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Francisco Largo Caballero [1869-1946]

Francisco Largo Caballero

Juanfer Puebla Tejerina

Francisco Largo Caballero nació el viernes 15 de octubre de 1869 en una modesta buhardilla de la Plaza Vieja (hoy Plaza de Chamberí) del barrio de Chamberí de la ciudad de Madrid (España), en el seno de una familia trabajadora: Ciriaco, su padre, era carpintero y Antonia, su madre, era criada doméstica.

A principios de 1871, Antonia Caballero denunció a Ciriaco Largo por malos tratos y consiguió el divorcio que se había instaurado recientemente después del triunfo de la Revolución de 1868. El niño Francisco Largo Caballero sufrió largas penurias junto a su madre que tuvo que regresar a su mal pagado oficio de sirvienta para ganarse la vida.

Los primeros años: Aprendizaje y militancia obrera (1869-1892).

Tras una breve estancia en Granada y su paso por el Colegio de los Escolapios de la ciudad andaluza, Largo Caballero ingresa en las Escuelas Pías de San Antón de Madrid, pero un año después, “los mismos frailes escolapios manifestaron a su madre que al tener ya 7 años debía empezar a trabajar”, según sus propias palabras. Así, con apenas 3 años de instrucción, el futuro Presidente del Consejo de Ministros de la Segunda República Española tuvo que buscarse la vida trabajando de aprendiz.

Después de probar en una fábrica de cartones, un taller de encuadernación y una cordelería, a los 9 años empezó de aprendiz de estuquista, un oficio muy especializado y que estaba en alza debido al crecimiento que experimentó la ciudad tras la aprobación en 1860 del Plan Castro para el ‘Ensanche de Madrid’. Durante los 30 años siguientes, Francisco Largo Caballero ejerció este oficio que le sirvió para mucho más que solo “para ganar el pan que comía”.

En 1890, tras asistir en Madrid a la ‘Fiesta del Primero de Mayo’ organizada por la Unión General de Trabajadores (UGT) y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Francisco Largo Caballero ingresó en ‘El Trabajo’, sociedad de albañiles de la UGT, al no existir todavía ninguna agrupación específica de estuquistas.

Poco después suple esa carencia impulsando la creación de ‘La Solidaridad’, una sociedad de estuquistas que también se integra en el sindicato socialista. Fue en el acto fundacional de esa agrupación obrera cuando escuchó por primera vez a Pablo Iglesias y ello dejó una huella luminosa en su inteligencia. Precisamente, el primer cargo como dirigente obrero de Francisco Largo Caballero fue el de presidente de ‘La Solidaridad’.

Ese mismo año de 1890 se casó con Isabel Álvarez Fernández, también madrileña, con la que tuvo un hijo al año siguiente, Ricardo Largo Álvarez.


Los años del ascenso a dirigente obrero (1893-1917).

En 1893 ingresó Largo Caballero en el PSOE y desde ese momento dedicó toda su vida a la causa obrera, teniendo como referencia determinante los documentos y enseñanzas del líder socialista de quien se consideraba un discípulo aventajado.

En 1899 llega su primer cargo en el sindicato socialista: es elegido miembro de la Dirección Sindical como tesorero en el VI Congreso de la UGT, aunque siguió ejerciendo el oficio de estuquista porque era un cargo no remunerado. También es elegido vocal del Comité Nacional, presidido por Pablo Iglesias, en el V Congreso del PSOE celebrado en Valencia en septiembre. Igualmente era un cargo no remunerado.

En 1902 es elegido vicesecretario general en el VII Congreso de la UGT celebrado en Madrid.

En 1904 se incorpora al recién creado Instituto de Reformas Sociales como vocal obrero en representación de la UGT. Fue parte de ese organismo, que pretendía mejorar las condiciones laborales de la clase trabajadora, hasta su disolución en 1924 durante la dictadura primorriverista.

En 1905, Francisco Largo Caballero es elegido concejal junto con Pablo Iglesias y Rafael García Ormaechea. Son los primeros representantes del socialismo en el Ayuntamiento de Madrid. En ese momento, con 37 años de edad, dejó su oficio de estuquista para poder dedicarse enteramente a la concejalía madrileña y por indicación de la Agrupación Socialista Madrileña, que le señaló en compensación una asignación de 50 pesetas semanales.

En 1907 es elegido presidente de la Agrupación Socialista Madrileña, cargo que ostentó hasta 1919.

En 1908 fundó la Casa del Pueblo de Madrid de la que es elegido presidente. Allí tuvo su despacho sindical durante años y desde allí impulsó los actividades societarias ligadas a la UGT: Cooperativa Socialista de Consumo y Mutualidad Obrera Madrileña, de la que fue también presidente y gerente.

En 1908 es elegido vicepresidente del sindicato socialista en el IX Congreso de la UGT, donde también fue ratificado como presidente Pablo Iglesias.

En 1909 casó en segundas nupcias con Concepción Calvo, con quien engendró 3 hijas y un hijo, nacidos entre 1912 y 1919. También dejo de ser concejal en ese año.

En 1911 fue elegido presidente del Comité Nacional de la Huelga General declarada por la UGT en septiembre. Largo Caballero fue detenido junto a otros dirigentes socialistas, entre los que no se encontraba Pablo Iglesias que gozaba de inmunidad parlamentaria al haber sido elegido como Diputado al Congreso por el Distrito de Chamberí de Madrid en las elecciones generales de 1910.

En 1917, al día siguiente de iniciarse la huelga general conocida como Revolución de 1917, Francisco Largo Caballero es detenido como 1 de los 4 miembros del Comité Nacional de Huelga, junto con Daniel Anguiano por la UGT, como el mismo, y Julián Besteiro y Andrés Saborit por el PSOE. Los 4 son condenados a cadena perpetua como culpables de sedición y conducidos al penal de Cartagena.

En 1918, tras una fallida movilización social para conseguir su indulto, los 4 condenados socialistas son incluidos en la candidatura de la Alianza de Izquierdas para las elecciones generales. Salen elegidos los 4 junto a Pablo Iglesias e Indalecio Prieto. Su elección como diputados obligó al gobierno a concederles la amnistía para que tomen posesión de sus escaños.

También ese año 1918 es elegido secretario general del sindicato socialista por los delegados del XIII Congreso de la Unión General de Trabajadores y vocal de la Comisión Ejecutiva del partido socialista en el XI Congreso del PSOE. Ejerció el cargo de Secretario General de la UGT durante 20 años consecutivos.


Los años de la fractura del socialismo y la colaboración con la dictadura (1918-1930).

Después del triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, los bolcheviques crean la Tercera Internacional Obrera y se produce en todo el mundo la fractura del socialismo entre los partidarios de la misma, los comunistas, y los partidarios de la Segunda internacional, los socialistas, entre los que se encuentra Francisco Largo Caballero, que se oponen mayoritaria y firmemente al ingreso de la UGT y del PSOE en la Internacional Comunista.

En España, la derrotada minoría ‘tercerista’ acabó abandonando el PSOE para fundar en 1921 el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), con Manuel Núñez de Arenas como primer secretario general. También nace en ese momento el Partido Comunista Español con miembros escindidos de las Juventudes Socialistas. Ambos partidos se fusionarían ese mismo año en el Partido Comunista de España (PCE).

Largo Caballero participó activamente en la creación de los organismos obreros internacionales herederos de la Segunda Internacional, como la Federación Sindical Internacional o ‘Internacional de Ámsterdam’. También participó en 1919 en la gestación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de la que fue elegido miembro del Consejo de Administración.

Fiel a su ‘estrategia del intervencionismo’, Francisco Largo Caballero arrastró a la UGT y al PSOE a la colaboración con la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) para participar en las instituciones y actividades que tuvieran que ver con la ‘cuestión social’, como las elecciones de obreros para los nuevos Comités Mixtos que regulaban las relaciones laborales; o la participación en las elecciones locales, que nunca se celebraron, mediante la ‘representación corporativa’ instaurada por el Estatuto Municipal aprobado por el directorio militar gobernante.

Al final, en 1924, se produjo una nueva fractura en el socialismo español cuando Largo Caballero aceptó integrarse en el Consejo de Estado que había sido reformado para integrar a representantes de obreros y patronos. Los socialistas que se oponían al ‘intervencionismo’, liderados por el asturiano Indalecio Prieto y el andaluz Fernando de los Ríos, tacharon esta decisión de ‘grave error’. Sin embargo, los Comités Nacionales de la UGT y del PSOE la apoyaron. Prieto dimitió de su puesto en la Comisión Ejecutiva del PSOE.

La muerte de Pablo Iglesias en 1925 y su sustitución como presidente del PSOE y de la UGT por Julián Besteiro, que apoyaba el ‘intervencionismo’ y la ‘colaboración’, fue otro motivo de fractura. Y en 1926 se aumentó la brecha cuando Largo Caballero, con el apoyo de Besteiro, defendió que se estudiara la propuesta del Directorio para acabar con la Constitución de 1876 y crear una Asamblea Nacional Consultiva o ‘Parlamento Corporativo’. Para Prieto era “sin eufemismos, un caso de traición”.

Sin embargo, cuando en 1927 se conoció realmente que la Asamblea Nacional Consultiva no sería corporativa sino individual, reservándose el gobierno el nombramiento de los representantes que acudirían a la misma, tanto el PSOE como la UGT rechazaron la participación en ese engendro de falso Parlamento. Y en 1929 los socialistas criticaron duramente la nueva Constitución que quería aprobar el dictador y pidieron la convocatoria de Cortes Constituyentes. Largo Caballero consideró que la Dictadura se encontraba entonces en una situación insostenible y que las posibles ventajas del ‘intervencionismo’ eran mínimas.


Los años de la Segunda República Española y la Guerra Civil (1931-1939).

Como miembro del Comité Revolucionario surgido del Pacto de San Sebastián entre republicanos y socialistas, tras la victoria en las elecciones municipales y la proclamación de la Segunda República Española, el 14 de abril de 1931, desde los balcones del Ministerio de la Gobernación de la Puerta del Sol de Madrid, Francisco Largo Caballero formó parte del Gobierno Provisional como titular del Ministerio de Trabajo y Previsión Social, cargo que mantuvo en el gobierno presidido por Manuel Azaña (1931-1933), y desde el que puso en marcha importantes reformas sociales y laborales, como la Ley de Contratos de Trabajo, la jornada de 40 horas semanales y la creación de los Jurados Mixtos obreros-patronos. En 1932 es elegido presidente del PSOE.

Tras la llegada de la derecha al gobierno (1933-1936) las posturas de Largo Caballero se radicalizan como es evidente en sus discursos: “Tenemos que luchar, como sea, hasta que en las torres y en los edificios oficiales ondee no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”. Esta postura radical y revolucionaria le valió el sobrenombre de ‘El Lenin español’. En octubre de 1934, tras la entrada de 3 ministros de la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) en el gobierno, cumple la amenaza de desencadenar la revolución socialista si los reaccionarios llegaban al poder y se pone al frente de la insurrección obrera, que apoyan socialistas, comunistas y anarquistas, conocida como ‘Revolución de 1934’.

Después del fracaso del levantamiento, que solo tuvo un éxito relativo en Asturias, Largo Caballero es detenido y se le imputa por la jurisdicción militar un delito de rebelión militar en grado de máximo dirigente. Dada su condición de diputado y ex ministro, al final es juzgado por el Tribunal Supremo que le absuelve por falta de pruebas. El fiscal pedía una condena de 30 años.

Tras su salida de la Cárcel Modelo de Madrid, provoca otro enfrentamiento con Indalecio Prieto, pero en esta ocasión por todo lo contrario, ya que ahora Largo Caballero es partidario de una alianza entre todos los sindicatos y partidos obreros, incluidos el PCE y la Confederación Nacional de los Trabajadores (CNT), el sindicato anarquista. En este sentido participó activamente en la defensa de esta alianza obrera unitaria durante la campaña electoral para las elecciones legislativas de febrero de 1936 que ganó el Frente Popular.

Con la caída del gobierno de José Giral, incapaz de detener la sublevación militar del 18 de julio, Francisco Largo Caballero es nombrado Presidente del Consejo de Ministros por Manuel Azaña, Presidente de la República Española, en septiembre de 1936. Consciente de que lo principal era ganar la incipiente y cruel Guerra Civil que anegaba de sangre los campos de España, se reserva para si la cartera del Ministerio de la Guerra, desde el que reconstituye el Ejército Popular de la República basado en las Brigadas Mixtas de diferentes armas y cuerpos castrenses, donde pretende integrar las indisciplinadas y desorganizadas milicias de partidos políticos y sindicatos obreros.

Sin embargo, esta impopular iniciativa, su rechazo a las demandas de los asesores militares soviéticos a favor del PCE y la marcha desfavorable de las operaciones bélicas para el bando gubernamental empiezan a minar su autoridad. La caída de Málaga (febrero de 1937), la victoriosa ofensiva de los sublevados en Vizcaya (abril de 1937) y su negativa a declarar ilegal al Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM ) tras los sucesos de Barcelona (mayo de 1937) son aprovechados por sus adversarios políticos como pretexto para provocar una crisis gubernamental y forzar su dimisión, que es aceptada por Manuel Azaña el 17 de mayo de 1937.


Los años finales: Exilio y muerte (1940-1946).

A finales de enero de 1939, pocos días antes de la entrada de las tropas rebeldes en Barcelona, Francisco Largo Caballero, acompañado de sus 3 hijas y su concuñada María -su segunda esposa murió en 1935 y sus 2 hijos estaban presos en la zona sublevada-, abandona el piso en la Avenida Diagonal de la Ciudad Condal donde vivió desde finales de 1938 para dirigirse a París, donde se instalan en un pequeño apartamento de la Rue de Passy cercano a los Jardins du Trocadéro.

Al empezar la Segunda Guerra Mundial se negó a partir hacia América por no dejar abandonados a sus 2 hijos prisioneros en España. Salió de París unos días antes de que las tropas alemanas entraran en la capital francesa para dirigirse a Albi, donde residía el también dirigente socialista Rodolfo Llopis. Tras la capitulación francesa y la formación del colaboracionista Gobierno de Vichy, Largo Caballero fue detenido y confinado en diversas casas junto con sus familiares.

El gobierno mexicano del socialista Lázaro Cárdenas desplegó una intensa actividad diplomática a través de su embajador en Francia para conseguir un visado que permitiera a Largo Caballero y a su familia abandonar el país para residir en México, donde ya residía una hija suya. El Gobierno de Vichy se negó, pero sin embargo si que aceptó la demanda de extradición solicitada por el gobierno español del dictador Francisco Franco. Por ello, en 1941, ingresó en la cárcel de Aubusson primero y después en la de Limoges.

Allí se celebró el proceso de extradición contra Largo Caballero y contra Federica Montseny, dirigente anarquista que fue titular del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales durante su mandato como Presidente del Consejo de Ministros. El Tribunal de Limoges denegó la extradición en ambos casos. Sin embargo, no fue liberado sino conducido a un hotel habilitado como prisión en Val-les-Bains y después a otro similar en Noyons. Allí fue detenido por la Gestapo cuando los alemanes ocuparon también la Francia de Vichy en 1943.

Para Francisco Largo Caballero, que contaba casi 74 años, empezó entonces un calvario de traslados, interrogatorios y vejaciones que le condujeron a Lyon, París, Berlín y el campo de concentración de Sachsenhausen. Allí permaneció cerca de 2 años, hasta que en 1945, una semana antes de que acabara la Segunda Guerra Mundial, una unidad polaca del Ejército Rojo liberó el campo. Largo Caballero fue trasladado a Berlín donde, para su sorpresa, fue colmado de atenciones por los soviéticos. Después volvió a París.

A finales de enero de 1946 Francisco Largo Caballero enfermó gravemente de la dolencia renal que padecía y el 4 de febrero sufrió un cólico nefrítico del que ya no se repondría. El 9 ingresó en un clínica donde se le extirpó el riñón derecho y el 14 se le amputó la pierna izquierda por estar gangrenada. Siguió ingresado en la misma clínica donde aguantó mes y medio más. Falleció el sábado 23 de marzo de 1946 en París (Francia). Al lado de su cama estaba su hija pequeña Carmen, de 20 años de edad, que siempre le había acompañado durante su exilio, y Enrique de Francisco, presidente del PSOE, llegado expresamente desde México.

Así acabó la vida del humilde aprendiz madrileño sin apenas instrucción que se convirtió en el primer y único obrero de la Historia de España en desempeñar la Jefatura del Gobierno, la segunda magistratura de la nación, solo por debajo de la Jefatura del Estado.

Juanfer Puebla Tejerina

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