Algunos podrían pensar, a la vista de la discusión pública que han tenido en sus cuentas de Twitter el secretario general de Podemos y el secretario político del mismo partido, que la división está servida en el interior de la formación morada. Es lo que esperan los adversarios de Podemos, que son todos cuantos están adscritos al viejo bipartidismo y al régimen que lo ha venido sustentando, con Ciudadanos claramente decantado como equipo filial del Partido Popular. Súmense a estos los medios convencionales de comunicación, empeñados en afilar la dentellada ante el suculento bocado que les presenta la divergencia de pareceres entre Iglesias y Errejón.
El objetivo, por parte de la vieja política y el viejo periodismo, no es otro que romper Podemos y retrotraernos así a la conformidad e inmovilismo de un sistema con el que al menos no están conformes los cinco millones de ciudadanos que han votado a Unidos Podemos el pasado mes de junio, esto es, un 21 y pico por ciento del electorado. Tanto desde los medios de comunicación en general como desde los viejos partidos -entre los que por méritos propios se ha incluido el de Albert Rivera-, se va a pretender reducir el respetable apoyo ciudadano con el que cuenta la formación de morada con todo tipo de artimañanas, con el de la división Iglesias/Errejón como posible y más reiterado ariete.
De la madurez, consistencia y sabiduría política de uno y otro va a depender que sus distintas visiones sobre la estrategia a seguir en el futuro no comporte la división buscada y anhelada por sus adversarios. Que esas dos visiones se hayan hecho patentes en las respectivas cuentas de Twitter de uno y otro podría engolosinar los afanes devoradores de quienes persiguen que Unidos Podemos se desinfle como un globo, abastecido en su día por un aire pasajero de indignación ciudadana.
Mientras la indignación persista, como es el caso, y desde el partido de los círculos se sepa responder a ella con coherencia y un mensaje que la sepa interpretar y encauzar políticamente tal como ocurrió en un principio, bienvenidas sean unas discusiones públicas como la protagonizada por dos de los fundadores de Podemos, cuya sólida amistad les consta a quienes los conocen, sobre todo si al término de las mismas ambos saben hacerlo del modo que lo han hecho ahora.
Iglesias ha dicho que "mientras otros se mandan mensajes subliminales, en Podemos estamos orgullosos de debatir con las puertas abiertas". El secretario político de la formación coincide con él y le ha respondido que "llegamos lejos pensando con categorías propias. Debemos seguir haciéndolo para recuperar el país". La clave está sin duda en lo que Jorge Moruno ha apuntado a la vista de las respectivas opiniones de sus compañeros: "Ya sabemos que no somos como ellos. El debate está en ver qué somos nosotros para conseguir que ellos sean menos y nosotros más". Ahí es nada. Todo radica en eso.
Félix Población
Fuente: Diario del Aire