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Vándalos fascistas mancillan la estatua de Francisco Largo Caballero

Largo Caballero


Vándalos fascistas han mancillado este sábado la estatua del histórico líder del PSOE y la UGT, Francisco Largo Caballero (1869-1946).

En el madrileño Paseo de la Castellana, frente al Ministerio de Trabajo, se inauguró en 1985 una estatua en honor y memoria del líder socialista y presidente del Gobierno durante la II República, Francisco Largo Caballero, realizada por el escultor José Noja. 

Este sábado, la estatua del líder socialista apareció con una pintada donde se podía leer: "Asesino, Rojos no". Esos indignantes y vandálicos ataques a su memoria, se producen tras la brutal campaña mediática iniciada por la derecha y la ultraderecha para intentar borrar la figura política del callejero del líder socialista y obrero.

A través de la red social de Twitter, la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha querido condenar estos lamentables hechos:

"Así ha amanecido hoy la escultura de Largo Caballero en Nuevos Ministerios. Derecha y ultraderecha han utilizado mentiras y manipulaciones históricas para borrar su figura del callejero de Madrid. Ahora, ese desprecio por la memoria cristaliza en vandalismo y violencia incívica", indica la ministra.

Y añade: "La falta de respeto por los valores democráticos y la ignorancia crean el caldo de cultivo para la intolerancia y las expresiones de odio. No lo permitiremos. Apelamos a la responsabilidad política de quien alimenta la crispación social y esta peligrosa desmemoria".

Las masas populares siempre consideraron a Francisco Largo Caballero un discípulo aventajado de Pablo Iglesias, fundador del PSOE y la UGT; por esta razón, los fascistas siempre odiaron que Largo Caballero fuera uno de los grandes representantes de los trabajadores y la UGT.

Con la llegada de la II República, el dirigente obrero alcanzó el cargo de ministro de Trabajo, donde promovió numerosos derechos en favor de la clase trabajadora y las mujeres.

Tras la victoria del Frente Popular, en marzo de 1936 los fascistas ametrallaron su vivienda, resultando ileso del atentado terrorista. Durante la guerra civil el dirigente socialista fue nombrado presidente del Gobierno (4 septiembre 1936 - 17 mayo 1937) plantando cara al fascismo golpista y defendiendo la legalidad republicana. Tras el fin de la guerra civil, se exilió a Francia, donde fue perseguido por la Gestapo nazi y posteriormente recluído en el campo de concentración de Sachsenhausen durante casi dos años. Muy enfermo, falleció en 1946.

Equipo de redacción de Eco Republicano



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