El PP nunca ha creído en el diálogo y ha hecho todo lo posible para acrecentar la confrontación social, política y económica para así rentabilizar votos.
En su afán de echar a Pedro Sánhez de la Moncloa, Pablo Casado,con su discurso incendiario, contribuye al descrédito de su propio partido. Con sus propias palabras, hemos escuchado últimamente calificar al Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como "golpista" y "cómplice de la Kale borroka independentista". De la misma forma despectiva, se dirige a sus socios de gobierno como "podemitas, proetarras e independentistas", en clara alusión a Iglesias, Otegi y Torra. En cambio, el PP se ha mostrado connivente con la dictadura franquista y reacio a perseguir sus crímenes.
Andalucía
Resulta evidente, que las últimas elecciones andaluzas han radicalizado el discurso reaccionario y populista del Partido Popular. En este sentido, el el PP se presentó como partido monárquico, constitucionalista, salvapatrias y regenerador de la democracia, frente a la corrupción (de todos los partidos, menos el suyo), contra el populismo chavista y contra los independentistas golpistas que con su sedición quieren romper España.
Llama la atención que esas aseveraciones, chocan con un discurso reaccionario, incendiario y populista, que quiebra todos los valores de consenso democrático y reconciliación -y más aún- cuando muchos de los dirigentes del PP han sido responsables del saqueo, expolio, privatización y especulación inmobiliaria del país con sus corruptelas en forma de diversas tramas delictivas como la conocida Gürtel, Púnica, Lezo, Caja B, etc...
En las elecciones Andaluzas, el PP cosechó una amarga derrota, perdiendo 307.183 votos respecto a las elecciones de 2015. El discurso incendiario del PP fue superado por VOX, lo que se vio reflejado en los resultados electorales, donde parte de los votos del PP se fueron a esta formación más radical.
Si en las elecciones de 2018 el PP ha logrado 26 escaños con 1.056.458 votos, en 2015 los populares consiguieron 33 escaños con 1.056.458 votos. Por su parte, el partido VOX en 2018 ha conseguido 12 escaños con un total de 395.978 votos, mientras que en las elecciones de 2015 lograron 0 escaños con 18.422 votos.
Cataluña
Durante los últimos años, el PP ha sido incapaz de tender puentes con Cataluña, más bien los ha dinamitado para utilizar el independentismo catalán contra España y tratar de rentabilizarlo electoralmente. El PP nunca ha creído en el dialogo y ha hecho todo lo posible para acrecentar la confrontación social, política y económica. De esta forma, el PP fue abanderado para que Mariano Rajoy decretara el artículo 155 de la Constitución y que interviniese la autonomía catalana. De la misma forma que reprimió con dureza el referéndum celebrado el 1 de Octubre de 2017 y persiguió a los responsables políticos para encarcelarlos.
En este contexto, el PP hace tiempo que dio por perdida Cataluña, si en 2012 tenía 19 escaños y 471.681 votos, en 2017 consiguió 4 escaños y 185.670 votos. Sin embargo, su postura anticatalanista le valió al PP para alcanzar mejores resultados en el resto de España y revalidar a Mariano Rajoy como presidente en 2011, 2015 y 2016 respectivamente.
País Vasco
En el País Vasco sucedió algo similar, en las elecciones al Parlamento Vasco de 2001, el PP lograba 19 escaños y 326.933 votos, mientras que en 2016 obtuvo 9 escaños y 107.771 votos.
El PP también utilizó la estrategia del enfrentamiento político y social mientras hubo terrorismo. Todo ello, en detrimento de perder votos en el País Vasco para conseguir mejores resultados a nivel estatal y consolidar los gobiernos de Aznar desde 1996 a 2004, hasta que el 20 de octubre de 2011 la banda terrorista ETA anunció el cese de su actividad armada.
Equipo de redacción de Eco Republicano
