Por Eco Republicano.
La extrema derecha de Giorgia Meloni ha ganado las elecciones italianas y se perfila para volver al poder auspiciada por unos comicios con una abstención récord cerrando así una etapa histórica que la República inauguró sobre el pilar del antifascismo tras la Segunda Guerra Mundial.
El recuento ha dado finalmente la razón a las encuestas de las últimas semanas, certificando la victoria de la autoproclamada coalición de centro derecha (Hermanos de Italia, Liga, Forza Italia) con en torno al 44% de los votos. La coalición del centro izquierda, que aúna al Partido Democrático de Enrico Letta con los ecologistas y la escisión liderada por Luigi di Maio, ha logrado un 26% y el Movimiento Cinco Estrellas, que concurrió en solitario, el 15%. El Terzo Polo, la opción de centro liderada por el ex primer ministro Matteo Renzi ha logrado cerca del 8% de los sufragios.
En la mañana de este lunes han empezado a aparecer las primeras reacciones desde la clase política española. Una de las primeras en reaccionar en redes ha sido la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien no ha dudado en lanzar una particular reflexión al respecto del, a su juicio, «preocupante resultado» electoral abriendo hilo en su cuenta de Twitter.
La vicepresidenta segunda considera que efectivamente «son momentos difíciles, pero no podemos resignarnos». Más tarde ahonda en los motivos que pueden llevar a este resultado y la respuesta que deben dar las fuerzas progresistas porque: «Cuando la incertidumbre es norma, la esperanza es imprescindible».
La desigualdad y desafección con la política han llevado al país a una situación donde unos pocos quieren dinamitar los derechos de la mayoría.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) September 26, 2022
Ante esto no basta con elevar el ruido. La juventud, las mujeres y toda la ciudadanía espera un nuevo contrato social y verde.
Estoy convencida de que una Italia moderna y justa acabará abriéndose paso.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) September 26, 2022
Con ese fin, las fuerzas progresistas deben ofrecer nuevas certezas: ampliando derechos, mejorando el empleo, apostando por Europa.
Cuando la incertidumbre es norma, la esperanza es imprescindible.