Eduardo Montagut
Hasta la proclamación de la
Segunda República y la llegada de Francisco Largo Caballero al Ministerio de
Trabajo los trabajadores agrícolas españoles no recibían indemnizaciones por
accidente de trabajo como el resto de trabajadores en España, un agravio
evidente. No debemos olvidar, por lo demás, que el sector primario, por muchos
avances evidentes en la industria y los servicios en los primeros decenios del
siglo XX, seguía siendo el principal sector económico español en 1931, por lo
que englobaba a la mayoría de los trabajadores españoles
El Decreto que hizo extensivo
este derecho a los agricultores es del 12 de junio de 1931, es decir, casi dos
meses después de proclamada la República. En el preámbulo de la disposición se
recordaba que la Ley de 30 de enero de 1900 había establecido en España la
indemnización por accidentes de trabajo, pero que solamente protegía a los
obreros agrícolas ocupados en faenas donde se utilizasen motores accionados por
fuerza distinta a la humana, es decir, una minoría de las faenas agrícolas dado
el índice de mecanización del campo en el cambio de siglo.
Nada más crearse el Instituto
de Reformas Sociales en 1904 los vocales obreros del mismo plantearon el
problema, consiguiendo la unanimidad en el seno de la institución para
acordarse en 1905 solicitar la extensión a todos los obreros agrícolas de la
legislación sobre accidentes, iniciándose los trabajos para la elaboración de
un proyecto de ley que fue aceptado y llevado a las Cortes por varios
Gobiernos, hasta dos veces en 1919 y una en marzo de 1921, sin que llegara
nunca a convertirse en ley.
En el propio año de 1921 las
delegaciones españolas en la tercera Conferencia Internacional del Trabajo
dieron su voto al Convenio sobre indemnización de accidentes de trabajo en
Agricultura. Ese Convenio no fue ratificado por España hasta unas semanas después
de proclamada la República. Ahora en junio de 1931 tocaba hacer efectivo el
derecho que tenían los obreros agrícolas al seguro de accidentes.
Los socialistas se felicitaban,
lógicamente, de esta conquista, debida a un ministro del PSOE. En El
Socialista se recordaba el abandono en el que habían vivido los obreros
agrícolas, sin ese seguro y sin Comités Paritarios, a merced de los caciques.
También se recordaba en el periódico obrero lo que hemos expresado al
principio, es decir que este agravio afectaba, en realidad, a la mayoría de los
trabajadores españoles, porque todavía eran mayoría los que laboraban en el
campo.
Hemos consultado el Decreto en
la red en la página de Justicia y Memoria Histórica. Universitas Miguel
Hernández, y el número 6973 de El Socialista, de 16
de junio de 1931.