UNIÓN ENTRE REPUBLICANOS
Eduardo Calvo García
El republicanismo español no conseguirá el capital político-intelectual necesario para intervenir eficazmente en la arena política que se supone se va a producir en España tras la muerte del rey, hasta que los que se dicen republicanos adogmáticos, estén plenamente integrados en un mismo Ente de carácter netamente republicano. Un Ente republicano que, sin renunciar expresamente al pasado, sea capaz de construir explícitamente, los ejes constitucionales en torno a los cuales debería girar la futura Constitución republicana española del futuro.
Desde 1960 los republicanos que no hemos formado (salvo excepciones) parte de las Ejecutivas, ni tampoco presidido Partidos u Organizaciones políticas republicanas, los que simplemente hemos sido militantes o asociados a dichos Partidos u Organizaciones, hemos defendido la unión entre fuerzas políticas de carácter específicamente republicanas. Jamás lo conseguimos pero, tampoco, hemos cejado en el empeño.
Las causas que desde 1976 han presidido tamaño fracaso son harto conocidas: egoísmo, afán de protagonismo y, la total ausencia de honradez, (política y moral) de una parte de los dirigentes de esos Partidos u Organizaciones llamadas republicanas. Partidos que en cualquier caso, no son históricos, ni tienen historia. Para alguno de ellos todo empezó a mediados de los años 70 y 80 del siglo XX cuando los Partidos, que sí eran históricos y tenían historia, ya le habían dado a la República el último tiro de gracia sin que ninguno de ellos hasta el día de hoy haya hecho, mínimamente algo, para intentar restaurar el cuadro. Es más, han propiciado con su desidia que se haya extendido entre la ciudadanía española la errónea idea de que República sea igual a comunismo.
En éste sentido, teniendo en cuenta la perentoriedad que supone la desastrosa situación política, económica y social española y para salvaguardar el sacrosanto nombre de la República, algunos republicanos sin apellidos políticos deberíamos suscitar, pertinentemente, contactos naturales y puntuales entre Partidos y Organizaciones políticas republicanas afines, con el único fin de provocar (a muy corto plazo) un Encuentro Nacional Republicano.
Y lo deberíamos hacer, dejando muy claro desde el principio: Quienes nos vamos a encontrar, y para qué, nos vamos a encontrar.