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Francisco Blasco y Fernández de Moreda [1906-1974]

Francisco Blasco y Fernández de Moreda

El siguiente artículo histórico pretende reivindicar la figura y vida de Don Francisco Blasco y Fernández de Moreda uno de los grandes olvidados de nuestro tiempo. Sirva esta pequeña biografía como tributo a su recuerdo y memoria.

Luis Egea | Eco Republicano

Francisco Blasco y Fernández de Moreda fue un político, abogado, jurista, penalista y filósofo del derecho, docente y traductor. Nació en Madrid, el 8 de octubre de 1906, hijo de don Santiago Blasco y Sicilia y doña Josefa Fernández de Moreda y Martínez Chacón. Realizó sus estudios iniciales en el Instituto Nacional y Técnico de Logroño completándolos en el madrileño de San Isidro. Curso estudios de abogacía en la Universidad Central de Madrid, heredera de la vieja Universidad Complutense, que culminó a los 18 años en una vertiginosa carrera que duró poco más de dos años y obtuvo, un año después, su titulo de Doctor en Derecho Penal, aspecto éste de las ciencias jurídicas que no abandonaría jamás.

Cumplió el severo servicio militar español en el África y al reintegrarse a la vida civil, ejerció la docencia junto a su profesión de abogado, desempeñándose luego como Fiscal en distintas instancias llegando a ejercer como Abogado Fiscal del Tribunal Supremo de la República. En aquel tiempo fue discípulo del genial penalista Dr. Jiménez de Azúa, con quien forjará una amistad indisoluble que habrá de prolongarse en el tiempo y la distancia, compartiendo la común orientación jurídica.

Partido Republicano Federal

Desde muy joven, desarrolló una prolífica vocación republicana. En mayo de 1931 es elegido presidente de las juventudes del Partido Republicano Federal. El 5 de abril de 1931, en el madrileño Teatro Maravillas, participa en un mitin de la conjunción republicano socialista, junto a Eduardo Ortega y Gasset, Francisco Largo Caballero y Lucio Martínez. En noviembre de 1931 es elegido presidente del Comité local de Alianza Republicana en Madrid. Durante el XXX aniversario de la muerte de Pi y Margall, en unas ornadas organizadas por el Partido Republicano Federal, participa en una conferencia titulada "Pi y la libertad de pensamiento". En aquellas fechas, además de su actividad política ejerce como letrado en varios juicios.

Partido Republicano Radical Socialista

En marzo de 1932 en el Centro Republicano participa en una conferencia del Partido Republicano Radical titulada "Libertad, autoridad, orden público". En junio de 1932 es elegido vicepresidente segundo del Partido Republicano Radical Socialista del Distrito del Hospital en Madrid. En mayo de 1933 imparte una conferencia bajo el título "La influencia del arte en la política" desarrollada en el Circulo Republicano Radical de Madrid. En julio de 1933, participa en un mitin contra la guerra y el fascismo en el Teatro de Fuencarral. En enero de 1934 participa como abogado defensor en el juicio contra varios procesados por la intentona monárquica de Sevilla, conocida como "Sanjurjada" producida el 10 de agosto de 1932.

Unión Republicana

En septiembre de 1934 se afilia al partido Unión Republicana liderado por don Diego Martínez Barrios. En junio de 1935 disertó con el tema "Defensa de la Constitución" en la sede de Unión Republicana de Madrid. En enero de 1936, es elegido vocal en el Comité ejecutivo de la Agrupación de Unión Republicana de Madrid, presidido por Aselo Plaza Vinuesa. Durante esas fechas participó en varios mítines del Frente Popular. En junio de 1936 es elegido presidente de la Juventud de Unión Republicana de Madrid.

Guerra Civil y Exilio

La guerra civil lo encuentra del lado de quienes compartían sus ideales libertarios, los republicanos, y es incorporado en el ejército con el grado de Capitán, recordándose su heroica participación en la defensa de Madrid, que mereciera el reconocimiento y los honores conferidos por el Gral. Miaja, jefe de las tropas leales.

Desde Valencia, el 23 de mayo de 1937, el ministro Manuel de Irujo y le nombra Teniente fiscal del Tribunal Popular número dos de Madrid, según aparece en la Gaceta de la República de 26 de mayo de 1937.

El triunfo del fascismo franquista le obligó, como a tantos otros españoles, a refugiarse en la vecina Francia, en la que debió soportar una dura existencia agravada por la capitulación de ese país ante la invasión nazi, la que no veía con buenos ojos a estos emigrados.

Tras una largas travesía llegó entró en México por Veracrúz el 19 de noviembre de 1941 según consta en la ficha del Servicio de Migración y registro de extranjeros. En el año 1943 fue designado docente de la Universidad de Veracruz, pero estaba escrito que su deber de español y político se iba a imponer sobre su innata vocación de catedrático, y convocado por el Presidente de la República Española en el exilio, Don Diego Martínez Barrio, vuelve a París, desempeñándose como su secretario privado en 1946. Durante el exilio participó en el partido Unión Republicana, desarrollando el cargo de Secretario General, bajo la presidencia de Fernando Valera Aparicio.

Las esperanzas de los emigrados de retornar a su patria, a la patria que ellos soñaron libre y republicana, no pudo nunca concretarse, y tras duros años en París, en 1952 decide viajar a la Argentina donde lo esperaba una fraterna hermandad que lo acogió y dio posibilidades para superar sus infortunios. Luego de unos años en Buenos Aires, donde brindó sus servicios como técnico de la Biblioteca del Ministerio de Relaciones Exteriores, la Escuela de Derecho de Corrientes, por intermedio de uno de sus más destacados profesores el Dr. Carlos V. Gallino Yanzi, lo invita a incorporarse a sus claustros, iniciándose en la cátedra de Filosofía del Derecho, para ir ampliando poco a poco el ámbito docente con la Parte General de Derecho Penal, Introducción al Derecho, y la dirección de los cursos de Seminario, a lo que debía agregarse la dirección de la Biblioteca y el cargo de Consejero de la Facultad por decisión de sus colegas que veían en él un maestro ejemplar para conducir noblemente los destinos de la Alta Casa de Estudios.

Blasco no solo fue un gran profesor de derecho en Corrientes; su labor de investigador y publicista trascendió los límites de nuestra frontera provinciana, y las más prestigiosas revistas y enciclopedias jurídicas de Argentina y de Méjico, se honraron contándolo entre sus colaboradores más asiduos, como pudieron valorarlo quienes se dedicaban especialmente a la ciencia penal.

Su amabilidad como profesor para responder a las preguntas de sus alumnos, el claro desarrollo de sus ideas en la exposición de sus clases, y su excelente calidad humana, hicieron de él una de las figuras inolvidables de la Facultad de Derecho de Buenos Aires.

Como dice acertadamente el jurista Manuel de Rivacoba y Rivacoba en una genial semblanza de su personalidad, Blasco se sentía un verdadero hermano de sus semejantes, ‘mención ésta de la hermandad que nos hace recordar su temprana iniciación y su continuada perseverancia en una cadena de vocación universal, que liga a los hombres, sin distinciones, por un vivo vínculo fraternal, cultiva en ellos la comprensión, la tolerancia y la solidaridad, y los exalta en la libertad y la igualdad, esto es, en su dignidad‘.

También fue miembro de la Academia Mexicana de Ciencias Penales, miembro Ad Honorem del Instituto Peruano de Derecho Procesal y miembro de la Association Internationale de Droit Pénal (AIDP). El profesor Dr. Francisco Blasco y Fernández de Moreda, falleció en Corrientes (Argentina) el 19 de febrero de 1974.

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