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Capitalismo y deslocalización : “Un leviatán con sombrero de copa” por Rubén Hood




¿Te has preguntado alguna vez de dónde viene la ropa que compras? ¿Quién está detrás de las prendas que compramos? ¿Qué países intervienen en su producción? ¿Cuáles son las condiciones laborales de las personas que producen la ropa que compramos? Todas estas cuestiones responden a una situación sostenida por dos factores fundamentales: capitalismo y deslocalización. 


En los años 70, después del auge del neoliberalismo, las grandes corporaciones del sector textil se montaron en el carro del nuevo paradigma neoliberal empujado por la alianza político-económica de Margaret Thatcher y Ronald Reagan. La Caja de Pandora de la economía había sido abierta. 

Como resultado, la gran empresa se liberó de las cadenas que el Estado de Bienestar y el bien común exigían. El neoliberalismo desató al capitalismo más salvaje; un Capitalismo de hambre voraz e infinito y con bolsillos como estómago. Un leviatán con sombrero de copa había sido reanimado con más violencia que nunca. 

Esta ‘’libertad empresarial’’ culminó en una idea espléndida en el ámbito textil, a través de la cual dedujeron que para maximizar sus beneficios debían trasladar sus centros de producción a regiones donde los salarios fueran degradantes, los derechos laborales inexistentes y los sindicatos desarmados por completo. Así lo hicieron, los diferentes mercados empezaron a comerse el mundo todavía vivo por los pies. Es modelo de producción semiesclavista hizo duplicar los ingresos de la industria textil llegando a fabricar 150.000 millones de prendas al año. 

Estas son las 20 marcas que dominan el mercado de la moda encarnadas en este Leviatán con sombrero de copa. 

Inditex (Zara, ZaraHome, MassimoDutti, Pull&Bear, Bershka, Oysho, Uterque, Lefties, Stradivarius) Nike, LVMH, TJX Companies, Hermes, H&M, Richemont, Ross, Adidas, Kering, LBrands, Pandora, FastRetailing (Uniqlo), Next, VF Corp., Luxottica, Michael Kors, Gap, HanesBrands, Burberry. 

Amancio Ortega, presidente de Inditex, consiguió ser la cuarta fortuna del mundo con 66.300 millones de euros. ¿A costa de quién se ha hecho Amancio Ortega la cuarta fortuna del mundo? ¿A costa de quién se han hecho estas empresas las más potentes del mundo? 

Hace unos años, un informe del Centre for Researchon Multinational Corporations documentaba cómo en la India las pobres manitas de niñas inocentes trabajaban sin contrato explotadas más de 72 horas a la semana con un salario de 0,88 céntimos de euro al día. 

En Camboya, los sindicatos denuncian que las trabajadoras precarias pueden llegar a hacer más de 80 horas semanales, por poco más de unos humillantes cien euros al mes. Hace unos años en países como Argentina y Brasil se destapó que Inditex utilizaba mano de obra esclava para confeccionar sus productos. Así, el 95% de la mano de obra en la industria textil de estos países son mujeres, y 1 de cada 5 son menores de 17 años. 

“¿Cómo os atrevéis? ¿Cómo os atrevéis? ¿Cómo os atrevéis?” - gritaba una madre desconsolada en el suelo después de saber que su hija había perdido la vida en la fábrica que estaba trabajando. La fábrica se había derrumbado por las malas condiciones del edificio. El capitalismo le arrebató primero su niñez y después la vida. A cambio de satisfacer el apetito de su bolsillo. ¿A costa de cuánto sufrimiento estas corporaciones han duplicado o triplicado sus ganancias? 

‘’La economía mundial es la más eficiente expresión del crimen organizado’’ solía citar Eduardo Galeano. No le faltaba razón. Por todo esto invito a la siguiente reflexión: 

‘’Cuando tú compras, no compras con dinero, compras con el tiempo de tu vida que tuviste que gastar para ganar ese dinero’’- José Mujica. Si nos atenemos a la reflexión del expresidente de Uruguay podemos afirmar que cuando las empresas nos venden ropa, cuando nos venden un producto, nos están vendiendo un producto hecho con el tiempo de vida que tuvieron que gastar las trabajadoras para hacer ese producto, ¿no? Si una niña trabaja 80 horas a la semana en Camboya, ¿cuántas horas de vida le han robado?¿Cuánta vida en sí le están robando? ¿cuántos sueños? ¿Cuánta inocencia? ¿cuánta niñez y horas de juego? 

Los millonarios se sientan en la espalda de la humanidad y como un parásito nos clavan su aguja en lo más profundo de nuestro ser absorbiendo todo fluido vital que encuentran a su paso. El Dios Mercado acabó por dominarnos, se apoderó de nuestras mentes, se apoderó de nuestro amor, se apoderó de nuestros miedos y hasta de nuestras vidas. 

Somos adictos al consumo, necesitamos comprar como el drogadicto que mete en sus venasmalheridas la sustancia esperada por su cerebro. No compramos por una necesidad real, más bien por una necesidad inventada por el capitalismo textil a través de la propaganda, a través de la publicidad, así como a través de la TV. 

Sin consumo, el capitalismo no funciona.

En 2018, los españoles gastamos una media de 565 euros anuales en ropa, de la que no utilizamos un 40% del total de las prendas por lo que cada español genera aproximadamente unos 14 kilos de residuos textiles. 

El 85% de la ropa que no nos ponemos acaba en un vertedero .por lo que estamos siendo cómplices de que este sistema y estas corporaciones incumplan sistemáticamente los Derechos Humanos, además estamos colaborando a que dañen el ecosistema en su conjunto. Recordemos que la industria textil es la segunda más contaminante del mundo justo después de la del petróleo. 

Somos la fuerza que aprieta el gatillo de la explotación. 

Debemos alzar la voz y dejar de beneficiar a estas marcas. Giremos el timón del consumismo. Luchemos. Podemos ser el David que luchó contra Goliat. Somos mucho más fuertes de lo que nos han contado o nos quieren hacer creer.

Rubén Hood.

Imagen de portada : Aureliano Maldonado.
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