Víctor Arrogante
El Día de la Victoria, conmemora la derrota de la Alemania nazi por la Unión Soviética y los Aliados. Fue el 9 de mayo de 1945. La rendición incondicional se firmó el 8 de Mayo a las 22,43 (hora de Europa) ante el Mariscal del Ejército Rojo Gueorgui Zhúkov, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial en el continente europeo. El Acta de rendición militar se firmó en el Cuartel General de Eisenhower, Comandante Supremo Aliado en Europa, el 7 de mayo en Reims. Tras el suicidio de Adolf Hitler, que no pudo soportar que los soviéticos estuvieran a escasos metros del bunker, la rendición alemana estaba cantada. La guerra había terminado
La Guerra en España (1936-1939), sirvió de campo de pruebas para Alemania e Italia. Hitler, tras denunciar las cláusulas sobre desarme impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles, organizó un nuevo ejército y puso a prueba el nuevo armamento y las nuevas tácticas guerreras. Hitler y Mussolini, entregaron material de guerra a Franco y enviaron tropas especializadas a combatir en suelo español contra el gobierno republicano. Las otras potencias, encabezadas por Francia y apoyada por Reino Unido, se abstuvieron de intervenir, desarrollando su política de «No intervención», porque la guerra de España venía a complicar el juego estratégico que se desencadenaba en Europa. El nazismo y el fascismo, quedaron derrotados en Europa, pero en España, todavía los estuvimos sufriendo durante mucho tiempo. Ahora parece que retornan.
En la madrugada del 30 de abril de 1945, Hitler se suicidó y Berlín fue tomada por las fuerzas soviéticas. La guerra en el Pacifico terminó en agosto, poco después de que los Estados Unidos lanzaran las bombas atómicas en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Murieron en el acto ciento veinte mil personas. Como consecuencia de todo, EEUU y la Unión Soviética surgieron como las superpotencias que iban a dominar el mundo. La «guerra fría», el inicio de la era atómica, la descolonización, y la creación de organismos internacionales como la ONU o las Comisiones Europeas, fueron otras de sus consecuencias. Para España representó el aislamiento internacional, la represión política en el interior y la depresión económica.
El fin de la Segunda Guerra Mundial, se firmó definitivamente el 2 de septiembre de 1945, en la cubierta del Missouri –acorazado norteamericano anclado en el golfo de Tokio–. Japón, el último aliado de la Alemania nazi, firmaba el acta de capitulación. La Guerra Mundial había estallado el 1 de septiembre de 1939, con la invasión de Polonia por parte de Alemania. En lo que respecta a Asia Oriental y del Pacífico, los japoneses plasmaron sus planes en 1941-1942, ocupando la mayor parte de China y alcanzado las costas de Australia, ocupando las islas Filipinas, Indonesia y todos los países del sudeste de Asia. Alemania y Japón, trataron de dividir el mundo bajo su influencia.
El antiguo Tercer Reich fue dividido. Prusia Oriental fue repartida entre Polonia y la URSS, mientras que las regiones germanas de Pomerania y Silesia, fueron transferidas a Polonia según lo pactado por Reino Unido, Estados Unidos, la Unión Soviética y Francia en los Acuerdos de Potsdam. El resto de Alemania, excluyendo Berlín, quedaba dividido en cuatro zonas militares de ocupación. En 1949, las tres zonas ocupadas por Estados Unidos, Gran Bretaña y Francia se convirtieron en la Alemania Occidental –República Federal de Alemania o RFA–, y ese mismo año, la zona de ocupación soviética, Alemania Oriental se convirtió en la República Democrática Alemana.
La ciudad de Berlín, había quedado dividida en cuatro zonas, permaneciendo bajo ocupación militar, hasta el 12 de septiembre de 1990, por el Tratado sobre el Acuerdo Final Con Respecto a Alemania, firmado por las cuatro potencias y los dos gobiernos alemanes. Fue el tratado final de paz y la restauración de la plena soberanía alemana, tras acordarse el fin de la ocupación extranjera. La reunificación alemana se produjo el 3 de octubre de 1990 y el país reunificado obtuvo la soberanía el 15 de marzo de 1991.
Las principales causas de la SGM, provienen de las consecuencias de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). El tratado de Versalles (1919) estipulaba que las Potencias Centrales (Alemania y sus aliados) aceptasen las responsabilidades morales y materiales por haber causado la guerra; además debían desarmarse. Tuvieron que realizar concesiones territoriales a los vencedores y pagar exorbitantes indemnizaciones económicas a los Estados victoriosos.
La Segunda Guerra Mundial fue el conflicto armado de mayores dimensiones de la historia. Se enfrentaron los países que conformaban las Potencias Aliadas y las Potencias del Eje. Tras seis años de lucha, se declara el final de la guerra y la caída de los regímenes de Adolf Hitler en Alemania y Hideki Tojo en Japón. El mundo quedó divido en dos bloques irreconciliables. Durante seis años, la guerra se cobró más vidas y destruyó más tierras y propiedades en todo el mundo que cualquier otra guerra antes conocida. De los cincuenta y cinco millones de personas muertas, seis millones eran judíos, exterminados en los campos de concentración, como parte de la Solución Final. Gitanos, homosexuales y personas de ideología opuesta fueron víctimas de la barbarie.
Han pasado ochenta años y algunas de sus consecuencias todavía se dejan sentir o están presentes en el desarrollo de las relaciones internacionales. La Segunda Guerra Mundial ha quedado marcada como uno de los conflictos más destructivos en la historia del mundo, aunque parece que se olvidan sus consecuencias. Desde entonces el mundo no ha dejado de guerrear. Más de cincuenta guerras, conflictos armados o de «baja intensidad», están abiertas en nuestro planeta. Independentistas, de insurgencia islámica, otras religiosas, tribales o de identidad cultural, étnicas y contra el narcotráfico. Casi todas con la ayuda de los países occidentales que suministran armamento y proclaman la paz: Afganistán, Angola, Argelia, Birmania, Chad, China, Colombia, Corea del Norte y Corea del Sur, Egipto, Etiopía, Filipinas, Gambia, India, Indonesia, Irak, Irán, Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, México, Níger, Nigeria, Pakistán, Perú, República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sahara, Senegal, Siria, Somalia, Sudán, Tailandia, Túnez, Uganda o Yemen. Y las amenazas de otras tantas. Destrucción, sufrimiento y muertes, pasadas, presentes y las que vendrán, maldigo a los gobiernos canallas que ordenan y provocan a quienes se benefician de la destrucción y del dolor inocente.
Estamos viendo a personas tras alambres de espino y no es Auschwitz ni el Mauthausen alemán, es Europa hoy, que impide que los que huyen de las guerras lleguen a su territorio. Por todo, parece que la guerra es el sino de la humanidad. Entonces ganaron «los buenos»; hoy parecen que son los contrarios quienes toman ventajas. Habrá que evitarlo; por decencia y dignidad.
El Consejo de Ministros, ha acordado instaurar el 5 de mayo como "Día de Homenaje a los españoles deportados y fallecidos en Mauthausen y en otros campos y a todas las víctimas del nazismo de España". De los más de 7500 españoles, la mayoría republicanos exiliados, 5117 fallecieron los campos de concentración nazis. Con la instauración de este día, el Gobierno honra la memoria de estos españoles y reconoce que representan una parte fundamental de nuestra historia democrática por su ejemplo insuperable de sacrificio y lucha por la democracia y la libertad.
España jugó su papel antes, durante y después de la guerra, por lo que sufrimos las consecuencias de la posguerra durante años. Los días 7, 8 y 9 mayo de 1945, se firmaba la rendición incondicional, que ponía fin al predominio del nazismo y fascismo en Europa. Quedaba enconado el odio y rencor. Hoy, esas ideologías criminales vuelven a tomar auge en Europa y en España particularmente y tenemos que evitarlo. De momento, en las pasadas elecciones generales, las derechas más radicales han perdido.
Víctor Arrogante
En Twitter @caval100
Víctor Arrogante, profesor y analista político, colabora en Eco Republicano desde 2013
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