Las imágenes han dado la vuelta al mundo y ha reabierto el debate sobre la situación que hombres y mujeres sufren ante el engaño a la Ley.
Asmae, de origen marroquí, contrajo matrimonio con Faisal, un acaudalado ciudadano australiano que pretendía divorciarse de ella al sospechar que su matrimonio era interesado.
Ante esta situación, la Fiscalía sospechó que la supuesta víctima actuó de forma premeditada para poder conservar la nacionalidad autraliana y sacar el mayor beneficio económico posible.
La supuesta agresión, quedó grabada por las cámaras de un ascensor del inmueble, donde se observa como Asmae descalza y en camisón se autolesiona, golpeándose en la cara, para acto seguido salir corriendo a la calle y pedir ayuda. Antes había preparado el escenario de la supuesta agresión, desordenando el apartamento.
Posteriormente Asmae denunció los hechos a la policía, sin embargo, ella no sabía que todo había quedado grabado y no pudo engañar al jurado.
Tras la sentencia, el denunciado, que ha sido declarado inocente, ha pedido al Gobierno que la deporten a su lugar de origen.
Equipo de redacción de Eco Republicano
