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Nicolás Salmerón: El político republicano que renunció al poder por principios

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Eco Republicano

Nicolás Salmerón Alonso, nacido el 10 de abril de 1838 en Alhama la Seca, Almería, fue un destacado político y filósofo español. Desde su juventud, se vinculó al Partido Democrático y posteriormente se convirtió en una figura clave del republicanismo español. Fue presidente del Poder Ejecutivo durante la Primera República en 1873, un periodo breve pero significativo en su trayectoria. Falleció el 20 de septiembre de 1908 en Pau, Francia, dejando un legado marcado por su integridad y firmeza en sus principios.

Académicamente, Salmerón destacó como catedrático de Historia Universal en la Universidad de Oviedo y de Metafísica en la Universidad de Madrid. Durante esta etapa, estableció vínculos con los filósofos Giner de los Ríos y Sanz del Río, impulsores del krausismo en España. Esta corriente filosófica y el institucionismo, representado por la Institución Libre de Enseñanza, influyeron profundamente en su pensamiento y acción política, convirtiéndose en pilares de su ideario republicano y educativo.

Tras afiliarse al Partido Demócrata en el periodo isabelino, se unió al Partido Democrático Republicano Federal tras la revolución de septiembre de 1868. Aunque militaba en un partido federalista, Salmerón era partidario de una república unitaria. Fue elegido diputado por Badajoz en 1871, y su habilidad como orador le consolidó como una figura respetada en el Parlamento, donde defendió con vehemencia sus principios republicanos.

Durante la Primera República, desempeñó cargos de gran relevancia. Fue Ministro de Justicia bajo el presidente Figueras y, posteriormente, Presidente de las Cortes con Pi y Margall. Tras la dimisión de este último debido a la insurrección cantonalista, Salmerón asumió la presidencia de la República. Su gobierno se enfrentó a grandes desafíos, incluyendo las insurrecciones cantonalistas y la Guerra Carlista. Aunque logró sofocar algunos levantamientos, su negativa a firmar condenas a muerte, en coherencia con sus principios humanistas, le llevó a renunciar al cargo.

Después de su dimisión, Salmerón regresó a la presidencia del Congreso durante el gobierno de Castelar, con quien mantuvo serias diferencias. Al caer la República, intentó recuperar su puesto en la Universidad, pero la represión ejercida por las autoridades monárquicas le obligó a exiliarse. En París, se asoció con Manuel Ruiz Zorrilla y participó en la política del Partido Republicano Progresista. En 1890, se separó de Ruiz Zorrilla para fundar el Partido Centralista, basado en sus propios principios filosóficos.

Con la crisis del republicanismo y la desaparición de sus líderes, Salmerón fundó la Unión Republicana en 1903, buscando agrupar a los republicanos en un solo partido. Sin embargo, las diferencias en torno a la Solidaritat Catalana en 1906 frustraron esta iniciativa. Falleció en 1908 en Pau, Francia. Sus restos fueron trasladados en 1915 al cementerio civil de Madrid, donde un epitafio, glosado por Clemenceau, recuerda su decisión de renunciar al poder antes que firmar una sentencia de muerte. Nicolás Salmerón encarnó la integridad y el compromiso ético, valores que guiaron toda su vida y obra.

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