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Televisión Española o Televisión Pepeñola

Hace tiempo que no veo RTVE. Cuando llegó el PP al gobierno lo primero que hizo es dar un giro dramático a RTVE. Impuso su criterio, su pulso, su gente, su información tendenciosa. Tardó apenas tres meses en cargarse una de las cosas que mejor supo hacer Zapatero: una televisión pública de calidad. Y pasamos de una televisión de todos a una televisión del PP.

Posteriormente ha dado la puntilla, en octubre pasado, al nombrar a un nuevo jefe de informativos que ha hecho bueno al anterior: Samoano. Se trata del subdirector de La Razón (que junto al ABC, es el otro diario vocero del gobierno): José Antonio Álvarez Gundín, quien nada más llegar se dedicó a cambiar a todos los responsables de las distintas secciones, colocando a gente de su banda al frente.

Y ahí está la prueba, la información de RTVE es acusada de partidismo pepero, desde todos los lados, críticas fundadas en datos objetivos. Así lo ha demostrado el Consejo de Informativos de TVE en su último informe.

Señala el informe que se han relegado periodistas que han sido sustituidos por otros de confianza de Álvarez Gundín, lo que quiere decir pro-peperos. Además han puesto a gente sin experiencia en puestos clave, lo que ha provocado graves errores de bulto, como por ejemplo, como fondo de una noticia sobre cajas de ahorro se pusieron imágenes de dos etarras.

Entre los graves manipulaciones cometidas por esta televisión pepera ha sido, por ejemplo, echar la culpa de la excarcelación de De Juana Chaos a Zapatero cuando fue una decisión judicial.

Donde se baten todos los récords es en las noticias económica. La obsesión del PP, por creer que los positivos datos macroeconómicos son su único activo para las futuras contiendas electorales ha provocado que en la Televisión pública se haya puesto toda la intención en la manipulación. Es en esta sección económica donde se ha creado una redacción paralela, dejando a la redacción anterior sin tareas.

Las tergiversaciones y las informaciones incompletas y parciales son constantes. Se habla de récords históricos en los datos positivos del paro cuando no son ciertos o se pregona de forma muy repetitiva que las pensiones han subido en 2015, naturalmente sin mencionar para nada que la subida media ha sido de tres euros.

En Nacional, las noticias separan a Bárcenas del PP, siguiendo la línea argumental pepera de que el delincuente es Bárcenas y el PP la víctima. Además se cargan las tintas en temas menores como los de Errejón, Monedero o Tania Sánchez, mientras que se esconden o se minimizan los que tocan al Partido Popular.

Se utiliza la técnica del bocadillo (o sea: sobre una noticia se da la versión del gobierno o del PP, después habla la oposición que la critica, para terminar volviendo a comentarla alguien del PP, con el fin de dejar a la oposición ahogada entre las dos noticias peperas) y se da mucha más cobertura al PP que a toda la oposición junta.

A todo lo anterior se une la presencia de tertulianos en programas de opinión, donde nos encontramos que nada o muy poco tiene que ver con la audiencia de los distintos diarios. A pesar de que los datos de audiencia de ABC, cuyo puesto es el sexto de los periódicos en papel es quien más tertulianos aporta. Por ejemplo, en 19 programas de Los Desayunos de TVE en enero, ABC ha aportado 10 contertulios, El País 6, La Vanguardia 5, La Razón 4, El Mundo 3.

En fin, claramente se ve la tendencia ideológica predominante, porque por ejemplo La Razón tiene menos de un tercio de tirada del mundo y sin embargo tiene más representación, y ABC que cuenta con el 30% de audiencia de El País, tiene el 70% más de representantes. Por cierto entre los periodistas tertulianos invitados de medios digitales, Alfonso Rojo figura entre los más invitados.

Una más de esta banda partidista capaz de cualquier manipulación y tergiversación con tal de mantener su ideología y sus mentiras. Una televisión pública que mantiene a ultranza las posturas gubernamentales mientras propugna severas críticas a la oposición.

No es de extrañar que de ser la primera en audiencia en sus telediarios y en sus programas políticos haya pasado a ser tercera o cuarta. Una televisión pública que con nuestro dinero se ha convertido en el altavoz del cortijo pepero.

Salud y República


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