incautando la maquina de imprenta así como toda la propaganda republicana, por considerarla subversiva. 

El 30 de junio de 1977 el Gobierno Civil de Madrid prohíbe la celebración de la Asamblea de la agrupación local de ARDE considerando que los temas a tratar (informe orgánico de la Directiva actual, examen de la situación política y elección de una nueva Junta Directiva) eran ilícitos.

El 19 de julio de 1977 el diario ABC se hacía eco del hallazgo de falsas bombas envueltas en banderas republicanas, en un claro ejemplo de descrédito y manipulación del régimen hacia los símbolos y el modelo de Estado republicano.

El 15 de octubre de 1977 se aprobó la Ley de Amnistía que otorgaba la extinción de la responsabilidad penal sobre delitos cometidos por el franquismo. Incomprensiblemente, esta ley sigue vigente y es uno de los principales obstáculos para facilitar verdad, justicia y reparación a las víctimas de la Guerra Civil.

Mientras se debatía la Constitución y la forma de Estado, la represión campaba a sus anchas con la detención del director de la revista "Acción Republicana" órgano de acción de ARDE, cuyo número 4 de abril de 1978 fue secuestrado en base a un presunto delito contra la forma de Estado.

La deriva totalitaria del régimen provocó que muchos de los dirigentes republicanos sufrieran discriminación a la hora de acceder a sus antiguos empleos de los que fueron depurados por el franquismo; viendo mermados sus derechos sin que fuesen reconocidos y rehabilitados profesionalmente.

En esta línea, el programa político de ARDE perseguía una ruptura clara con el franquismo y la democratización de todo el aparato del Estado. Además instaba a la reparación de daños y perjuicios ocasionados durante la guerra y la dictadura a personas e instituciones, mutilados civiles y militares; depuraciones políticas de funcionarios, maestros, expropiaciones de bienes inmuebles, pensiones de viudedad y un largo, etc... 

Por otra parte, ARDE abogaba por el respeto a las libertades democráticas, la separación absoluta de la Iglesia y el Estado, la abolición de la pena de muerte, habeas corpus, el derecho al divorcio, la independencia de los Tribunales de Justicia, la enseñanza laica y gratuita, la reforma fiscal, reforma penitenciaria, socialización de la medicina y la nacionalización de las principales fuentes de producción y de crédito.


El largo proceso hacía la «legalización»

Finalmente, ARDE lograría su inscripción en el Registro de Asociaciones Políticas del Ministerio de la Gobernación el 2 de agosto de 1977. El retraso injustificado del Gobierno de Adolfo Suárez, para "legalizar" a la formación política republicana, causó desde todos los puntos de vista, grandes perjuicios al partido.

Al impedir que ARDE pudiese lograr ocupar escaños dentro del Parlamento, directamente se evitaba que se escuchase la voz de un partido esencialmente republicano. Al mismo tiempo se le impedía el acceso a una financiación estatal que sí recibieron otros partidos, por lo que ARDE fue marginada de las grandes decisiones políticas y por ende, parte de su militancia abandonó para incorporarse a otras formaciones que habían sido "legalizadas".

Esta circunstancia es corroborada por el histórico dirigente de ARDE, Manuel Sender, quien manifiesta que hubo agrupaciones enteras de ARDE, algunas con más de un centenar de afiliados, que pasaron íntegras al PSOE, como la de Catarroja, Liria, Valencia, Alicante, etc...

Bajo todas estas circunstancias desfavorables para los republicanos, el presidente Adolfo Suárez nombrado por el rey Juan Carlos de Borbón, tuvo vía libre para desarrollar la reforma política iniciada durante 1976 y 1977 para transformar la dictadura franquista en una monarquía parlamentaria, hurtando al pueblo español la posibilidad de elegir el modelo de Estado mediante un referéndum e imponiendo la monarquía dentro de la Constitución de 1978.

Cabe destacar que durante una entrevista en 1995 con la periodista Victoria Prego, el ex presidente Adolfo Suárez le reconoció que no sometió a referéndum la Jefatura del Estado porque en las encuestas que manejaba el Gobierno ganaba la República frente a la Monarquía.


Escisión de ARDE

En un ambiente extraordinariamente tenso, en septiembre de 1977 durante un Congreso celebrado en Madrid al que asistieron 1.500 afiliados, una parte discrepante de la militancia liderada por Paulino García Partida decide escindirse y refundar el partido Izquierda Republicana que formalizará su inscripción en noviembre de ese mismo año.

Entre los dirigentes que se mantienen leales a ARDE destacan: José Maldonado González, Eduardo Prada, Macrino Suárez, Régulo Martínez Sánchez, Francisco Giral González, Manuel de Rivacoba, Victoria Kent, Manuel Martínez Azaña, Emilio Torres Gallego, Manuel Riera Clavillé, Jesús Bernárdez, Mariano Joven, Nazario González, José del Río, Antonio Remis, María Isabel Sinclusa, Encarnación Pérez Torreblanca, Luis Rodríguez Oliver, Deogracias M. Díaz del Hoyo, Francisco Varea, Alfonso Quintana y Pena, Ignacio Morell, Manuel Muela, Blanca Bravo Montilla, Manuel Sender Gil, Manuel Guzmán Cadavid, José Antonio López Llorens, Ana Nogueiro, José María Calviño, Blanca Beltrán y Fernando Valera Aparicio.


Abstención en el referéndum del 78 y no a la OTAN

En septiembre de 1978 Acción Republicana Democrática Española celebró su II Congreso en el cual se aprobaron los ejes programáticos del partido. Al día siguiente se aprobó por 12.000 votos abstenerse en el referéndum sobre la Constitución española frente a 229 en pro de la negación. A partir de diciembre, ARDE redobló sus esfuerzos por convencer a los ciudadanos para que se abstuviesen en el referéndum sobre la Constitución del 78 iniciando varias campañas mediáticas. Los dirigentes de ARDE se decantaron por la abstención para no verse relacionados con los grupos de extrema derecha que pedían el voto en contra. No obstante dejaron claro que, a su juicio, la monarquía era una institución heredada del franquismo y usurpaba la verdadera democracia que era la República.

Por el contrario ARDE se manifestó enérgicamente contraria a la incorporación de España a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) reivindicando la salida de las bases norteamericanas del territorio español.

Pese a todas las artimañas e impedimentos de los gobiernos de Suárez, ARDE continuó su acción política y presentó su candidatura en varias localidades durante las elecciones municipales de abril de 1979. Uno de sus mayores éxitos se produjo en la localidad castellonense de Segorbe, donde Manuel Sender Gil logró ser el primer alcalde republicano en España.

Desde su inscripción como partido político en España, la presidencia de ARDE estuvo ocupada por varias personalidades: Emilio Torres Gallego (1977), Eduardo Prada Manso (1977), Emilio Torres Gallego (1981), Eduardo Prada Manso (1982), Santiago Estecha Fernández (1985) y Eduardo Archaga Llantero (1987).


Elecciones Generales

La Transición fue nefasta para los intereses de ARDE ya que prácticamente fue el único partido político que no obtuvo reparación económica por parte del Estado sobre las incautaciones y expolio franquista. Mientras otros partidos lograron recibir suculentas sumas de dinero –millones de las antiguas pesetas- lo que les permitió sufragar las campañas electorales. ARDE no recibió ninguna ayuda, siendo ninguneada y relegada al ostracismo, pese a que ARDE fue fundada, entre otros, por el partido Unión Republicana, partido que obtuvo 38 escaños en las elecciones generales de 1936 y que disponía de un gran patrimonio e inmuebles que fueron expoliados por la dictadura.

En las elecciones generales de marzo de 1979 el partido ARDE logró 4.826 votos. Unas cifras que quedaban bastante lejos de las que hubiesen logrado de haberse presentado los republicanos en 1977. Las aspiraciones republicanas se vieron truncadas por bipartidismo oficializado y omnipresente socialmente.

Mientras las campañas electorales de ARDE eran sufragadas prácticamente por sus propios afiliados, los partidos oficialistas contaban con el apoyo financiero de la Banca y el gran capital empresarial. Los medios se rendían a los pies del relato del régimen ofreciendo la alternativa inducida por los poderes facticos que no se habían modificado desde la reciente dictadura y que observaban el republicanismo con recelo y contrario a sus intereses. Una lucha desigual que postergó a ARDE al ostracismo.

El 23 de febrero de 1981 fecha en la que se produce un intento de golpe de Estado por parte de militares golpistas, representó un retroceso importante para las aspiraciones republicanas de ARDE ya que los partidos hicieron piña en torno a la monarquía y a la figura "redentora" de Juan Carlos de Borbón.

Para las elecciones de octubre 1982 la Ejecutiva Nacional de ARDE decide no concurrir a las elecciones que ganaría el PSOE de Felipe González. A partir de esa fecha, ARDE se fue debilitando, incluso en el mes de diciembre de 1982 durante un Congreso se habló de la posibilidad de disolver el partido, opción que finalmente de desechó.

ARDE volvió a presentarse a las elecciones generales de junio de 1993 logrando el voto de 3.063 irreductibles. En las elecciones generales de marzo de 1996 se presentó con el nombre de Acción Republicana (AR) logrando 1.237 votos. Mientras que en las elecciones de marzo de 2000 con el mismo nombre logran 2.858 votos. Finalmente en las elecciones generales de noviembre de 2011 se aglutinaron en la coalición electoral Republicanos (RPS) que obtuvo 5.430 votos.


Elecciones Municipales

En las elecciones municipales de abril de 1979 el partido ARDE logra un total de 3.444 votos y 5 concejales en toda España. Uno de sus mayores éxitos se produjo en la localidad castellonense de Segorbe, donde Manuel Sender Gil logró ser el primer alcalde republicano en España tras la restauración de la monarquía después de la muerte de Franco. A la toma de posesión asistió José Maldonado, último presidente de la República Española en el exilio. Manuel Sender mantendría la alcaldía desde 1979 a 1983.

En las elecciones municipales de mayo de 1983 la formación ARDE alcanza 4.195 votos y 7 concejales en toda España. En las elecciones de junio de 1983 logra 529 votos y 1 concejal. Para las municipales de mayo de 1991 el partido ARDE logra un total de 1.153 votos y 2 concejales. Sin embargo, en las municipales de mayo de 1995 ya no se presentaría.

En junio de 1999 se presenta a las municipales de Madrid con la denominación Acción Republicana (AR) y logrando 860 votos. Mientras que en 2003 se presentó con la Federación Republicana (FR) alcanzando 480 votos, cifras que constatan el decaimiento de la organización.

En las municipales de mayo de 2003, se presenta como Partido Republicano (PR) en Castellón logrando 659 votos y 1 concejal. En las municipales de mayo de 2007 en Castellón ARDE logra 681 votos y 2 concejales. Manuela Trasobares se convirtió en la primera transexual en ocupar un cargo público en España, siendo concejala de ARDE en el Ayuntamiento de Geldo (Castellón).



Refundación de Unión Republicana (UR)

A partir de diciembre de 1985 varios correligionarios de ARDE que pertenecían a Unión Republicana lograron que UR fuese legalizado de acuerdo con las leyes vigentes, recuperando así las siglas y la tradición histórica del partido fundado por Don Diego Martínez Barrio, Félix Gordón Ordás y Fernando Valera, entre otros.

De esta forma, los militantes de Unión Republicana y ARDE mantuvieron la tradición histórica del republicanismo español. Consolidando la acción política tras la inauguración en 1991 del Centro Instructivo de Unión Republicana de Segorbe (Castellón) que había sido la sede del partido durante la II República hasta que el franquismo lo confiscó.

Aunque de forma testimonial, el actual Secretario General Nacional de UR, Manuel Sender Gil y otros muchos republicanos todavía mantienen su doble afiliación, tanto en UR como ARDE, ya que ambos partidos confluyeron en una misma dinámica: luchar por la proclamación de la Tercera República Española.

Luis Egea - Unión Republicana

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