Miguel Pastrana
La asociación Ateneo de Madrid está a punto de ser reconvertida en una entidad de modelo corporativo, un consorcio en la práctica, aunque quienes están impulsando este cambio –y cuentan con muy poderosos medios, como desgranaré-, nieguen el término. Pero, justamente, porque es verdad. Hoy voy a demostrarlo.
Soy, con perdón, la persona más veces consecutivas electa en la Historia del Ateneo para formar parte de su Directiva (Junta de Gobierno); cinco veces Secretario entre 2008 y 2017. Hablo con buen conocimiento de la entidad. Conozco muy bien su Historia más que bicentenaria -el Ateneo en Madrid se fundó en 1820. Eliminado por la reacción absolutista de Fernando VII en 1823, se refundó ya definitivamente en 1835-. He tenido el privilegio de ser amigo de Alberto Gil Novales, historiador y socio ateneísta fallecido en 2017. Soy amigo de personas, igualmente socias, quienes han escrito libros también de investigación seria sobre nuestra Historia como Alejandro Díez-Torre, Francisco Villacorta Baños, Víctor Olmos… He estudiado, asimismo, la conformación, evolución y continuidad de los Estatutos de la asociación Ateneo.
Por todo ello sé de lo que hablo. He escrito yo mismo algunos artículos, publicados en diarios conocidos, como éste. No sé si hoy es el último el cual dedicaré al asunto. Sí creo que, muy posiblemente, es el más importante, el más trascendental. Si a Vd. estimado lector, estimada lectora, le importa en alguna medida el Ateneo de Madrid. O no, pero sí la Cultura y el Pensamiento independientes en nuestra ciudad, en nuestro país; si a Vd. le importa eso, yo le solicito, con buenas razones, que lea atentamente este artículo. Inclusive me atrevo a pedirle -por las mismas razones-, que, si lo considera, lo comparta, lo difunda. Voy a intentar explicarle qué está sucediendo en el Ateneo madrileño, y cómo afecta a la ciudad, al país, a Vd.:
El Ateneo es una asociación; una entidad independiente propiedad de sus socios y de sus socias. Dirigido a múltiples niveles (Junta de Gobierno, pero también Secciones temáticas, Agrupaciones…), por quienes se han hecho socios, se han hecho socias, de la entidad. Que es abierta.
¿Recibe el Ateneo subvenciones? Por supuesto. Como muchas otras asociaciones. Porque su utilidad y su finalidad es pública. Pero el Gobierno del Ateneo -repito-, es solamente de sus socios y de sus socias. Ni más, ni menos.
A lo largo de su prolija Historia, que tiene hitos en verdad impresionantes; de un relieve nacional del todo decisivo, el Ateneo de Madrid se dotó de unos Estatutos -llevan el nombre de «Reglamento», pero son en verdad su Constitución-, de una profundidad democrática con poco parangón en España. Pero pensemos, que en el hacer de esos Estatutos -son los todavía vigentes, pero lo que ahora se pretende quitar-, estuvieron personas como Clara Campoamor, Luis Jiménez de Asúa, Victoria Kent, Fernando de los Ríos, Carmen de Burgos, José Antonio Balbontín, Hildegart Rodríguez, Manuel Azaña…
En el Ateneo de Madrid, los puestos directivos -que son gratuitos-, se votan cada año. Repito: «cada año». Esto es así desde el mismísimo 1820 (atención). No quiere decir que el cargo dure solamente un año. Son dos. Pero se eligen por mitades en años alternos. Es un sistema profundamente meditado y por intelectos -ya digo-, brillantes, para garantizar una Directiva social para una entidad independiente.
Es un sistema equilibrado. No es corporativo -como ahora se pretende poner uno…, y tampoco es exactamente asambleario, como a veces se quiere mal interpretar (y a veces también, para quitarlo). Reparte bien y equilibradamente competencias. Y sobre todo, lo que garantiza, es que la Directiva dé cuenta de su gestión y renueve -o no-, la confianza en las urnas con frecuencia; anualmente. Esto se hizo así desde el mismo año 1820 justamente para evitar que el Ateneo se convirtiese en el cortijo de nadie; de ninguna entidad, ningún lobby.
¿Quiere Vd. ser directivo, ser directiva? Muy bien. Es fácil. Ahora bien: Vd. tiene que renovar la confianza en las urnas con frecuencia. Es justamente la clave para que el Ateneo sea una entidad social e independiente. La clave.
Desde el año 1820, solo hay tres personas quienes han quitado las Elecciones anuales a Junta de Gobierno del Ateneo. Son: Fernando VII, Miguel Primo de Rivera, y Francisco Franco.
En 1984, el Ateneo madrileño recuperó su Reglamento democrático histórico. Lleva esa fecha en la portada (nota: pero luego en la primera página puede verse la Historia…), porque es -precisamente-, la de recuperación. Que no fue fácil, porque personas provenientes del tardofranquismo como los Srs. Fernando Chueca Goitia y Antonio Garrigues Walker, intentaron impedirlo (el Sr. Garrigues Walker también está en el intento actual de quitar el Reglamento histórico, por cierto). Pero decía yo, que el Reglamento (los Estatutos) actuales del Ateneo, aunque lleven en su portada fecha 1984, son esencialmente los históricos, y en especial los redactados en 1932 (atención) y por gigantes de la Historia de España como las personas, mujeres y hombres, de la época, a quienes ya menté. Esos son los Estatutos vigentes del Ateneo.
No lo digo sólo yo: lo dicen también los historiadores y las historiadoras.
Cuando el actual Presidente de la Junta de Gobierno, Luis Arroyo Martínez -quien encabeza el intento de sustituir el Reglamento-, dice que esos Estatutos son solamente de 1984, está tergiversando -lamento decirlo-, la verdad y los hechos. Él sabe perfectamente que son los Estatutos históricos de la asociación. Él conoce la Historia. Simplemente es, que le conviene olvidarla…
Pero la Historia es que en el Ateneo madrileño de su actual Reglamento (el que quiere quitar el Sr. Arroyo); en ese Ateneo, las mujeres podían votar y ser directivas cuando en España, todavía, no. La Clase Obrera recibía la formación que en otras Instituciones, todavía no. Y se forjaron la Primera y la Segunda República españolas. Y se materializó el «No pasarán» del Madrid antifascista, en un Ateneo el cual no cerró ni un solo día bajo las bombas. Y tres días antes de la Manifestación del 15 de mayo de 2011 (el «15-M»), ésta se anunciaba y convocaba en Rueda de Prensa en el Ateneo (Nota: esto último no tuve que leerlo en ningún libro de Historia, aunque ya figure en ellos: lo conozco bien porque Carlos París era Presidente del Ateneo, quien esto escribe, Secretario-Coordinador de Actos, y Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo -la cual habíamos formado en 2010-, el grupo electoral ateneísta en el Gobierno entonces). Todo esto -iba diciendo…-, y mucho más, fue en el Ateneo de su Reglamento histórico, social. Añado: «y justamente gracias a él». El Reglamento que ahora se quiere quitar y tal vez precisamente por eso se quiere quitar…
Veamos cuál es la situación ahora, y sus antecedentes:
Con fecha 15 de marzo de 2021 el diario «El País» tituló un extenso artículo: «Un grupo de intelectuales se une para sacar al Ateneo del letargo». El subtítulo añadía (atención): «200 nuevos socios han ingresado en centenario club cultural con el fin de reactivarlo». En este artículo se señalaba que encabezaba la iniciativa «la empresaria Pepita Marín» (María José Marín Rey-Stolle) «miembro del Consejo de Administración del Grupo PRISA». Esto es literal de aquel artículo y más claro agua. Pero prosigamos…
Cuanto sucede entre ese marzo de 2021 y octubre 2022, puede encontrarse en diversos diarios de referencia, incluido éste. Lo resumo: ese grupo «de intelectuales» (sic), adopta al nombre -el cual mantiene hasta hoy…-, de «Grupo 1820», por el año de la primera constitución del Ateneo. Paradójicamente (atención) su Programa significa una enmienda profunda a las premisas fundacionales del Ateneo, elecciones frecuentes incluidas (que este grupo quiere quitar, recordemos).
Tiene apoyo mediático, económico, y político, muy fuerte. Nada que ver – absolutamente nada…-, con los grupos electorales hasta entonces existentes en el Ateneo (incluido Convergencia para la Estabilidad Democrática), que eran/son, esencialmente, grupos de socios y socias con sus propios recursos (atención). Así, el «Grupo 1820» gana las elecciones. «Convergencia» quedamos segundos. El grupo «Red Ateneísta» -que había sido el Gobierno del Ateneo desde mediados de 2019-; tiene un gran bajón, quedando tercero, a bastante distancia.
Al muy poco, el «Grupo 1820», que ha sido finalmente encabezado por Luis Arroyo Martínez, sociólogo, asesor de comunicación (asesoró a Pedro Sánchez en las elecciones de 2015, aunque ya no en las siguientes) y tertuliano habitual en medios como TVE; un profesional de la publicidad política a quien yo valoro en su oficio (creo que él también a mí en el mío. Ello no quita nuestras actuales discrepancias…); Luis Arroyo, digo, pone en marcha su intento de sustituir el Reglamento histórico del Ateneo. Sobre todo, se trata de que la Directiva se elija cada cuatro años y en general, distanciarla de la rendición de cuentas frecuente ante el cuerpo social ateneísta. Un sistema mucho más parecido al del Consejo de Administración de una corporación, que al de la asociación que siempre ha sido el Ateneo de Madrid.
Convergencia para la Estabilidad Democrática lanzamos entonces la idea de una gran alianza En Defensa del Reglamento (histórico). «Red Ateneísta», como grupo electoral, y socios y socias a título individual; independientes, conforman esa Alianza, junto al grupo mismo de «Convergencia».
Desde entonces, los pulsos electorales entre esta Alianza de grupos y personas por el Reglamento histórico, y el denominado «Grupo 1820», han tenido suerte alterna: el Grupo ganó las elecciones parciales a Junta de Gobierno de 2022 (mayo) y las elecciones a Secciones temáticas de ese mismo año (octubre). La Alianza ganó las votaciones a Secciones del octubre anterior (2021). Pero sobre todo -y es, con mucho, lo más importante…-, la Alianza ganó el «referendo» en unas al cual el 27 de octubre de 2022 el Sr. Luis Arroyo Martínez y su Grupo, sometieron al Reglamento histórico del Ateneo, frente a un Nuevo Reglamento que querían.
Las urnas, abiertas durante todo el día, dieron un resultado por el cual el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid se mantiene.
Esto requiere especial atención, por favor: a pesar de que el Sr. Arroyo y su «Grupo 1820» jugaron con todos los medios institucionales del Ateneo a su favor; a pesar de que puso, -respetablemente-, a varias de sus «estrellas» mediáticas -como el actor Miguel Rellán o el general ex-Jefe del CNI, Félix Sanz Roldán-, a grabar vídeos en apoyo de un Nuevo Reglamento para el Ateneo, éste no prosperó en las urnas. Y se mantiene, al menos por ahora, el Reglamento histórico. El que da primacía a lo social. El que defendemos Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo de Madrid.
Sin embargo… ¿Qué sucede ahora? Que el Sr. Arroyo y su Grupo vuelven a la carga apenas cuatro meses después. Se amparan en que dicho Reglamento, es cierto, no establece ningún intervalo entre intento e intento de cambiarlo. Eso es verdad, sí. Pero también, que quienes forjaron nuestra Constitución ateneísta, fiaban en el buen sentido, el juego limpio, y las conductas -no nos dé miedo la palabra…-; honorables.
A ninguna de las personas, hombres y mujeres; mujeres y hombres, gigantes -ya lo he dicho-, de la Historia de España, quienes edificaron la Constitución del Ateneo de Madrid, se les podía siquiera pasar por la mente, que un proyecto de «Nueva Constitución» para el Ateneo rechazado en las urnas, se volviese a intentar apenas cuatro meses después. Eso no cabe en determinadas normas de conducta; de comportamiento ético, cívico.
Pongo un ejemplo, para entendernos: ¿se imaginan Vds. a un Presidente del Gobierno presentando, legítimamente, una Nueva Constitución para el país, que ésta se vote en las urnas, que no salga, y luego ese Presidente lo vuelva a hacer a los pocos meses? ¿Se imaginan Vds. eso? ¿A que resulta impensable? Pues lo mismo para las venerables personas quienes hicieron la Constitución histórica del Ateneo.
Resulta cuando menos chocante -llamo la atención sobre ello…-, que el Sr. Luis Arroyo Martínez se esté aprovechando sin pudor de las bondades de un Sistema -el histórico del Ateneo-, que basa -objetivamente-, en la civilidad, en la razón, en la ética y en la fraternidad, para demoler ese mismo Sistema y a golpe de marketing.
Se mire por donde se mire, es una enorme, colosal hipocresía, que el Grupo («1820») el cual quiere cambiar el Reglamento del Ateneo para que se vote la Junta Directiva cada cuatro años en vez de cada uno, porque -dicen ellos-, lo otro es inestabilidad (nota mía: según ese «razonamiento» -que considero falso-, el Ateneo llevaría 200 años de «inestabilidad»; atención…); es una hipocresía -iba yo diciendo-, que el Sr. Arroyo vuelva a intentar quitar el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid, apenas unos pocos meses después de haber fracasado en su primer intento (su pretensión es un nuevo referendo a finales de este mayo).
Es lamentable. Lo digo con pesar. Luis Arroyo sabe bien que yo no soy un enemigo personal suyo. Sabe que Convergencia para la Estabilidad Democrática del Ateneo tratamos con respeto desde el principio al «Grupo 1820», a pesar de que pronto se evidenciaron diferencias profundas sobre modelo de Ateneo. Pero intentamos encontrar puntos de acuerdo, lo intentamos. No ha sido posible porque -ya digo…-, el proyecto del Sr. Arroyo y su Grupo, es un proyecto de «reconversión» en toda regla –en toda-, de una entidad de naturaleza social, en otra de naturaleza corporativa.
Creo que esto resulta fácil de entender. Porque ha pasado, además, en muchos otros lugares, en muchos. Pero en el Ateneo de Madrid -al menos por ahora…-, lo estamos conteniendo. Estamos resistiendo. Y es una Resistencia social -sé de lo que hablo; puedo dar fe con tanto orgullo, como emoción (perdón por ambos); una Resistencia la cual adquiere, habida cuenta del Poder -económico, mediático, político…-, que tenemos enfrente, tintes verdaderamente heroicos; conmovedores.
Yo he visto a socios y a socias ateneístas haciendo esfuerzos físicos sobrehumanos para ir a votar y que no se quitase el Reglamento histórico del Ateneo. Yo he visto al gran científico humanista Ernesto García Camarero, al ateneísta infatigable Arturo Bravo, al historiador del arte Matías Mediavilla…; les he visto ir a votar el 27 de octubre para mantener la Constitución histórica del Ateneo, el Reglamento… ¡Y lo han logrado! Y han muerto poco después, lamentablemente, han muerto. Pero el Ateneo en el cual creían -como Carlos París, como Almudena Grandes, como Alberto Gil Novales, como Sagrario Losada… sigue vivo aún –sigue-, y por eso -lo creo a pies juntillas; con cada fibra de mi ser…-; tampoco en el Ateneo han muerto ellos y ellas, tampoco…
Va más allá de los retratos (que yo aplaudo, conste). Va mucho más allá… ¿resulta tan difícil de entender? La imagen es un soporte. Pero lo esencial es el Pensamiento, lo que crearon, lo que escribieron, lo que dijeron…
¿Alguien conoce una sola línea -tan sólo una…-, de Carmen de Burgos, de Clara Campoamor, de Almudena Grandes, de Carlos París… diciendo: «En el Ateneo se vota demasiado. Eso es inestabilidad. La Directiva hay que votarla cada cuatro años»? ¿Dijeron o escribieron alguna vez -una sola…-, algo así? La respuesta es no. La respuesta es que el Sistema del Ateneo -justo por ser profundamente republicano; democrático-, les gustaba.
27 de octubre de 2022. Por las urnas, se mantiene el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid. En la imagen están, entre otras personas, a la izquierda Miguel Pastrana -quien fue Interventor electoral por la alianza En Defensa del Reglamento-, y a la derecha, Luis Arroyo Martínez, actual Presidente de la Junta de Gobierno del Ateneo de Madrid, quien encabezó el fallido intento de quitar ese Reglamento. Quiere volver a intentarlo a fines de mayo de 2023 (Foto: Luis Miguel Rico Quintana).
Dice mi amigo y consocio ateneísta Luis Arroyo: «es que dos años en el puesto es poco». ¡Pues preséntate a cuantas reelecciones quieras, leñe! José Prat lo hizo. José Luis Abellán lo hizo. Carlos París lo hizo. César Navarro lo hizo. Yo mismo, en el puesto de Secretaría, lo hice. Y una década estuve; las cinco elecciones a las que me presenté al puesto.
No Luis, no…; el problema no es que «haya poco tiempo». Hay todo el tiempo del mundo, todo… si se renueva la confianza. Pero ahí está clave, ahí; lamento decirlo: la clave está en que no quieres y no queréis -quienes estáis por esta reconversión…-, tener que sujetaros a confianza periódica, a control democrático. Queréis del todo «manos libres». Y eso -te lo digo-, no es ni ha sido nunca el Ateneo de Madrid, nunca (salvo con Primo de Rivera y con Franco).
El por qué Luis Arroyo Martínez y quienes le apoyan, pretenden tan completas «manos libres», sólo estas personas lo saben de verdad. Pero, siendo sinceros, no pinta nada bien, nada. Cuando se quiere escapar a la rendición de cuentas periódica, democrática…, nunca suele ser por nada bueno. Lamento tener que así decirlo.
Esto nos lleva -mucha atención, por favor-, a una cuestión crucial: qué apoyos mediáticos, políticos y económicos, tiene ese «Grupo 1820» el cual está pretendiendo la reconversión del Ateneo de Madrid, pese a la resistencia social. En el momento de escribir estas líneas, tienen puesto directivo en la asociación Ateneo Científico, Literario y Artístico de Madrid personas quienes también tienen puesto directivo simultáneo de:
- – Vocalía del Grupo PRISA en representación de «Amber Capital UK LLP».
- – Consejería del Grupo PRISA.
- – Dirección de Soluciones Especiales y Publicidad de «Atresmedia».
- – Subdirección de Comunicación y Relaciones Públicas de «Atresmedia».
- – Dirección de la Productora Interna del Grupo «Atresmedia».
- – Dirección del Área Institucional de la «Fundación Repsol».
- – Responsabilidad del Soporte de Ventas Directas y Aviación en «Repsol».
- – Dirección de Caixaforum-Fundación La Caixa.
- – Dirección de Negocios del holding de publicidad y comunicación WWP («Wire and Plastic Products») Spain.
- – Jefatura de Comunicación y Relaciones Externas del Museo Nacional «Thyssen-Bornemisza».
- – Consejería Editorial de «The Objective Media».
- – Dirección de Relaciones Institucionales de «Solaria Energía y Medio Ambiente S.A».
- – Secretaría del Patronanto de la «Fundación Civismo», entidad que en su Web se define como «un think-tank» entre cuyos «principales valores» están «el Estado limitado y representativo, el imperio de la ley, la propiedad privada y el libre mercado».
- – Dirección de la «Fundación Rafael del Pino», entidad que en su Web señala como sus «objetivos»: «Formar dirigentes. Impulsar la iniciativa individual, los principios del libre mercado y la libertad de empresa».
Ateneístas recientes quienes ejercen esos cargos directivos en esas grandes corporaciones son actualmente -atención-, directivos/as también en el Ateneo en sus distintos estratos (Junta de Gobierno, Secciones y Agrupaciones temáticas). Todos ellos/as y pertenecientes -también todos- al «Grupo 1820», tienen actualmente poder de decisión en el Ateneo de Madrid. De hecho y como conjunto, tienen la Dirección de la asociación.
Por medios democráticos. Eso yo no lo he cuestionado en ningún momento (conste). Lo que sí cuestiono, es que -una vez alcanzado ese poder-, quieran quitar la Democracia histórica del Ateneo; demoler desde dentro un Sistema organizativo el cual ha sido -digámoslo sin rubor…-, una inspiración para España durante dos siglos. ¿Por qué quieren acabar con ello? ¿Por qué intereses?
Son, todas estas personas, respetablemente, socios/as ateneístas recientes (a partir de finales de 2019). Pero ese no es el problema. Todos/as hemos sido recientes alguna vez (y también hay socios/as recientes quienes defienden el Reglamento histórico ateneísta ¡conste!). El problema -reitero-, está en llegar para hacer una reconversión.
Pienso que es igualmente relevante saber cuáles altos cargos han tenido en el pasado personas del “Grupo 1820” quienes ahora tienen puesto directivo en el Ateneo de Madrid. Refiero cargos que tuvieron:
- – Una Secretaría de Estado de Comunicación.
- – Una Subdirección del diario “ABC”.
- – Una Dirección de Comunicación de «La Sexta».
- – Una Dirección de la Sección de Libros de «El País de las Tentaciones» (diario «El País»).
- – Una Presidencia del «Grupo Libertad Digital S.A».
- – Una Presidencia de «Madrid Network».
- – Una Consejería del «Grupo Anaya».
- – Una Dirección del Gabinete de la Presidencia del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
- – Una Dirección de Relaciones Corporativas de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).
- – Una Dirección del Instituto de Economía de Mercado.
- – Una Auditoría de la «Red de servicios y negocio multinacional PwC” (Pricewaterhousecooper).
- – Una Puesto Directivo de la Banca Privada Andorrana (BPA)
- – Una Dirección del Centro Nacional de Inteligencia (CNI).
(Nota: por varios motivos míos, no he querido poner el nombre de cada persona en cada puesto. Pero naturalmente, sé a quién corresponde. Es fácilmente constatable. Todos son datos que pueden verse en Internet; datos de dominio público. Primero, mirando en la propia Web del Ateneo los actuales puestos directivos, tanto de la Junta de Gobierno, como de las Secciones y Agrupaciones temáticas. Luego, buscando la trayectoria pública de cada persona. Ciertamente es un trabajo. Pero a quien no lo crea, le invito a hacerlo).
Desde que el «Grupo 1820» ganó en las urnas el Gobierno, es cierto que se han ido haciendo socios, haciendo socias, del Ateneo, un número significativo de personas. A mí esto siempre me alegra (conste igualmente). Además, algunas de ellas, son -puedo decirlo…-, amigas mías; personas a quienes admiro de la poesía, de la literatura… es verdad. Y sin embargo, a pesar de toda la propaganda del Sr. Arroyo y su Grupo, hay dos cifras reales, frías e irrebatibles: en el Ateneo de Gobierno de Carlos París y la Convergencia, a pesar de coincidir con los más duros años de la Crisis económica nacional e internacional (ojo), estábamos un 16% de ateneístas más y se nos cobraba un 29% menos. Mucha atención a estos datos, por favor… El Sr. Luis Arroyo Martínez llegó prometiendo un Ateneo «de 6000 socios/as» (sic) y una inyección de dinero. Esa fue la publicidad, el marketing, la propaganda.
La realidad, es que se está lejos de los 2.500 socios/as los cuales éramos hace doce años con Carlos París y la Convergencia, y la realidad es que el «Grupo 1820» ha subido apreciablemente la cuota que pagamos los y las ateneístas. ¡Esa es la realidad objetiva, sépase!
Inclusive las obras de rehabilitación que se concluyeron en la primera mitad de 2022, fueron con una subvención ganada por la Junta de Convergencia. Esto, aunque se recuerde poco, también está ya en la Historia escrita del Ateneo, también…
Antes he mencionado a grandes entidades empresariales varias de cuyas personas directivas lo son también, ahora y por ahora, del Ateneo de Madrid. Hay también otras personas quienes se han hecho socias a iniciativa del «Grupo 1820». Por ejemplo, el Sr. Felipe González, ex-Presidente del Gobierno de España. Por ejemplo, el Sr. Pío Cabanillas Alonso, ex-Ministro en el Gobierno presidido por el Sr. José María Aznar. Por ejemplo, el Sr. José María Lasalle, ex-Secretario de Estado en el Gobierno presidido por el Sr. Mariano Rajoy. Por ejemplo -muy reciente-, el Sr. Enrique Cerezo, productor cinematográfico y Presidente del Club Atlético de Madrid.
(Sépase que yo soy «del Atleti». Además de republicano, comunista, y vallecano de adopción. Que no me falte de nada para ir al «infierno» y no me falte tampoco, jamás, una pizca de humor gaditano a pesar de lo muy grave de la situación que explico…).
Por mi parte -insisto-, bienvenidos. A cuanto no doy la bienvenida, es al intento de reconvertir el Ateneo.
Ya señalé el gran apoyo desde las páginas del diario «El País» al proyecto del Sr. Luis Arroyo Martínez y su “Grupo 1820”. Pero es que también -atención-, desde el diario «El Mundo» se lo han dado. Por ejemplo, muy pocos días antes de las elecciones a Junta de Gobierno de mayo de 2022, ese diario tituló un extenso publirreportaje: «El sociólogo que aspira a modernizar el Ateneo pese a la vieja guardia» (El Mundo, 24/V/22). La tendenciosidad del artículo, en fin, está clara desde su mismo título. Y así todo en esas grandes corporaciones mediáticas respecto a cuanto está sucediendo en el Ateneo madrileño. Su apuesta -y su implicación-, en quitar el sistema democrático histórico, es indudable.
Principalmente, digámoslo claro, son los grandes grupos PRISA y “Atresmedia”.
Ya he dicho que tienen a varias personas directivas suyas, quienes lo son también actualmente -vía «Grupo 1820»-, del Ateneo de Madrid. Es un hecho objetivo. Y también, el desembarco masivo de los productos mediáticos de esas dos grandes empresas.
Por ejemplo -uno entre muchos posibles…-, en noviembre de 2022, el canal de televisión “La Sexta” (Grupo “Atresmedia”), a bombo y platillo, con la Sra. Ana Pastor y el Sr. Antonio Ferreras a la cabeza en la publicidad, celebró su evento titulado «Metafuturo», durante cuatro días (cuatro), en el gran Salón de Actos del Ateneo.
¿Respetable? Por mi parte, sí: respetable. Lo que no sé, es si han pagado al Ateneo. Normalmente, a las grandes entidades, cuando hacían actos así, se les cobraba. Al menos cuando yo fui Coordinador de Actos y con el Presidente Carlos París, así hacíamos. Pero, en mi opinión, el problema no es que vengan al Ateneo (siempre han venido). El problema, es que vengan para reconvertir su dirección social (la del Ateneo), en modo corporativo; en modo consorcio. ¿Se me entiende, por favor? Por más que el propio Luis Arroyo Martínez lo niegue, lo camufle (él juega su papel en esto, respetablemente. Pero yo ya creo que ni siquiera es el papel principal; hay intereses mayores…), es ya del todo inocultable. Solamente quien no quiera verlo no lo ve: el intento de reconversión empresarial de lo que, hasta ahora, ha sido la asociación Ateneo de Madrid.
Una reconversión -tengamos la valentía de llamar a las cosas por su nombre…-, que como todas las de su especie, es profundamente neoliberal. «Hasta la médula». Antisocial, por tanto. ¿Se oye bien lo que digo, por favor?
Sucede, que con personas expertas del marketing, la publicidad, y el efectismo también, esto se camufla o medio camufla: un guiño por aquí, una imagen icónica por allá, un acto -pero medido-, a veces… No resulta difícil. Pero la esencia, el sentido y el significado, de la reconversión que el «Grupo 1820» intenta para el Ateneo, es -como no puede ser de otra manera…-, neoliberal.
Téngase claro, por favor. Quienes, de izquierdas (yo lo soy; militante republicano y comunista de base. Mi trayectoria es pública y conocida…) y progresistas, se engañen o equivoquen a este respecto, lo van a pagar muy caro, lamento así decirlo. Sin remedio, sin vuelta atrás. Atención a lo que les digo, por favor. Sé de lo que hablo…
(A menos que ahora la izquierda y el progresismo prefiera a las grandes corporaciones empresariales, antes que a las organizaciones sociales. Yo no quiero pensarlo…).
A quienes crean, haciendo suya la máxima de Lampedusa, que «todo cambiará pero seguirá más o menos igual», lamento decirles -insisto que con plena noción de causa..-, que se equivocan trágicamente. Cuanto está sucediendo, en lo que al Ateneo de Madrid se refiere, no tiene parangón. Nunca. Por eso digo, sin exagerar un ápice, que estamos viviendo la Hora más decisiva en toda su Historia de dos siglos hasta hoy. «En toda».
Ya señalé aquí mismo, recuérdese, que un proceso como el que se pretende -pero no se culmina, porque estamos resistiendo-, en el Ateneo; una reconversión de raíz, ya ha sucedido en muchos lugares. Y siempre es el mismo guion, siempre: «no se preocupen pues nada va a cambiar sino a mejor. Todo lo bueno se va a mantener«. Y a quienes se mueven por exclusivo interés personal, les dicen: «y tú vas a tener lo tuyo, tu parte, no te preocupes». Así se opera siempre en estas reconversiones, se sabe… ¿Y qué sucede luego? Que cuando el proceso ya es irreversible, se muestra su auténtica naturaleza, su verdadera faz. Y ya es demasiado tarde entonces…
Las excusas que se ponen para tratar de justificar la sustitución del Reglamento histórico (que es de raíz social) del Ateneo, por otro Reglamento de índole corporativa; lo que se aduce para ello, es sencillamente incorrecto. Puedo comprenderlo en quienes conocen poco dicho Reglamento. En quienes sí lo conocen, no hallo justificación. Cuando se dice que es «necesario» por tal o cual socio «molesto», o «revoltoso», yo digo: ¿se imaginan Vds. a los Presidentes del Ateneo que fueron Manuel Azaña, José Prat, Carlos París… cambiando la Constitución Histórica porque haya un socio, dos socios…»molestos»? ¿Se lo imaginan Vds.? Y conste que ellos también sufrieron duras críticas en su momento, si lo sabré yo en el caso de París, con quien estuve. Pero estos gigantes del Ateneo, tenían la talla suficiente, el intelecto, para saber diferenciar un sistema bueno, de malas actitudes personales con o sin razón de causa. Sabían que son cosas distintas, y esgrimirlas pues, excusas baratas.
Aún más deletérea es la excusa de que el Ateneo «no se ajusta a la actual Ley de Asociaciones». Una falacia supina. Aparte de que ya en su momento se hizo Informe Jurídico sobre ello y resultó que «sí» (que nos ajustamos a Ley), la más evidente prueba, es que el Ateneo madrileño recibe subvenciones públicas todos los años. ¿En cuál mente cabe que el Estado haya estado subvencionando años y años a una asociación fuera de la Ley? Es de risa.
Como cuando se dice que hay que cambiar el Reglamento histórico «para modernizar», «digitalizar», «tecnologizar»… se ignora o pretende ignorarse (atención), que el Reglamento histórico del Ateneo de Madrid es -ya lo he dicho-, su Constitución. Su Estatuto. Su Norma Fundamental. Perfectamente compatible con cuantas Normas complementarias y de desarrollo se consideren, mientras no contradigan la Norma fundamental. De hecho, el Ateneo ha tenido y tiene Normas complementarios según las distintas Juntas de Gobierno de la Casa. ¿Es tan difícil entender esto?
Sucede, que la realidad la cual se busca es otra. Atención, por favor, pues aquí está la clave: no se quiere sustituir el Reglamento histórico del Ateneo por lo que permite, por cuanto posibilita. Que es mucho (no en vano lo idearon magníficos intelectos). No, no…; nada de eso: se quiere quitar el Reglamento histórico del Ateneo, precisamente por lo que no permite. Y es: que una gran asociación deje de ser muy democrática, participativa, e independiente. Que pase a ser el «coto exclusivo» de grandes corporaciones. Que su Junta de Gobierno deje de rendir cuentas en elecciones anuales y se convierta, en la práctica, en un Consejo de Administración. Todo eso -cierto es-, con el Reglamento histórico y todavía vigente, no puede suceder. Por eso se quiere quitar, por eso. Lo demás, excusas.
Pero vayamos a cuanto esto le puede afectar a Vd. quien ya tiene sus propias preocupaciones en estos tiempos difíciles. Permítame explicarle:
Si es sustituida la Constitución histórica del Ateneo por otra nueva, se pierde un espacio sin igual -y en pleno corazón de Madrid-, auténticamente independiente. Un lugar magnífico, hermosísimo y lleno de historia, donde también Vd. tiene lugar, y no solamente magnates y personas famosas. No solamente…
El Ateneo, por su Constitución histórica, ha sido un sitio realmente especial. Casi único. Y «alternativo» en la más honda, mejor acepción del término. Si prosperase la reconversión que el Sr. Luis Arroyo Martínez y su «Grupo 1820» quieren, pasaría a convertirse -el Ateneo de Madrid-, en un sitio más al servicio del Poder, del Dinero. Lamento tener que así explicarlo, para que quede claro. No importa el «brilli-brilli» con el cual se barnice esa reconversión. Yo hablo de realidades más profundas. Allá quien se quede sólo con lo epidérmico. Lo lamento por él, por ella.
El Ateneo de Madrid el cual, de quitarse su Reglamento histórico, se perdería, es el que posibilitó para España la I y la II República. La Educación General y el Sufragio Universal. Y el Ateneo de Madrid que, en tiempos nada lejanos -pues yo los viví como parte de su Dirección de Convergencia…-, posibilitó el nacimiento del 15-M, la presentación de las Marchas de la Dignidad, y los 14 Puntos por la III República (por ejemplo).
Todo eso, quien se tome la molestia -pues cierto que debe tomarse la molestia…-, puede constatarse en libros de Historia. No sólo de Historia del Ateneo de Madrid: de Historia de España, también. Y ese Ateneo se perderá si se quita el Reglamento histórico (nadie lo dude ni por un segundo, por favor). Digo más: tal vez por eso quiere quitarse (atención). Toda la sociedad madrileña y española -y en especial quienes creemos en un mundo más justo socialmente-, perderíamos, si finalmente fuese superada la Resistencia que socios y socias ateneístas en defensa del Reglamento histórico de Ateneo de Madrid mantenemos, pero de manera cada vez más difícil. Con pocos medios. Con pocos apoyos externos (que por ello mismo valoramos tanto).
Lo entendemos, conste: combatimos frente a un Poder especialmente fortísimo en lo mediático y económico. He visto, por desgracia, a no pocas personas quienes tenían marchamo de muy libres; las he visto no ser capaces de resistir a ese Poder. Y plegarse.
Pero también he visto -reitero-, a personas bien humildes; sin ínfulas…, hacer esfuerzos asombrosos, conmovedores (repito), para que se mantenga la Constitución histórica del Ateneo. Y es por eso que, contra todo pronóstico, se mantiene.
¡Aquí en el Ateneo de Madrid hemos quebrado ya una vez las fauces a la voracidad del Capital y sus emporios económico-mediáticos! Ya lo hicimos en octubre. Pero ahora vuelve con mayor apetito, más rapaz. Cierto. Pero yo sigo teniendo fe en que volveremos a frenarlo democráticamente en las urnas. A ello exhorto.
Votar «no» al Reglamento que proponen el Sr. Luis Arroyo Martínez y quienes en esto le apoyan, es votar «sí» al Reglamento histórico del Ateneo de Madrid. El Reglamento de vanguardia social. El Reglamento progresista. Yo pido por favor, inclusive a quienes, con sus legítimas razones, votan para puestos directivos del Ateneo a las personas del «Grupo 1820»; les pido sin embargo, que en esto, voten por favor que no.
«Ni en la vida ni en la guerra se puede triunfar sin fe», escribió el Presidente republicano Juan Negrín, también socio del Ateneo madrileño. Y si un gran científico y un marxista como él podía hablar de fe con toda razón, también yo entonces.
¿Cree Vd. atento lector, atenta lectora, en los milagros? Yo sí creo. Porque he visto algunos en mi vida. Milagros humanos.
A mí me gustaría que Vd. si le es posible, se haga socio, se haga socia, del Ateneo de Madrid en estos próximo días (se puede a través de la Página Web. Eso lo pusimos precisamente la Junta de Gobierno de Convergencia de Carlos París) y así también poder tomar parte. Me gustaría que, si no le es posible eso, nos ayude entonces a difundir estas palabras, este artículo.
Todo eso me permito yo, por favor, pedírselo a Vd.
Pero le pido sobre todo, para el caso de que finalmente la enorme desproporción de medios superara, dios no lo quiera, nuestra resistencia social; pero en ese caso -que seguimos combatiendo por que no llegue…-, si llegara, recuérdenos Vd. entonces, por favor, recuérdenos…
Recuerde, que también en el Ateneo de Madrid, cuando finalmente llegó el Poder del Gran Capital como un tsunami, hubo personas quienes, ante el infortunio, desamparados, dijimos simple y educadamente: «no nos rendimos, no«.
Recuérdelo Vd. por favor.