José Enrique Centén Martín
El revisionismo franquista para apoyar la Dictadura. solo tiene un argumento para responder sobre la Ley de Memoria Histórica, al carecer de argumentos sólidos manifiestan que en la República existían las «Chekas», efectivamente existieron, pero fue tras el golpe de Estado solo durante los años de lucha armada, y con un número indeterminado de afectados entre 2000 y 6000 personas, estos fueron casi idolatrados desde entonces como mártires de la cruzada fascista, siendo sus familias resarcidas con lo que expoliaron a los asesinados y represaliados posteriores. Aunque brutal y deplorable ese episodio, siempre era contra simpatizantes y colaboradores del fascismo, a diferencia de los golpistas, estos desde un principio practicaron el asesinato de mujeres, niños y ancianos, por el mero hecho de ser parientes de sindicalistas, alcaldes, concejales, maestros, durante toda la campaña guerrera hasta varios años después de finalizar, durando hasta 1975, continuó tras la muerte del enano del Pardo, recordemos el asesinato da los abogados de Atocha en 1977, la Triple A funcionaba sobre todo en Madrid, incluso llegaron estos retrógrados fascistas hasta 1987 con los GAL que actuaron incluso fuera de España. Las «Chekas» existieron, pero no comparable a la actuación con saña y odio que demostraron los golpistas contra el pueblo español por el solo hecho de defenderse, masacrando a jóvenes, mujeres, ancianos y niños.
Fueron innumerables, pero podemos destacar por su magnitud dos de ellas. La conocida como Masacre de Badajoz, ocurrió tras la toma de la ciudad por las fuerzas golpistas contra la República, cometieron una atroz represalia la noche del 14 y la mañana del 15 de agosto de 1936, donde se estiman que fueron asesinadas entre 2000 y 4000 personas, nunca investigadas en profundidad por imposibilidad de los facciosos que destruyeron sus pasajes más sórdidos. La más conocida fue la «Desbandá», masacre en la carretera de Málaga a Almería, la acción contra una multitud de civiles y refugiados que abarrotaban la carretera huyendo hacia Almería, fue atacada por mar y aire causando la muerte a entre 3000 y 5000 civiles el 8 de febrero de 1937, una de las peores masacres de todo el conflicto. Pero también ocurrieron en todas las localidades y pueblos de nuestra piel de toro, ejecuciones indiscriminadas de personas de todas las edades, continuaron hasta después acabar la guerra, hay más de 100.000 personas en cunetas, pozos, fosas comunes conocidas y desconocidas y es hora de su reparación.
Aparecen antiguos ministros de la transición posterior a 1975, tertulianos, supuestos periodistas, que son negacionistas de la Dictadura y su proceder, existen otros personajes peores por su relevancia en la política actual o ejerciendo, junto a ciertos partidos políticos representados en el Congreso que siguen sin condenar la Dictadura franquista, ni siquiera el actual inquilino de la Zarzuela, como tampoco lo hizo el «niño de Abu Dabi». No solo eso, todos ellos parecen estar de acuerdo con aquellas prácticas franquistas al asentir con su silencio las bravatas de ciertos militares de alta graduación que pregonan la necesidad de fusilar a 26 millones de españoles incluidos sus hijos, práctica que debe de estar en su manual patriotero y desean practicar; lo mismo ocurre con la muy cristiana Iglesia Católica española, muda ante tamaña tropelía.
José Enrique Centén Martín, escritor y analista político, colabora en Eco Republicano desde 2020
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