Gabe Abrahams
Hace algunas semanas, la mayoría del Ayuntamiento de
Pamplona aprobó una declaración en un Pleno para que el reloj de la antigua
estación de autobuses de la ciudad se convierta en un espacio de memoria. La
medida supuso un homenaje a los dos republicanos que se escondieron en su
interior para escapar de la represión franquista tras el Golpe de Estado del 18
de julio de 1936.
Los dos republicanos que utilizaron el escondite del
reloj para evitar ser detenidos y probablemente encarcelados y fusilados fueron
Enrique Cayuela, secretario del Ayuntamiento de Pamplona por Izquierda
Republicana durante la Segunda República Española, y Ramón Díaz-Delgado,
catedrático de Filosofía, profesor de instituto y miembro de Acción Republicana
y de Izquierda Republicana posteriormente.
Los dos hermanos de Enrique Cayuela fueron
fusilados. Uno era el presidente de Osasuna, Natalio Cayuela.
Pedro Pérez Bozal, en su artículo dedicado al reloj salvador
de Pamplona publicado en El Cierre Digital,
nos explica: «Enrique Cayuela, con la
complicidad del vecindario, se escondió junto al profesor Ramón Díaz-Delgado en
el cubículo, de dos metros cuadrados y apenas uno de alto, del reloj de la ya
jubilada estación de autobuses de Pamplona. Este escondite les sirvió para
sortear a las tropas franquistas, que visitaban sus casas, y para trazar el
plan que les permitió salir disfrazados a las calles y cruzar la frontera por
Francia».
La ayuda de un mugarali fue
clave en el éxito de la huida de ambos a Francia.
Enrique Cayuela volvió a la España republicana en
plena Guerra Civil para al final tener que marchar al exilio de Chile, después
de pasar por Francia. En 1973, Cayuela tuvo también que exiliarse en Argentina
tras el Golpe de Estado de Pinochet. Al poco tiempo, tuvo que regresar a Chile tras
el Golpe de Estado de Videla en Argentina. En definitiva, una vida de película.
Cayuela falleció en Chile rodeado de los suyos.
El Archivo de Navarra recoge que, en 1940, Enrique
Cayuela, exiliado ya en Chile, recibió además una multa de 2.500 pesetas y 15
años de destierro por «estar
afiliado a Izquierda Republicana al iniciarse la Guerra Civil, desempeñar
cargos en la junta directiva de dicho partido, tomar parte en actos públicos
como propagandista y permanecer en el extranjero desde el 18 de julio de 1936
sin reintegrarse al territorio nacional en un plazo de dos meses».
Ramón Díaz-Delgado, por su parte, tuvo una vida algo
más tranquila que su compañero Enrique Cayuela. Se limitó a regresar a España
tras finalizar la Segunda Guerra Mundial, impidiéndole la dictadura que se
había instaurado en el país ejercer su profesión durante cinco años.
Entre los descendientes de Enrique Cayuela, destaca
José David Weinstein Cayuela. Hijo del psiquiatra judío-chileno Luis Weinstein Grenovich
y de la cardióloga María Luisa Cayuela. José David fue ministro en Chile con el gobierno de Ricardo Lagos.
Weinstein conoce muy bien la historia del reloj
salvador. «Mi abuelo Enrique
Cayuela, republicano, debió esconderse durante meses de la Guerra Civil Española
en un reloj de Pamplona. Agradezco el trabajo por mantener la memoria de una
guerra cuyos hechos deben ser conocidos por las nuevas generaciones para no
repetirse», afirma.
El Instituto de la Memoria de Navarra ha actuado
siguiendo esas palabras del nieto de Cayuela. Incluirá en la red de espacios
para la memoria el reloj que salvó a dos republicanos de Pamplona. El
Ayuntamiento de la ciudad colocará una placa junto al reloj salvador.
Mi abuelo Enrique Cayuela, republicano, debió esconderse 6 meses durante la guerra civil española en un reloj de Pamplona. Hoy mis hermanos han podido conocer el mítico reloj del que se hablaba en nuestra infancia ¡Gracias @CAOsasuna por recuperar la memoria de los represaliados! pic.twitter.com/Ndi066DBpC
— jose weinstein (@JoseWeinstein) August 9, 2021
#LaTrincheraInfinita en Pamplona. El catedrático madrileño Ramón Díaz-Delgado y el abogado pamplonés Enrique Cayuela, permanecieron ocultos varios meses al comienzo de la guerra civil. #Cayuela_Osasuna pic.twitter.com/5QrvmFvW3L
— Eduardo Martínez Lacabe (@emlacabe) November 7, 2021