Rafael Sánchez-Guerra Sainz (1897-1964) nació en Madrid el 28 de octubre de 1897, en el seno de una familia con importantes personalidades. Su padre, el conservador José Sánchez-Guerra Martínez de Tejada, fue ministro de Gobernación, de Fomento y de la Guerra; presidente del Consejo de Ministros y presidente del Congreso de los Diputados. También fue presidente del Banco de España.
Rafael Sánchez-Guerra estudió en el Colegio de la Asociación Francesa de Beneficencia, luego reconvertido en el Liceo Francés de Madrid. Una vez terminó su carrera de Derecho en la Universidad de Madrid, en 1918 se alistó como voluntario en las fuerzas regulares del ejército español en Marruecos. Cerca de Melilla, fue herido en una pierna, lo que provocó su regreso a España.
En 1923, Rafael Sánchez-Guerra se estableció en Madrid e inició su carrera de periodista. En ABC, cultivó la crítica política a la dictadura de Primo de Rivera. En las mismas fechas, su padre, el conservador José Sánchez-Guerra Martínez de Tejada, encabezó la oposición a la dictadura de Primo de Rivera, marchando al exilio en 1927 y dirigiendo desde París dos años después un fallido intento de Golpe de Estado contra el dictador.
En las elecciones municipales de 1931, las que derrocaron al rey Alfonso XIII, Rafael Sánchez-Guerra estuvo presente en la lista de la Conjunción Republicano-Socialista y fue el candidato más votado en el distrito centro de Madrid con 4.716 votos. A las seis de la tarde del 14 de abril de 1931, anunció que se había proclamado la República en España y, cerca de las ocho, enarboló la bandera republicana en el Ministerio de Gobernación, cuando todavía Alfonso XIII no había abandonado el Palacio de Oriente.
Su padre, José Sánchez-Guerra Martínez de Tejada, también participó en la proclamación de la Segunda República Española, saliendo elegido diputado en las elecciones a Cortes Constituyentes de junio de 1931.
En la misma tarde de la proclamación de la Segunda República, Rafael Sánchez-Guerra fue nombrado subsecretario del gobierno provisional y, más tarde, secretario general de la Presidencia de la República, cargo que mantuvo hasta abril de 1936.
En esos años, Rafael Sánchez-Guerra escribió varios libros dedicados a los acontecimientos históricos de los cuales él había sido protagonista destacado: Dictadura, indiferencia, República (1931), España republicana (1931), Un año histórico (España, 1931) (1932).
Tres décadas antes de dichos acontecimientos, en 1902, José Sánchez-Guerra Martínez de Tejada había sellado como Gobernador Civil los primeros estatutos del Real Madrid. Los Sánchez-Guerra tenían raigambre madridista.
En 1933, Rafael Sánchez-Guerra intentó por primera vez ser presidente del Real Madrid (durante la Segunda República Española, llamado Madrid C.F. y con escudo sin corona y franja morada, curiosamente eliminada esta última en 1997 por el presidente Lorenzo Sanz, vinculado al partido ultra Fuerza Nueva), pero la oposición lo impidió. En 1935, enfrentado en las urnas con Santiago Bernabéu, consiguió su objetivo: la presidencia del club blanco.
Durante su presidencia que duró hasta agosto de 1936, el Real Madrid ganó dos títulos: el Trofeo Mancomunado (1935) y la Copa del Presidente de la República de Fútbol 1936. Además, aumentó su base social y se democratizó al otorgar a cada socio un voto. Sánchez-Guerra evitó la destrucción del Estadio de Chamartín, prevista por el llamado Plan Prieto, una obra urbanística de La Castellana basada en asfaltar medio Estadio.
El mayor éxito deportivo durante su presidencia, la Copa del Presidente de la República de Fútbol 1936, lo consiguió el Real Madrid al vencer al FC Barcelona en la final por 2-1.
Tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936 contra la Segunda República Española encabezado por Francisco Franco, se inició la Guerra Civil (1936-1939) y Rafael Sánchez-Guerra fue apartado de la presidencia del Real Madrid. Desde entonces, su actividad se limitó a ejercer de concejal del Ayuntamiento de Madrid hasta que, en 1938, fue movilizado como oficial de complemento del ejército republicano.
Llegado el final de la guerra, Rafael Sánchez-Guerra rechazó huir de Madrid, siendo detenido por los franquistas en marzo de 1939 en la sede del Ministerio de Hacienda. Fue encarcelado junto al socialista Julián Besteiro en la prisión de Porlier de la capital.
En mayo de 1940, la justicia de la recién instaurada dictadura de Franco le condenó a cadena perpetua por no apoyar el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936, es decir por su fidelidad inquebrantable a la Segunda República Española.
Desde la condena, Rafael Sánchez-Guerra pasó por diferentes prisiones franquistas hasta que, en 1946, logró llegar a Francia de forma clandestina, escondido en el maletero de un coche y ayudado por el servicio de inteligencia francés. El gobierno de la Segunda República Española en el exilio, presidido por José Giral, lo recibió con los brazos abiertos y, con buen criterio, le nombró ministro sin cartera.
En los años posteriores, Rafael Sánchez-Guerra vivió en París, como tantos y tantos republicanos españoles. Mantuvo su condición de ministro sin cartera de la Segunda República Española en el exilio durante 1946 y 1947 y publicó su libro Mis prisiones (1946). Instalado en la capital francesa, fundó la Agencia Prensa Intercontinental, una agencia con la que nutrió de artículos y crónicas de la actualidad francesa y europea a periódicos de Iberoamérica.
Rafael Sánchez-Guerra vivió en París hasta finales de la década de los años 50, momento en el que su mujer falleció de cáncer. Sumido en una depresión por la muerte de su esposa, ocurrida en octubre de 1959, solicitó regresar a España. La dictadura franquista le permitió regresar, a cambio de una condición pactada: su ingreso en el convento de los Padres Dominicos de Villava, Navarra. Eso suponía su final como periodista y político.
Allí permaneció Rafael Sánchez-Guerra sus últimos años de vida. Allí escribió sus últimos dos libros: Mi convento (1961) y Cartas a mis nietos (1964).
Un año antes de su muerte, en abril de 1963, Sánchez-Guerra tuvo una visita inesperada en el convento. El presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, junto a una expedición del club, le visitaron. Al día siguiente, jugaban con Osasuna en el Estadio El Sadar y el convento de Villaba se encontraba cerca. Rafael se emocionó con el detalle. Fue su último contacto con el equipo que había presidido durante la Segunda República Española.
Rafael Sánchez-Guerra falleció en 1964. Murió en España, anhelo que no pudieron ver cumplido otros destacadísimos republicanos.