Eco Republicano
El 15 de marzo de 1936, el socialista Francisco Largo Caballero sufrió un atentado en su domicilio de la calle Viriato, en el madrileño barrio de Chamberí. Dos jóvenes ultraderechistas armados planearon el ataque tras averiguar que el teléfono de la casa estaba situado junto a una ventana. Su intención era llamarle por teléfono y, cuando se acercara a contestar, dispararle a bocajarro a pocos metros de distancia.
A pesar de efectuar varios disparos, el líder obrero salió ileso, ya que en ese momento no se encontraba en casa. Sin embargo, las balas impactaron en la vivienda, causando diversos destrozos, y estuvieron a punto de alcanzar a una de sus hijas, quien también resultó ilesa.
Tras el ataque, los dos pistoleros emprendieron la huida, pero los escoltas de Largo Caballero reaccionaron de inmediato e iniciaron su persecución. Finalmente, lograron capturarlos y los trasladaron a la Dirección General de Seguridad. Posteriormente, los atacantes fueron juzgados en la sala primera de la Audiencia Territorial de Madrid. Aunque se dictó condena, las penas de prisión fueron mínimas debido a que ambos eran menores de edad.
El atentado tuvo una gran repercusión en la prensa de la época. Los principales periódicos informaron del suceso y señalaron que los agresores pertenecían a Falange, organización de extrema derecha que ya había protagonizado varios episodios de violencia política.
No era la primera vez que sectores ultraderechistas intentaban acabar con la vida del histórico líder del PSOE y la UGT, quien en aquellas fechas se había convertido en una de las figuras más influyentes del Frente Popular y de la Segunda República, tras la victoria electoral de febrero de 1936.