Pese a los designios de los principales medios
de comunicación, tanto de América Latina como de otras latitudes del mundo, el
curso elegido por la mayoría de los países de la región no ha variado, en medio
–claro- de sobresaltos y vaivenes, estos últimos provocados más por la
inestabilidad de las finanzas globales.
En cada una de las elecciones
presidenciales de los últimos meses, desde los editoriales se anunciaba de
manera contundente “el final de una época” o la “vuelta a la cordura y al
sentido común”. Con líderes y partidos de derecha que no logran afianzar un
discurso y que van detrás de las consignas que imparten los editores de
diarios, los gobiernos de centro-izquierda están logrando consolidar diversos
modelos, en los que la economía se ha convertido en una herramienta de la
política.
Desde la castigada #Venezuela, pasando por #Ecuador,
#Brasil,
#Bolivia, #Uruguay y #Argentina, se ha podido avanzar, no
sin errores y contramarchas, en gestiones orientadas a recuperar la soberanía
en varios rubros. Se ha rechazado el sometimiento a #Estados Unidos y se hizo
hincapié en una construcción regional en base a la solidaridad entre las
naciones. Los presidentes siguen a rajatabla una máxima: “En Latinoamérica, los
gobernantes se parecen cada vez más a los gobernados”.
Cristina Fernández |
Las recientes elecciones presidenciales en #Brasil,
donde fue reelecta Dilma Roussef, son el caso emblemático sobre predicciones de
cambios no cumplidas. Tras un duro año con violentas marchas y manifestaciones
antes de la Copa del Mundo, sin olvidar el lastimoso paso de la selección local
por el certamen, con el lapidario 7 a 1 que le propinó Alemania, Dilma tuvo que
lidiar con una guerra de guerrillas que le hicieron O´Globo, Folha de San Pablo
y Veja. Con el desagraciado accidente aéreo en el que murió el candidato del
Partido Socialista del Brasil, Eduardo Campos, los medios inmediatamente
colocaron a Marina Silva (compañera de fórmula de Campos) como la gran amenaza
para Dilma. En la primera vuelta Silva quedó tercera, y allí apareció una nueva
esperanza para el establishment paulista: Aecio Neves, candidato por la Social
Democracia Brasileña. En pocas semanas, los medios elevaron a Neves a nivel de
un estadista que venía a salvar al país de la debacle populista. En la segunda
vuelta, Roussef ganó por poco más de dos puntos, diferencia que podría haber
sido mayor de no ser por una publicación de la Revista Veja, que buscó sin
éxito involucrar a la Presidenta y a Lula Da Silva en una causa de corrupción.
Mientas eso ocurría en #Brasil, pasando la
frontera oeste, el Huracán Evo y primer presidente indígena de #Bolivia
era reelecto con mas del 60 por ciento de los votos y le sacaba 35 puntos de
diferencia a su inmediato competidor. La victoria cobraba más significancia
porque Evo Morales lograba vencer en la región llamada Media Luna, histórico
bastión de una de las oposiciones más crueles y xenófobas de latinoamérica.
En #Uruguay, la fórmula del Frente
Amplio para el ballotaje del 30 de noviembre, Tabaré Vazquez-Raúl Sendic,
mantienen un promedio de 15 puntos de ventaja sobre el binomio del Partido
Nacional, Luis Lacalle Pou-Jorge Larrañaga. Ya con la mayoría parlamentaria
asegurada, esto abre un panorama muy favorable para el tercer gobierno
consecutivo de la coalición de izquierda, con un contundente apoyo de la
sociedad en la conquista obtenidas en la última década. Las últimas encuestas
mostraron que el candidato oficialista posee una intención de votos del 52 por
ciento, frente al 35 por ciento de la oposición. José “Pepe” Mujica deja el
gobierno con una altísima imagen positiva y su impronta austera e inclusiva
quedó grabada en gran parted de la sociedad. Si bien Tabaré es un estilo más
moderado, ha dicho que urge en el #Uruguay una nueva ley de Medios,
tema que enloquece a los grandes multimedios.
En #Ecuador realizarán un plebiscito
para que la sociedad decida si el presidente Rafael Correa puede ir por otro
período de gestión. Tras el intento del golpe de Estado de 2010, la figura de
Correa se ha consolidado en el interior ecuatoriano, país que carga con la pesada
herencia de una economía dolarizada. Mientras que en #Chile, luego de los
fallidos cuatro años del empresario millonario Sebastián Piñera, Michelle
Bachelet regreso a La Moneda para realizar los cambios que en su primer
gobierno no se animó a llevar a cabo. Bachelet anunció una pretenciosa reforma
impositiva como herramienta para lograr la tan ansiada “educación gratuita y de
calidad”, objetivo por el cual los
estudiantes chilenos han batallado en las calles desde hace años y cuyas
marchas han colocado a Camila Vallejo, una joven dirigente del Partido
Comunista, en un escaño del Congreso.
El 2015 será una prueba de fuego para la #Argentina,
ya que dos proyectos de país se medirán en las urnas. El kirchnerismo, con 12
años de gobierno a cuestas, inflación elevada y una dura batalla contra los
fondos buitres, buscará extender este
proceso que inició Néstor Kirchner en 2003. También desde los grandes medios se
vaticina un cambio de época y la frase “fin de ciclo” es una de las más escrita
en los últimos tiempos. Existen dudas sobre cuál será en candidato bendecido
por la Presidenta Cristina Fernández, quien pese a un gran desgaste, aún
conserva una imagen positiva superior al 40 por ciento. En este contexto, el
oficialismo tiene un aliado infalible: Una derecha deshilachada y a la deriba,
con sus líderes rechazando todo el tiempo las políticas del gobierno desde los
estudios de televisión. A un año de las
elecciones, los analistas políticos más opositores a Cristina ya advierte sobre
“el peligro” de que el Kirchnerismo gane en primera vuelta.
Los países del “Fin del Mundo”, tal como
los llamó Jorge Bergoglio, la noche que lo convirtieron en el Papa Francisco,
no quieren más cambios profundos. Ahora quieren profundizar los cambios ya
realizados. Sus pueblos no piden más trabajo; piden mejores condiciones
laborales. Piden mejor calidad en la educación y sobre todo, consolidar la
libertad de decidir el rumbo. Dependerá de la madurez de los gobiernos en no
repetir errores del pasado, pero sobre todo será tarea de los pueblos, ante
cualquier contramarcha, volver a salir a las calles para reclamar el país que ellos quiere y
exigir cómo hacerlo.
Roberto Giovagnoli
@RoberGiovagnoli
Periodista
Radio Nacional RTA S.E.
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