Víctor Arrogante
Desde que el ejército sublevado se viera frenado a las
puertas de la capital, se convirtió en un frente de guerra con combates
permanentes hasta el final. El Gobierno de la República, creó la Brigada
Especial de la República, unidad de élite, para desarticular las principales
organizaciones fascistas clandestinas organizadas en la "quinta
columna". Han pasado ochenta y tres años, desde que comenzara la batalla
por Madrid.
En los días posteriores al golpe, y tras el fracaso de la
rebelión en Madrid, con la caída del Cuartel de la Montaña y el de Campamento,
la ciudad queda bajo el dominio del Gobierno legítimo de la República. Desde el
mismo instante, la toma de Madrid fue un objetivo para las tropas sublevadas.
Durante el intervalo que va desde el golpe de Estado, hasta los primeros
combates en noviembre, los golpistas recibieron material militar y tropas de la
Alemania nazi y de la Italia fascista, mientras que el Gobierno republicano no
recibió nada de la Unión Soviética hasta el mismo inicio de la batalla. Nunca
ante se había bombardeado una ciudad como objetivo civil; después se haría en diversas
ciudades españolas y en Europa durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando un grupo de periodistas extranjeros preguntó al general
Mola, comandante del Ejército del Norte, cuál sería de sus cuatro columnas la
que conquistaría Madrid (una venía por el suroeste, otras dos desde Galicia y
Castilla La Vieja y una cuarta desde Navarra y Aragón), él contestó: la "quinta
columna" (según cuenta Hugh Thomas). Todo estaba planificado antes del
golpe de Estado, Las tropas sublevadas entrarían en Madrid sin resistencia, por
la acción de los golpistas organizados en la retaguardia.
La quinta columna, no se trataba de simples espías o saboteadores,
agentes desmoralizadores o agitadores. Los quintacolumnistas, estaban bien
organizados e infiltrados en las organizaciones republicanas. Realizaron actos
de sabotaje, incautaron víveres, difundieron información para minar la moral de
la población, elaboraron informes sobre cuestiones militares o gestionaban
planes de huída hacia la zona "nacional" o refugio en embajadas
extranjeras. Falsificaban documentos o encendían luces en la noche para que el
enemigo localizara objetivos. Por medio de la emisora de radio clandestina AZ
Radio y a través de mensajes cifrados enviaban la información a Burgos, entre
otros datos importantes, sobre la operación que desembocó en la batalla de
Brunete. La red contaba con colaboradores en los tribunales populares y
policía, amañando juicios y detenciones, a favor de los simpatizantes de los
sublevados. La organización contaba con un centro de operaciones, ubicado en
la Escuela de Oficiales del Ejército Popular en Barajas y su cuartel general en
el barrio de Salamanca.
El gobierno abandonó a su suerte a Madrid y a su población. "El
Gobierno ha resuelto, para poder continuar cumpliendo con su primordial
cometido de defensa de la causa republicana, trasladarse fuera de Madrid, y
encargar a VE la defensa de la capital a toda costa". Esta fue la orden
emitida por el presidente del consejo de ministros Francisco Largo Caballero al
general Miajas. La defensa de Madrid fue posible, hasta que dejó de serlo, por
el ardor del pueblo madrileño, pese al Gobierno, pese al estupor del momento y
frente al acoso fascista, con todo su poder militar. Soportaron una guerra sin
cuartel. José Miajas, general del ejército popular, "héroe de
Madrid", hizo posible lo imposible: detener al enemigo en el Manzanares,
tras feroces combates en la Ciudad Universitaria, en Vallecas o en el puente de
Toledo.
Los rumores sobre la inminente entrada de los fascistas,
recorre las calles solitarias y las casas a oscuras de la Villa. El
derrumbamiento parece inminente y al amanecer los moros y legionarios podrían
pasearse por la Puerta del Sol. Franco
se contentó con dejar descansar a sus vanguardias en los arrabales y se puso a
repartir por Europa invitaciones para asistir a la toma de Madrid, que era suyo,
cuenta Chaves Nogales en su relato de la Defensa de Madrid. Los fascistas
perdieron su oportunidad y no pudieron regodearse de la victoria. Cuando las
tropas africanas llegan, Madrid está defendido por fuerzas milicianas, poco
operativas, sin organización y con escasos mandos profesionales. Pero Madrid no
fue ocupada. Posteriormente se creó el Ejército Popular, que tomó el testigo de
los voluntarios del Quinto Regimiento, y puso bajo su mando a milicias
anarquistas, socialistas y comunistas.
El general de la defensa de Madrid, recibe en su despacho,
en los oscuros y húmedos sótanos del ministerio de Hacienda, el número de
bajas. Caen decenas y centenares de hombres soldados; mujeres, niños y hombres
civiles caen también, Las balas de las ametralladoras, los morteros y obuses
enemigos arrasan vidas y destruyen barrios enteros. No hay armas bastantes y
faltan municiones, pero no se retrocede. "No pasarán" gritaba el
pueblo por las calles, con el puño en alto convencido de su poder. Pero
pasaron: "ya hemos pasao",
con voz de Celia Gámez, tras tres años de lucha sin cuartel.
La defensa de Madrid se preparó en una noche. Se suponía que
el gran ataqué vendría desde Carabanchel y Villaverde, donde estaban
acuartelados cuarenta mi hombres enemigos. En una operación de distracción,
varias columnas avanzarían hacia el Puente de Segovia y el de Toledo. Pero el
verdadero ataque se produjo por la Casa de Campo y Ciudad Universitaria hasta
el Hospital Clínico, para caer sobre Madrid por Rosales, Marqués de Urquijo y
Princesa, hasta llegar a la Plaza de España. Se estableció una línea de defensa
desde Villaverde-Entrevías, Vallecas, Puente de la Princesa, Carabanchel y
carretera de Extremadura. La mayor fuerza en la Casa de Campo y Puente de la
República (hoy Puente del Rey) y emplazamientos en el Puente de los Franceses,
Humera-Pozuelo de Alarcón y Boadilla del Monte. Dio resultado. Madrid quedó
cercado, salvo la salida hacia levante, hasta abril de 1939.
Madrid se fortifica, a la espera del día D y se prepara para
luchar hasta la muerte. En la retaguardia, la vida sigue, el hambre se hace
costumbre y el biruji curte el cutis.
Hay que organizar el abastecimiento de alimentos, agua, electricidad y ropa de
abrigo para los camaradas y compañeros, y crear un cuerpo de seguridad contra
los "paseos". Una mañana, Miaja leyó en el parte diario: "Esa noche no ha habidoa ningún asesinado en las tapias de loscementerios". El orden interno se estaba restableciendo.
Una de las actuaciones más destacadas de la "quinta
columna", fue iniciar las negociaciones entre Casado y el gobierno de
Burgos. Casado junto a dirigentes como Julián Besteiro o Cipriano Mera se
sublevaron contra el Gobierno. Pretendían negociar con Franco una paz con
garantías y sin represalias; no lo consiguieron. Tanto esfuerzo y sacrificio
para que sin luchar contra el enemigo, y sin la "paz honrosa" que perseguía Juan Negrín.
Provocaron una guerra civil dentro de la guerra civil y facilitaron la entrada
de Franco en Madrid dando comienzo una feroz represión.
Víctor, mi padre, se pone correajes y cartucheras, coge el
fusil, se calza el gorro con orejeras y se despide de mi madre: "Me voy al
frente Felisa, que llega el tranvía"; como si fuera a la cafetería Bolonia
en Manuel Becerra donde trabajaba. "Ten cuidado, le contesta".
"Y tú con los obuses en la Gran Vía". Marcha a las trincheras del
Manzanares, las casas de Carabanchel o al Canto del Pico, en la sierra.
Hasta cuarenta mil combatientes defendieron Madrid y con
ellos, los más de tres mil quinientos voluntarios de las Brigadas
Internacionales. Hubo héroes políticos y militares con decisión y arrojo; y
hubo héroes del pueblo con no menos arrojo y decisión, que fueron determinantes
para la defensa de Madrid. Todo fue inútil.
Víctor Arrogante
En Twitter @caval100
Víctor Arrogante, profesor y analista político, colabora en Eco Republicano desde 2013
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