La restitución de la calle dedicada al militar franquista, Millán Astray, en sustitución de la maestra y pedagoga republicana, Justa Freire, represaliada por el franquismo, ha desatado una tormenta de críticas hacía el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.
A raíz de estos acontecimientos, el veterano periodista de la Cadena SER, Isaías Lafuente, no ha dudado en dar su opinión sobre este asunto: «Hace 40 años, sin Ley de Memoria, Tierno Galván retiró el nombre de José Antonio de la Gran Vía de Madrid. Hoy Martínez Almeida se escuda en una sentencia discutible para devolver a Millán Astray una calle, cuando su Ayuntamiento es soberano para cambiarlo. Solo faltaría...».
Hace 40 años, sin Ley de Memoria, Tierno Galván retiró el nombre de José Antonio de la Gran Vía de Madrid. Hoy Martínez Almeida se escuda en una sentencia discutible para devolver a Milán Astray una calle, cuando su Ayuntamiento es soberano para cambiarlo. Solo faltaría...
— Isaías Lafuente Zorrilla (@IsaiasLafuente) August 26, 2021
La reflexión de Isaías Lafuente fue muy aplaudida dentro de la comunidad tuitera, alcanzando más de 5.700 «me gustas».
Tal y como se ha dicho, la restitución de la calle al militar franquista no obedece exclusivamente al cumplimiento de una sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que justifica que no queda claro de que el militar participase el golpe de estado contra la República en 1936, tal y como sostienen la mayoría de historiadores; sino que es una competencia del Ayuntamiento.
Así lo explica el periodista Rubén Sánchez: «Si Almeida ha devuelto a una calle el nombre de Millán-Astray no es por una cuestionable sentencia judicial. Un Ayuntamiento tiene capacidad legal para nombrar y renombrar calles. El alcalde lo ha hecho por una repugnante nostalgia o por un cobarde servilismo hacia los fascistas».
Si Almeida ha devuelto a una calle el nombre de Millán-Astray no es por una cuestionable sentencia judicial. Un Ayuntamiento tiene capacidad legal para nombrar y renombrar calles. El alcalde lo ha hecho por una repugnante nostalgia o por un cobarde servilismo hacia los fascistas.
— Rubén Sánchez (@RubenSanchezTW) August 26, 2021