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Los Borbones a bofetadas

Los Borbones a bofetadas
El 29 de marzo de 1830 el rey Fernando VII -llamado «el rey Felón»- promulgó la Pragmática Sanción que anulaba la Ley Sálica que imposibilitaba a las mujeres a acceder al trono. Con esta medida favorecía la posición de su hija Isabel II en detrimento de su hermano Carlos María Isidro de Borbón, quien no aceptaría la decisión de su hermano. La división entre isabelinos y carlistas acabó provocando la Primera Guerra Carlista que duró cerca de cinco años (1833-1840)






Los Borbones a bofetadas

El ilustre Fernando Garrido en su libro "Historia del reinado del último Borbón" publicado en 1868, relata un suceso poco conocido que reproducimos a continuación:

«Estaba ya el rey Fernando VII oleado sin conocimiento y al parecer agonizando, hasta el punto de haberle considerado difunto y habérselo participado al embajador de Francia, cuando Peña y González, sus confesores, se introdujeron hasta su alcoba, y aprovechando su completa postración, le amenazaron con voces y ademanes fatídicos y vehementes con el castigo sempiterno, si no revocaba el decreto que llamaba su hija Isabel II al trono. su esposa Cristina de Borbón-Dos Sicilias estaba presente, y la mandaron que se uniese a ellos para obtener del rey lo único que podía salvar su alma y dejarle morir con la conciencia tranquila. 

Fernando VII, que ya se daba por muerto, y que no debía comprender muy bien lo que pasaba en torno suyo, abrió los ojos y fijó su extraviada mirada en su abatida esposa. Tristísimo debía ser el estado moral de la reina en tal apurado trance, y así, estrechada por una parte y consultada por otra, concluyó por no negar aquella esperanza al rey espirante. Dio la reina su asentimiento, y el conde de la Alcudia, que estaba de acecho en la puerta, entro a una seña del confesor, con el decreto preparado. La firma real, tal como podía extenderse en un trance como en el que el rey se hallaba, se obtuvo, lo mismo que la de la llorosa madre; y aquella acta, rebosando la injusticia personal, ha sido el manantial de las calamidades nacionales de España.

Al saber lo que pasaba en Madrid, y el aprieto en que se hallaba su hermana Cristina, la infanta doña Carlota de Borbón-Dos Sicilias volvió en posta con su marido don Francisco de Paula de Borbón, desde Andalucía, donde se encontraba; corrió al palacio, afeó su debilidad a Cristina por haber firmado la anulación de la pragmática de las Cortes de 1789, y rompiendo la anulación original en presencia del rey, de su esposa y de don Carlos María Isidro de Borbón, arrojó a este a bofetones de la alcoba».


Equipo de redacción de Eco Republicano




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