En marzo de 2017, un hombre entró a una panadería de Barcelona y robó un bocadillo del mostrador, por lo que fue detenido por los mossos d'escuadra y denunciado posteriormente.
Ahora, un tribunal de Barcelona le ha impuesto una sentencia que le condena a un año y nueve meses de prisión. El acusado alegó que cometió el hurto porque tenía "hambre", sin embargo, la sentencia lo condena a prisión porque considera que tenía la intención de "enriquecerse".
Durante el juicio, las dependientas de la panadería alegaron que tras el robo el acusado volvió al establecimiento embriagado y profiriéndoles insultos e increpaciones, por lo que avisaron a las autoridades dos horas después del primer incidente.
Durante el juicio varios testigos coinciden en que el acusado utilizó una lengüeta de una lata de una bebida con la que más tarde se autolesionó cortándose en los brazos para "demostrar que tenía hambre y llamar la atención". En la versión de una de las dependientas no queda esclarecido si la usó para intimidarla mientras robaba el bocadillo.
Sin embargo, la sentencia considera probado que el ya condenado intimidó con dicho objeto a la dependienta por lo que el juez apreció un delito de robo con intimidación por utilizar un "instrumento peligroso" para tal fin. No obstante, al acusado se le ha aplicado el atenuante de embriaguez por lo que la condena se limita a un año y nueve meses de prisión, que el joven no cumplirá previsiblemente al carecer de antecedentes penales.
Finalmente, la defensa del acusado recurrirá el fallo condenatorio y presentará el correspondiente recurso ante la Audiencia de Barcelona.
