SALVA ARTACHO |
Ayer pasé por la
Plaza. 15 de mayo que me dio la única alegría del día : ver el entusiasmo de los reunidos. La mala noticia es que este país terminó la jornada más a la derecha de lo que estaba (¿más?).
En el país valenciano, donde estoy afincado, los gurtelianos, los que pagan los trajes con cargo a las visas de los que reciben sus contratos con la administración de forma irregular, sospechosa, a cambio siempre de algo que bordea la raya del derecho, dominan la escena una vez más. Al parecer nuestros conciudadanos esperan que les saquen de la crisis los mejores amigos de los autores de la misma, los que se gastaron toda la pasta en circo y obras faraónicas, los que pagaron por obras que nunca se realizaron, los que no cumplieron ningún pacto de los muchos que firmaron con patronales y sindicatos para mejorar la situación económica de las clases populares ( lo que no me impide preguntarme es por qué los sindicatos siguen firmando y se olvidan de las barricadas), los que no pagan las facturas de la sanidad y la ponen en entredicho, los que permiten que nuestros hijos inicien la educación escolar en barracones y la completen en dichas deficientes instalaciones, los que gustan de privatizar cuando han arruinado lo público... Curiosa la ciudadanía mayoritaria de estos lares. Claro que los sociolistos se lo pusieron a huevo con su mensajes contradictorios, con su falta de credibilidad, con sus peleas internas, con sus trapicheos políticos, con su viaje imparable a la derecha.
Es verdad que en la democracia liberal y formalista como la nuestra (1/2 democracia) tienes que aceptar el resultado de las urnas, y esperar que pasen cuatro años más para que se repitan hechos de naturaleza semejante. Es un circulo cerrado y viciado, presentado por los medios y los voceros del poder como la maravilla de las maravillas. Lo que no deja de ser una gran mentira, la tomadura del pelo de la que consentimos algunos con rabia contenida, otros con la vana esperanza de tocar algo, de mejorar aunque sea a costa de los demás o de los injusto (¿quizás algunos sueñan en estar algún día en el lugar de los corruptos?), otros víctimas del conformismo y el desclasamiento sin sentido de los más, resignados por las prédicas y mentiras de los demagogos de turno.
Hoy es el PP, dentro de cuatro años u ocho a lo más volverá a ser el PSOE (¿su pariente?) quien gobierne nuestros ayuntamientos, regiones o pequeñas naciones, o la adaministración del estado, los reyes seguirán viviendo sin dar golpe con su supernómina a cargo de los ciudadanos, las iglesias beneficiándose de las abundantes ayudas que violan la laicidad y neutralidad de el estado, los banqueros y monopolistas escondido tras ese cruel concepto conocido como " los mercados" gobernando y ejerciendo su dictadura sin haber sido votados, creando desempleo o empleo en la medida de sus intereses, ganancias y conveniencias, etc.
Volviendo al principio de este escrito, lo único que me anima y me da esperanzas es que una parte de la sociedad, sobre todo los jóvenes, se han plantado y han empezado a cuestionar el sistema sin obediencias partidarias, simplemente como fruto de su indignación ante lo injusto, reclamando su espacio, su imaginación para replantearse que no podemos seguir con estos ciclos políticos tan repetitivos, miserables e insolidarios. De su continuación, de sus atrevidas propuestas, de sus ganas de influir en la sociedad, de nuevas formas de organización y respuestas va a depender que esta sociedad avance hacia una democracia real o nos quedemos apalancados, como hasta hora, en una 1/2 democracia como la actual con sus tropelías, mentiras y expolios.
¿Y de la Izquierda política y sus organizaciones? Cabe replantearlo todo, porque todo se ha venido "bastante" abajo una vez más.
¿Y de la República? ¿Encontraremos nuestra forma de proponer y responder? Al tiempo, hay un gran trabajo pendiente del que apenas nos hemos iniciado.