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Mirandeses presos en el Fuerte de San Cristóbal

Mirandeses presos en el Fuerte de San Cristóbal
La maquinaria represiva del régimen franquista basada en el terror y aniquilamiento del enemigo, dispuso de multitud de centros de reclusión, cárceles y campos de concentración distribuidos por toda la geografía española. Dichos centros albergarían hombres y mujeres defensores de la legalidad republicana que serían distribuidos atendiendo a la naturaleza de sus delitos. 

Los prisioneros sufrirían así todo tipo de calamidades, hambre y enfermedades. Las autoridades franquistas se esmeraron en doblegar a estas personas tanto física como psicológicamente, con el fin de "adaptarlos" a un programa represivo diseñado para reeducarles en materia política, social y religiosa.

La mayoría de los centros de reclusión no estaban equipados para recibir la multitud de prisioneros por lo que los reclusos sufrieron hacinamiento, falta de higiene, salubridad y escasez extrema de alimentos. Añadido a toda esta funesta situación, los presos fueron víctimas de torturas, vejaciones, palizas, violaciones y toda suerte de maltrato y humillaciones.

Destaca por especial crudeza de sus condiciones el Fuerte de San Cristóbal, una fortaleza militar en el monte Ezkaba próximo a la ciudad de Pamplona, que fue utilizada por el régimen franquista y que albergó a 2.497 reclusos.

El domingo, 22 de mayo de 1938, en plena guerra civil, los reclusos protagonizaron una de las mayores evasiones carcelarias de Europa. Cerca de 795 presos republicanos huyeron en desbandada de la fortaleza. Posteriormente, las autoridades franquistas trataron de localizar a los evadidos, logrando detener a 585 de ellos, el resto fueron abatidos por los disparos de los militares franquistas a excepción de tres reclusos que lograron atravesar la frontera y huir a Francia.

Mirandeses presos en el Fuerte de San Cristóbal

Hasta diez naturales o vecinos de Miranda de Ebro (Burgos) fueron encarcelados en el Fuerte de San Cristóbal, según recogen los investigadores Félix Sierra Hoyos y Iñaki Alforja Sagone en el libro "Fuerte de San Cristóbal, 1938. La fuga de las cárceles franquistas", editado por la editorial Pamiela en 2006.

Son los siguientes: 

Raimundo García Antolín, nacido en Carrión (Palencía), era vecino de Miranda, vivía en la Calle San Nicolás número 4, tenía 41 años de edad y de profesión ferroviario, estaba casado con Guadalupe. Falleció el 28 de septiembre de 1941 en el Fuerte de San Cristóbal a consecuencia de un colapso cardíaco. Está registrado en el Juzgado de Antsoain.

Florencio Blanco de Lucas, nacido en Miranda de Ebro, de 18 años, de profesión carpintero, soltero. Fue condenado en Madrid a 6 años de cárcel por un delito de excitación a la rebelión y recluido en noviembre de 1934. En 1935 fue trasladado a Burgos donde continuó la condena hasta 1940.

Manuel Martínez Quincoces, nacido en Miranda de Ebro, de 23 años, de profesión metalúrgico, soltero. Fue condenado a 16 años de cárcel por un delito de Rebelión tras un Consejo de guerra celebrado en San Sebastián.

Santos Sáenz Mayo, nacido en Miranda de Ebro, de 18 años, de profesión camarero, soltero. El 17 de septiembre de 1936, fue condenado en Burgos a 20 años de cárcel por Auxilio a rebelión. Entró en el Fuerte de San Cristóbal el 21 de enero de 1937. En octubre de 1939 fue trasladado a la Prisión Central de Orduña.

Pedro Laborda González, nacido en Miranda de Ebro, de 37 años, de profesión maquinista, soltero. El 28 de julio de 1937 fue condenado por un tribunal de Bilbao a 30 años de cárcel por un delito de adhesión a rebelión militar. Salió en junio de 1940 con prisión atenuada y medidas de vigilancia.

Teodoro Hernán Aguado, nacido en Madrid, vecino de Miranda de Ebro, de 32 años, de profesión ferroviario, casado. Conocido como Agustín, era secretario del PCE en Miranda y pertenecía a Socorro Rojo Internacional. El 19 de julio de 1936 fue a Burgos a pedir auxilio al Gobernador Civil para defender la República, sin embargo fue detenido junto a sus compañeros Aniceto Santa Cruz, Jose Varona y Juan González. El 17 de noviembre de 1936, Agustín fue condenado en Burgos a 30 años de cárcel por un delito de rebelión militar. Ingresó en el Fuerte de San Cristóbal el 28 de  enero de 1937. El 23 de noviembre de 1942 fue trasladado a la Prisión Central de Alcalá de Henares. En agosto de 1943 le concedieron la libertad condicional y en 1948 le dieron la definitiva. Murió de tuberculosis en 1966, según recuerda su nieta Hedy Herrero en "El Fuerte de San Cristóbal en la memoria: de prisión a sanatorio penitenciario" editado por Pamiela (2014).

Aniceto Santa Cruz Rioja, nacido en Villalobar (La Rioja), de 41 años, vecino de Miranda de Ebro, concesionario y profesor de clases particulares, estaba casado. Pertenecía al partido Unión Republicana. El 17  de noviembre de 1936, fue condenado en Burgos a 30 años de cárcel por un delito de rebelión militar. De la Prisión Central de Burgos fue trasladado al Fuerte de San Cristóbal, ingresando el 28 de enero de 1937. El 1 de agosto de 1939 fue trasladado a la Prisión de las Carmelitas de Vitoria, donde falleció por una peritonitis aguda que no curó, debido a que la asistencia médica le fue negada por las autoridades penitenciarias.

José Varona Clemente, nacido en Pancorbo, vecino de Miranda de Ebro, vívía en la Calle San Nicolás número 30, tenía 24 años de edad, de profesión escribiente, soltero. El 17  de noviembre de 1936, fue condenado en Burgos a 30 años de cárcel por un delito de rebelión militar. Ingresó en el penal de San Cristóbal el 21 de enero de 1937. Fugado, murió en la fuga del fuerte.

Juan González Hernando, nacido en Garganchón, vecino de Miranda de Ebro, 36 años de edad, de profesión peluquero, casado. El 17 de noviembre de 1936, fue condenado en Burgos a 30 años de prisión por un delito de rebelión militar. Ingresó en el penal de San Cristóbal el 28 de enero de 1937. El 17 de junio de 1943 se le concedió la libertad condicional.

Argimiro Arín Montejo, nacido en Santa Gadea del Cid, de 37 años, de profesión labrador, estaba casado. Era el alcalde de Santa Gadea, fue condenado a prisión tras un consejo de guerra celebrado en Vitoria por un delito de adhesión a rebelión. Participó como miliciano republicano en el frente de Amurrio-Orduña.

El el Fuerte San Cristóbal estuvo destinado otro mirandés, pero no como recluso, sino como Jefe de Servicios de la Prisión, anteriormente durante el primer año del golpe de Estado contra la República había sido Jefe de la Prisión de Miranda de Ebro sita en los bajos del Ayuntamiento. Lo documenta José Angel Fernandez López en "Historia del Campo de Concentración de Miranda de Ebro (1937-1947)".  En “La Gaceta de Madrid. Diario Oficial de la República” número 239 de fecha 26 de agosto de 1936, el Presidente Don Manuel Azaña le destituye por Decreto del Cuerpo de Prisiones. En el libro "Fuerte de San Cristóbal, 1938. La fuga de las cárceles franquistas" lo citan como Oficial de Prisiones y guardián en el Fuerte. En enero de 1940, falleció allí de un colapso cardíaco a la edad de 36 años.

Sirvan estas líneas para conocer y tener presente nuestra historia más reciente. 

Miranda de Ebro, 29 abril de 2019

Luis Egea

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