SALVA ARTACHO |
Estos días todos nos piden el voto, todos tienen la solución a los problemas que nos aquejan, todos echan por tierra a todos, a los otros, sólo ellos tienen la salvación que necesitamos los que tenemos dificultades enormes porque hemos perdido el trabajo, porque nuestro jefe no nos ha subido el salario, porque siendo funcionarios nos han bajado por lo menos un 5% nuestros ingresos, porque siendo pensionista hemos sido "congelados" (sino nos mata el frío lo hará el hambre, las carencias, el recibo de la luz y el gas,...).
Sólo se me ocurre que debemos meditarlo, no soltarlo a la ligera, es lo único en lo que, políticamente hablando, somos importantes: nuestro dominio en dar un sentido u otro a nuestro voto. Yo soy republicano y de la Izquierda, pero sin partido concreto, militante de una sociedad más justa, pero sin ataduras partidarias, me ha entusiasmado el valor y coraje de esos jóvenes que se han lanzado a la calle pidiendo democracia real ya, pero... votaré, porque quiero contar, porque quiero que mi voluntad de cambio en mi pueblo , en mi pequeño país, siga una dirección, por lo que buscaré a aquéllos de la Izquierda que más me convenzan y confiaré en que cumplan su programa. Hace unos días hice unos versos a cerca del voto "útil" que algunos reclaman como si solo él que se les da a ellos es el único útil. El voto útil es el del que participa convencido de que está contribuyendo a mejorar su entorno y no lo hace por posibles recompensas materiales o honorificas, lo hace convencido del mismo, de que políticos somos todos, que todos nuestros actos son políticos, de que la democracia avanza, pese a las grandes limitaciones e incoherencias de la nuestra.
Vayan ese intento de versos:
CUIDANDO NUESTRO VOTO
Y la araña teje que teje
mientras las moscas
van cayendo unas tras otras;
así se compran voluntades:
a cambio de "canonjías",
a éste secretario de estado,
al otro diputado en cortes
y aquél ministro del gobierno...
¡No es nada nuevo
ver como se gastan el dinero
que sale del sudor del obrero!.
Hoy nos llaman al sacrificio
y mañana al voto útil,
temerosos de perder
privilegios y poder.
Mas obreros y jornaleros,
y hasta áquellos que se reclaman
de clase media aventajada,
no escuchemos la falsa dulzura
de las engañosas sirenas,
resistamos cual Ulises,
y no dudemos en negarles
la confianza y la fuerza,
cuidando nuestro voto,
pues tan mal gobierno
que del pueblo hace guasa
y funde sin rubor
nuestro dinero,
¡de ese voto no es merecedor!.