EL AUGE DE LA EXTREMA DERECHA NO SE COMBATE FACILITANDO EL GOBIERNO DE LA DERECHA
Las últimas elecciones autonómicas en Castilla y León han puesto de manifiesto el agotamiento electoral de los principales partidos del régimen (PP y PSOE) y el descalabro de Ciudadanos y UP, generando un escenario de aparente rédito electoral de Vox, magnificado interesadamente por los medios mainstream.
Sin negar los riesgos que supone el auge de la extrema derecha populista, entendemos que este escenario resultaba previsible por el propio proceso de paulatina disgregación de las derechas agrupadas hasta hace no mucho en el Partido Popular. Negamos, por tanto, que haya surgido repentinamente una masa de electores de extrema derecha en Castilla y León y afirmamos que éstos han estado ahí desde hace años, aunque ahora han cambiado sus opciones de voto al dejar de ser el PP el referente de todas las derechas, resultando llamativo que el ascenso de Vox coincida con la práctica desaparición de Ciudadanos.
Consideramos que el riesgo que supone la extrema derecha de Vox no se combate facilitando un gobierno de la derecha del PP, como se defiende desde el PSOE, sino que exige una acción política nítidamente de izquierdas, que es justamente lo que el PSOE y sus aliados de UP no parecen en disposición de hacer y lo que explica que hayan perdido entre ambos cerca de 160.000 votos en Castilla y León.
Además, la crisis entre Casado y Ayuso demuestra una pulsión extremista y una profunda incompatibilidad con la más elemental ética política en el PP que hace que no sea racional ni razonable optar por ese partido como mal menor frente al riesgo de Vox.
Entendemos, además, que el ascenso de la ultraderecha es la consecuencia de la apatía de la ciudadanía de izquierdas, provocada precisamente por una propuesta política desde la izquierda del régimen que lejos de abordar las cuestiones de fondo se queda en meras proclamas estéticas que se presentan como la opción menos mala frente a los peligros de la extrema derecha, pero asumen como único paradigma posible el actual.
Creemos que el verdadero combate contra la extrema derecha exige un programa radical que aborde con pedagogía política los problemas que afectan a la mayoría de la ciudadanía, especialmente el agotamiento del modelo económico, su flagrante insostenibilidad, la exacerbación de las desigualdades en el irrefrenable proceso inflacionista o el irreversible cambio climático.
Por ello, desde Alternativa Republicana frente a la ultraderecha, la derecha y el extremo centro, apostamos por la ruptura democrática en lo político y por la radicalidad en lo económico y social. Defendemos no solo un cambio de régimen, adoptando la república federal como forma de gobierno, sino también un cambio de modelo productivo y unas relaciones laborales sin explotación; romper con la (i)lógica del sistema extractivista; la sostenibilidad medioambiental; garantizar el derecho a la vivienda mediante un parque de vivienda pública en alquiler; garantizar el acceso a unos mínimos energéticos a través de una empresa pública del sector energético; establecer una banca pública que garantice el acceso a servicios bancarios y financieros a la ciudadanía sin las limitaciones de servicios y comisiones abusivas de la banca privada; acabar con el drenaje de recursos a las clases populares para sostener a las elites; etc.
En definitiva, entendemos que para combatir a la ultraderecha es imprescindible ofrecer a la ciudadanía un programa de acción política radical y republicano, sostenido en los pilares de la libertad, la igualdad y la fraternidad.
Luis Valcarce. Secretario Federal de Organización de Alternativa Republicana
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