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Fallece el último piloto de La Gloriosa aviación de la República

Miguel Ángel Sanz Bocos
Miguel Ángel Sanz Bocos tenía cien años y dejó escrito Memorias de un chico de Vallecas, piloto de caza de la República


Félix Población | El Salto Diario

Ha fallecido ayer en Benidorm (Alicante) Miguel Ángel Sanz Bocos, 'Vallecas', un muchacho madrileño que formó parte de la última promoción de aviadores formados en la escuela de Kirovabad. Dejó escrito un libro publicado en 2011 bajo el título Memorias de un chico de Vallecas, piloto de caza de la República:

"Cierto día del año pasado, en que no tenía idea de cómo perder el tiempo, se me ocurrió escribir mis memorias ante el temor de perderlas el día menos pensado con la misma rapidez que se pierde la cartera…. La cuestión fue que me tragué ciento ochenta páginas en visto y no visto, después me entró como un “hartao” y ya no hubo manera de continuar. La cosa es que necesitaba un mínimo de doscientas para que pareciera un libro y no un periódico, así que escribí veinte o veinticinco hojas más de relleno…. Después me dio por pensar que había materia para llenar muchas páginas más, solo recordando a mis compañeros del “Puente” (Vallecas)".

Nacido en este populoso barrio madrileño, pertenecía a una familia de pequeños comerciantes de ferretería. Hizo sus primeros estudios en la escuela de la Casa del Pueblo y fue su maestro el socialista Amós Acero Pérez, alcalde de la localidad durante la República, asesinado por la dictadura franquista en 1941. Al estallar la guerra, Sanz Bocos se alistó primero en infantería y luego en aviación. Fue seleccionado para ser piloto y enviado a Rusia, donde aprendió a volar y combatir con el avión más rápido de entonces, el Polikarpov I-16, conocido popularmente como 'Mosca'.

Sanz Bocos había cumplido cien años y pertenecía a la Asociación de Aviadores de la República ADAR, de la que fue presidente. Es muy posible que la noticia no llame la atención de ningún alto cargo del actual Ministerio de Defensa del gobierno del PSOE, muy silencioso ante determinadas proclamas franquistas de militares retirados que fueron publicadas hace varias semanas en cierta prensa conservadora. Puede que en este periodo vacacional sea dudosa la presencia en la despedida del último aviador republicano de algún diputado.

No obstante, y a juzgar por quienes lo conocieron, creo que lo que más hubiera agradecido el fallecido en esta ocasión sería la música del himno a La Gloriosa, escrito por Rafael Alberti, del que publiqué no hace mucho un artículo en El Salto . En ese texto también se rescata la composición musical de García Leoz que se daba por perdida y que pude encontrar hace años en el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. El texto del himno a La Gloriosa, que debería sonar hoy antes del último vuelo de Miguel Ángel Sanz Bocos, dice así:


Somos la nueva juventud que un día
Soñó con tener alas y volar.
El viento es nuestra sola compañía,
El cielo azul de España nuestro hogar.
Nuestras alas son la confianza
De la mujer y el niño en la ciudad.
En nuestro vuelo vuela la esperanza,
En nuestro canto la fraternidad.
Que siempre victoriosa
Viva en el aire La Gloriosa.
Que siempre victoriosa
Baje del aire La Gloriosa.
Luchad tranquilos héroes de la tierra
Soldados de los campos y del mar.
Que mientras lleve el aire un ala en guerra
Las alas nuestras no se plegarán.
Si a nuestra luz manchó una deshonrosa,
Sombría nube de odio y mortandad,
Siempre ¡salud, salud! A La Gloriosa,
Porque en sus alas va la libertad.
Que siempre victoriosa
Viva en el aire La Gloriosa.
Que siempre victoriosa
Baje del aire la Gloriosa. 


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